“¡Elefante marino a la vista! En la Ensenada del PNN Utría nos visitó un macho juvenil de la especie Mirounga leonina, de aprox 3m de longitud. Verlos en el Pacífico no es común; sin embargo, este es el quinto año consecutivo que observamos individuos de esta especie (sic)”, así lo anunciaron en Twitter el pasado mes de octubre voceros de Parques Nacionales Naturales de Colombia, también aclararon que este tipo de especie se mantiene en las costas de Chile y de Argentina, en el extremo sur del continente.
Además agregaron que se trataba de un macho juvenil de aproximadamente tres metros de longitud, que llegó a una de las áreas protegidas de Chocó.
En ese momento PNN solicitó a la población que no interactuaran con el mamífero, “Es posible que se encuentre aquí en búsqueda de alimento, por eso si te lo encuentras evita molestarlo. Recuerda que ha viajado cerca de 9.000 km y necesita descanso para retomar su ruta migratoria hacia el sur del continente”.
Este lunes festivo en horas de la tarde, la periodista Vanesa de la torre en su cuenta de Twitter anunció: “INDIGNANTE. Un elefante marino que estaba perdido en el Pacífico colombiano fue asesinado vilmente en las últimas horas”. El terrible hecho se reporta en La Tola (Nariño), en la playa de San Antonio, donde al parecer los cazadores lo sacrificaron para consumir su carne.
“El animal fue sacrificado por los pobladores de la playa San Antonio, el rumor empezó a correr en la tarde de ayer (13 de noviembre) y solo hasta hoy empezamos a ver las fotografías en redes sociales. No sabemos qué hicieron con el cuerpo del animal”, le relató a EL COLOMBIANO uno de los habitantes de La Tola.
Si el Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma) decide radicar la imputación de cargos contra estos cazadores de Nariño, podrían llegar a ser judicializados por los delitos de maltrato animal y, en el caso más severo, por aprovechamiento ilícito.
La muerte de animales silvestres es castigada con entre 1 y 3 años en prisión. Los encontrados culpables en casos similares reciben inhabilidades para ejercer profesiones que tengan que ver con animales con hasta 3 años y multas económicas que pueden llegar a ser de hasta 60 salarios mínimos legales vigentes, es decir 60 millones de pesos a hoy.
En el apartado de delitos ambientales la justicia tipifica un delito más severo: aprovechamiento ilícito, que establece penas privativas de la libertad de hasta 11 años.
“Quien se apropie, acceda, capture, mantenga, introduzca, extraiga, explote, aproveche, exporte, transporte, comercie, explore, trafique o de cualquier otro modo se beneficie de los especímenes, productos o partes de los recursos fáunicos, forestales, florísticos, hidrobiológicos, corales, biológicos o genéticos de la biodiversidad colombiana, incurrirá en prisión de sesenta (60) a ciento treinta y cinco (135) meses”, se lee en el 328 del Código Penal.
Foto: cortesía.
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