Serena Williams anunció que dejará pronto las pistas, a sus 40 años y después del US Open, en una decisión que le ha dejado “rota” porque no quiere “que se acabe”, aunque reconoce que “al mismo tiempo” se encuentra “preparada para lo que venga después”.
“Estoy rota. No quiero que se acabe, pero al mismo tiempo estoy preparada para lo que venga después. Cumplo 41 años y algo tiene que pasar”, dijo la tenista en una carta escrita en la revista Vogue.
Serena Williams explicó que en el último año ella y su marido han “estado intentando tener otro hijo”, lo que no quiere compaginar con las pistas. “Definitivamente no quiero quedarme embarazada otra vez siendo deportista. Necesito tener los dos pies en el tenis o los dos pies fuera”, sentenció.
Esta situación, dice la estadounidense, es “la cosa más dura” que se puede imaginar. “Lo odio. Odio tener que estar ante esta encrucijada. Todavía me digo a mí misma que desearía que fuera sencillo para mí, pero no lo es”, añadió.
Serena Williams reconoce que ha “evolucionado más allá del tenis” hacia “otras cosas que son más importantes” para ella.
La tenista no sabe si va “a estar preparada para ganar en Nueva York”, donde ya ha levantado seis veces el US Open, que puede ahora ser su última competición. “Pero lo voy a intentar. Y los torneos previos serán divertidos”, aseguró. Además, reconoció que no estaba “preparada para ganar Wimbeldon este año”, donde cayó derrotada en primera ronda.
La 23 veces ganadora de un Grand Slam se ha quedado a las puertas de ser la más laureada de la historia. “Lo entiendo, es una buena fantasía. Pero no estoy buscando una ceremonia final sobre la pista. Soy terrible para las despedidas, la peor del mundo”, afirmó.
“No sé si seré capaz de leer esta revista cuando se publique sabiendo lo que es, el final de una historia que empezó en Compton, California, con una niña que solo quería jugar al tenis”, concluyó Serena Williams.
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