El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha confirmado el inicio de los trabajos técnicos para convocar elecciones presidenciales y legislativas tras la disolución de la Asamblea Nacional por orden del jefe de Estado, Guillermo Lasso, aunque ha admitido la dificultad de organizar esta doble cita electoral en apenas tres meses.
Lasso ha hecho uso de un precepto constitucional inédito hasta ahora bautizado como la ‘muerte cruzada’ y que obliga al CNE a anunciar en un plazo máximo de siete días la fecha de los nuevos comicios, en los que se elegirá al presidente y a los diputados, que completarán los mandatos ya en marcha.
El vicepresidente del CNE, Enrique Pita, ha reconocido en una entrevista al canal Visionarias que el anuncio de Lasso pilló por “sorpresa” a la institución, que no estaba avisada antes de la promulgación del decreto. No obstante, “ya veníamos trabajando ante la posibilidad de que esta situación se diese”, ha añadido.
Pita ha señalado que en siete días el órgano electoral debe determinar cuestiones logísticas y legales para los futuros comicios, algo “extremadamente complicado” pero que se ha comprometido a cumplir conforme dicta la Constitución. En este sentido, ha dicho que el legislador no tuvo en cuenta en su día “los tiempos normales” en este tipo de procesos, confiando quizás en que “probablemente no se iba a dar nunca” una situación como la actual.
La Constitución establece de hecho que la toma de posesión presidencial debe ser el 24 de mayo, algo que no se cumplirá en esta ocasión por tratarse de un mandato ya empezado, y el apartado relativo a la ‘muerte cruzada’ no establece plazo alguno para el caso de que sea necesaria una segunda vuelta de las elecciones presidenciales, cuya fecha queda “a discreción” del CNE.