La generalización de internet ha traído consigo una revolución a la hora de consumir, no sólo productos básicos, sino incluso activos de inversión, o, como ocurre en el caso de las criptomonedas, activos que sirven a su vez como inversión, reserva de valor -con sus importantes peculiaridades- e incluso como moneda.
Pero si comprar cualquier cosa por internet lleva aparejadas ciertas reticencias por parte de los internautas, en el caso de las criptomonedas estos miedos pueden estar incluso más acentuados, ya que aunque han sufrido una depreciación importante durante los últimos meses -bitcoin ahora cotiza por encima de los 40.000 EUR, pero ha llegado a estar por encima de los 50.000 EUR- parece que en estos momentos el criptomercado se está recuperando y también ha demostrado que tiene un potencial de crecimiento nada despreciable y por lo tanto nadie quiere encontrarse con la desagradable sorpresa de que ha adquirido sus criptomonedas con una empresa poco confiable y que a la hora de utilizarlas esas criptomonedas se encuentran en cualquier otro sitio menos en su cuenta.
Operar a través de una plataforma fiable es garantía de tranquilidad
Como todo lo que conjuga internet y dinero la clave para operar con garantías es la fiabilidad, fiabilidad que debe ganarse con el buen hacer de años y que sin embargo puede perderse con pasmosa facilidad, así que una empresa que lleva décadas prestando servicios financieros en línea podría ser también la opción elegida a la hora de comprar criptomonedas, y en esa descripción encaja a la perfección Skrill, una empresa nacida en el seno de la prestigiosa industria financiera londinense y que lleva años facilitando transferencias y pagos seguros en línea, y que en el 2018 decidió poner su experiencia al servicio de aquellos usuarios que deseasen incorporar criptomonedas a su cartera.
Para comprar criptomonedas con Skrill se debe crear una cuenta o bien utilizar la que ya se tiene, ingresar algo de cash y siguiendo unos pasos muy sencillos y guiados elegir la criptomoneda que se quiere comprar, la cantidad de la misma y confirmar. Una vez hecho esto no será necesario ni disponer de una cartera externa, ya que la propia Skrill se encarga de la custodia para aquellos usuarios que no dispongan de una billetera electrónica, no deseen tener una o simplemente prefieran confiar la custodia a su plataforma de referencia.
Además de Skrill existen multitud de exchanges que ofrecen un servicio de compraventa y custodia de criptomonedas, y en caso de decantarse por esta opción es aconsejable operar con alguna de las que ya llevan años en el negocio, han demostrado fiabilidad y que además han sabido responder a los ataques, como pueden ser Binance o Coinbase, ya que no han sido pocos los casos de exchanges que después de engañar a varios miles de usuarios para que utilicen sus servicios finalmente han terminado por desaparecer con las criptomonedas, dejando a los afectados con muy poca o nula capacidad de reacción dado que es un activo que todavía conserva un grado de anonimato muy alto, por lo que los estafadores pueden convertir las criptomonedas sustraídas en efectivo en prácticamente cualquier lugar del mundo.
¿A quién le interesa comprar criptomonedas?
Cualquiera que pueda asumir el riesgo que un activo tan volátil entraña y además disponga de internet y los medios para autenticar su identidad es candidato viable a adquirir criptomonedas, desde el fondo institucional que quiere diversificar su cartera con un activo que implica un riesgo alto hasta el pequeño inversor individual que tras informarse adecuadamente ha decidido que puede dedicar un excedente para especular, pero existen otro tipo de tenedores de criptomonedas que se distancian de este perfil, y son aquellos profesionales que quieren diversificar la oferta de pagos para sus clientes y también los ciudadanos de aquellos países que soportan la losa de la hiperinflación o directamente se encuentran desbancarizados, como ocurre en muchos países en vías de desarrollo.
Los profesionales que aceptan pagos con criptomonedas podrían ser aquellos que ofrecen sus servicios sobre todo online -por ejemplo los que realizan páginas web- por su sobreentendida familiaridad con las nuevas tecnologías, pero también proliferan los pequeños comercios que permiten pagar con criptomonedas, al fin y al cabo sólo hace falta una dirección o más fácil aún, una cuenta con una plataforma de pagos como Skrill, para recibir las criptomonedas, y eso podría hacerse tan rápidamente como pagar con una tarjeta de crédito o débito.
En definitiva, poco a poco las criptomonedas se van abriendo camino en el moderno sistema financiero, y sólo es necesaria una adecuada formación para que todos puedan formar parte de él siempre que hayan valorado riesgos y beneficios.