Netflix y TikTok suspendieron el domingo gran parte de sus servicios en Rusia. Y ya son un largo etcétera de empresas de todo tipo que han dejado de operar en Rusia. Este aislamiento, al margen de la anécdota de que no puedan ver los videos o comprar en Zara, deja unas consecuencias económicas demoledoras para la economía del país. Un creciente número de empresas multinacionales han dejado de proporcionar servicios financieros y productos tecnológicos vitales a Rusia, así como distintos productos de consumo, en respuesta a las sanciones económicas occidentales y a la indignación mundial por la invasión de Ucrania.
Por ejemplo Visa, Mastercard y American Express anunciaron durante el pasasdo fin de semana que dejarán de brindar servicios en Rusia. Samsung; Microsoft, Intel, Dell o Apple suspenderán sus ventas en el país, especialmente tras los sucesos de los últimos días, en los que la artillería rusa ha intensificado los bombardeos sobre la población ucraniana. Y por otro lado después de que el Kremlin haya incrementado el nivel de censura en medios y el bloqueo de las principales redes sociales en el país: Facebook y Twitter, además de promulgar un proyecto de ley que penaliza la difusión intencionada de lo que Moscú considera noticias “falsas”.
Sanciones dolorosas para los rusos
Las sanciones ya aplicadas sobre Rusia están empezando a afectar gravemente a la economía del país. La bolsa está cerrada y la gente hace filas durante horas delante de los cajeros. La invasión de Rusia contra Ucrania ha provocado sanciones económicas sin precedentes contra el país. Durante el fin de semana, los bancos rusos quedaron aún más aislados del sistema financiero internacional. Algunos han sido excluidos del sistema de pagos SWIFT, mientras que se han tomado medidas para impedir que el banco central ruso utilice sus 630.000 millones de dólares de reservas de divisas.
Invasión rusa de Ucrania vista desde Polonia
La moneda rusa, el rublo, ha caído respecto al dolar estadounidense un 100% en los últimos 45 días, hasta alcanzar mínimos históricos tras las últimas sanciones. Esto agrava las enormes pérdidas ya experimentadas la semana pasada. En respuesta, el banco central ruso ha tomado la decisión de emergencia de subir los tipos de interés del 9,5 al 20 por ciento. El banco también ha bloqueado temporalmente la venta de valores en manos de extranjeros.
El desplome de la moneda ha provocado largas colas en los cajeros automáticos de toda Rusia, y el temor a que el valor del rublo siga cayendo. Este lunes, el banco central anunció que la Bolsa de Moscú no abriría. También dijo en un comunicado que había aumentado los tipos de interés para apoyar “la estabilidad financiera, de precios y proteger los ahorros de los ciudadanos”.
Banco central, frustrado por la congelación de reservas
La semana pasada, la Comisión Europea, EE.UU., el Reino Unido y Canadá dijeron que actuarían para impedir que Rusia utilice sus enormes reservas de divisas, cuyo valor se calcula en unos 630.000 millones de dólares. Los activos están denominados en dólares, euros, libras esterlinas y yuanes, y la ventaja de poseer tales reservas es que, en teoría, permitirían al banco central intervenir significativamente para apuntalar el rublo en caso de volatilidad.
Sin embargo, si Rusia se esfuerza por comprar rublos con sus reservas de divisas, la presión sobre la moneda se intensificará y las largas colas en los cajeros automáticos podrían convertirse en más carreras de pánico en los bancos. Los detalles exactos de cómo se bloqueará el banco central aún no se han revelado.
¿Qué puede hacer Rusia?
Rusia aún tiene algunas cartas con las que jugar para no entrar en quiebra. Alrededor del 15% de sus reservas de divisas se encuentran en China, y el Gobierno chino parece que está dispuesto a ayudar a Putin. Rusia también posee una de las mayores reservas de oro del mundo, unas 2.300 toneladas, por el valor de unos 142.000 millones de dólares a precios actuales. Las agencias internacionales de calificación ya se han movido para rebajar la calificación de Rusia. S&P ha rebajado la calificación crediticia de Rusia, mientras que Moody’s la ha puesto en revisión para rebajarla de categoría.
Las repercusiones para los rusos de a pie podrían ser graves, según Sergey Aleksashenko, exvicepresidente del banco central ruso que ahora reside en Estados Unidos. “Es el fin de una parte importante de la economía”, aseguró Aleksashenko a la agencia de noticias Reuters. “La mitad del mercado de consumo va a desaparecer. Estos bienes desaparecerán si no se puede pagar por ellos”, sostuvo.
Sin embargo, hasta que no esté claro qué bancos se verán afectados, es difícil hacer una evaluación significativa del impacto. Rusia ha creado su propia alternativa a SWIFT, conocida como SPFS. Ya representa alrededor del 20% de las transacciones nacionales rusas, pero ha tenido dificultades para atraer a los bancos extranjeros.
Con este panorana, si Rusia no recibe pronto el auxilio de sus aliados tradicionales chinos, la carestía de productos, el coste de bajas por la guerra, la ausencia de exportaciones y el descontento interno podrían hacer que el apoyo mayoritario que tiene Putin se torne a un descontento que haga inviable la continuidad de la guerra.