A través del proceso de polinización, la planta inicia con su ciclo reproductivo que, luego de un tiempo, culmina con el desarrollo de frutos con sus respectivas semillas, las cuales germinarán y originarán nuevas plántulas. Así, la polinización permite la reproducción de las plantas; sin embargo, no es el único tipo de reproducción que existe, ya que es posible la formación de semillas sin que haya tenido lugar la polinización. Este fenómeno se conoce como apomixis.
Otra de las dudas frecuentes cuando se trata este tema es por qué es importante la polinización para el medio ambiente. Frente a este cuestionamiento, debemos tener en cuenta que los organismos no son entidades aisladas, sino que se relacionan entre sí mediante múltiples interacciones que en conjunto forman complejas redes de interacción.
En particular, la polinización es una interacción mutualista, en la cual ambas partes se benefician: la planta se reproduce y logra perpetuarse y el agente polinizador, si es un ser vivo, ya sean insectos u otros animales polinizadores, consigue alimento. Por esta razón, la polinización es un proceso fundamental que contribuye a mantener la biodiversidad y asegura el funcionamiento y estabilidad de los ecosistemas.
La importancia de la polinización de las abejas radica en que, por su comportamiento, visitan con frecuencia una gran cantidad flores, lo cual las posiciona como agentes polinizadores eficientes, en comparación con otros. Además, se las considera como el grupo mejor adaptado a la visita floral y por el gran número de especies y su abundancia resultan esenciales para la polinización. Incluso Albert Einstein una vez dijo “Si las abejas desaparecen al hombre le quedarían 4 años en la Tierra”, aunque la frase suene un poco drástica, la preservación de las especies de abejas es primordial para la conservación de los ecosistemas y nuestra vida en la Tierra.
Hoy en día, existen alternativas frente a la falta de polinizadores. Una de ellas es la polinización artificial, producida solamente por la mano del hombre. En este tipo de polinización, se recoge mediante pinceles el polen de las estructuras reproductivas masculinas de la flor, se traslada hacia las estructuras reproductivas femeninas y luego se cubre la flor para que continúe con su ciclo reproductivo. Vale aclarar que si bien la técnica es útil, la conservación de las especies polinizadoras resulta primordial en pos del buen funcionamiento y equilibrio de los ecosistemas.
Importancia de la polinización para el bienestar humano
Resulta curioso pensar que el bienestar humano está ligado al proceso de polinización. Esta afirmación no solo es certera, si no que esta originada por varios motivos. En primer lugar, nuestra calidad de vida está directamente relacionada con la salud del ambiente que habitamos. En este sentido, el proceso de polinización es fundamental ya que, como mencionamos anteriormente, contribuye a la estabilidad de los ecosistemas.
Por otro lado, y no menos importante, la producción agrícola se encuentra estrechamente ligada con el proceso de polinización, particularmente la producción de cultivos hortícolas y forrajeros, ya que dichos cultivos necesitan ser polinizados. De hecho se estima que el 35 % de los cultivos agrícolas del mundo requieren de la polinización para conseguir una producción provechosa y que en el 70% de los cultivos se ha notado una mejora en su producción debido a los agentes polinizadores. Esto revela la importancia de la polinización en la agricultura, también la importancia económica de la polinización, así como de los agentes polinizadores, ya que de ellos depende, en cierta magnitud, la diversidad de alimentos, el precio de los mismos y la nutrición humana.