El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro presta declaración este miércoles en Brasilia ante la Policía Federal por el caso de las joyas que recibió como regalo del reino de Arabia Saudí y que supuestamente intentó quedarse de manera irregular.
El objetivo es dilucidar cuál fue el papel de Bolsonaro en este caso y conocer si fue él quien dio orden a los funcionarios de su gobierno para que desbloqueasen uno de los juegos de joyas que fue interceptado en el Aeropuerto de Guarulhos, en Sao Paulo, y cuál era el destino que pretendía darle, informa ‘O Globo’.
Hasta el momento se ha hecho público que Bolsonaro recibió al menos tres por parte de Arabia Saudí. Dos de ellos han sido ya entregados a la Policía Federal por orden del Tribunal de Cuentas de la Unión. El tercero, valorado en casi tres millones de euros, sigue interceptado en las instalaciones de Guarulhos.
Este juego contenía un collar de diamantes y otras joyas que, según reconoció Bolsonaro, era un regalo de los saudíes para su esposa. Antes de poner rumbo a Estados Unidos tras perder las elecciones, intentó sin éxito en varias ocasiones hacerse con él a través de la Receita Federal, una secretaría de Economía, en donde continúa a la espera de que sea entregado a la Policía por orden del TCU.
Además de Bolsonaro, que tiene derecho a permanecer en silencio, otras nueve personas han sido citadas este miércoles para declarar, entre ellas el que fuera su asesor, el coronel Mauro Cid, quien se supo que pidió a la Receita Federal autorización para que un represente designado recogiera las joyas incautadas.
A la espera de todas estas declaraciones, los investigadores ya han dejado entrever que existen indicios suficientes para afirmar que el personal de Bolsonaro maniobró para que los regalos acabaran en su colección privada.
A su vuelta de Estados Unidos, Bolsonaro aseguró que prestaría las declaraciones oportunas y que no tenía “nada que esconder”. En total, los cofres de joyas que recibió de los saudíes están valorados en más de 3,2 millones de euros, además de un juego de armas de Emiratos Árabes Unidos, que también ha tenido que devolver.
A la espera de que declare, el expresidente podría ser acusado de malversación y trato de favor si hay sospechas de que los agasajos tenían algún tipo de contraprestación.