El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha hecho un llamamiento a “la mesura, la razón y la distensión” para resolver el conflicto y las tensiones entre Ucrania y Rusia una vez que Moscú reconociera este lunes la independencia de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk.
“Es el momento de la mesura, la razón y la distensión. No hay lugar para acciones y declaraciones que llevarían esta peligrosa situación al abismo”, ha remarcado Guterres ante el pleno de la Asamblea General de Naciones Unidas, donde ha apuntado que esta situación puede ser “la crisis mundial de paz y seguridad más grave de los últimos años”.
Asimismo, el líder de la ONU ha mostrado su preocupación ante los últimos acontecimientos en Ucrania, que “incluyen informes de un aumento de las violaciones del alto el fuego a lo largo de la línea de contacto y el riesgo real de una mayor escalada sobre el terreno”.
Así pues, respecto al reconocimiento por parte de Rusia y el posterior envío de tropas a Donetsk y Lugansk, Guterres considera que “una cosa está clara”, y es que “la decisión de Rusia de reconocer la llamada ‘independencia’ de las regiones de Donetsk y Luhansk es una violación de la integridad territorial y la soberanía de Ucrania y es incompatible con los principios de la Carta de las Naciones Unidas”.
En este contexto, el líder de Naciones Unidas ha lamentado que los Acuerdos de Minsk, que ya se encontraban “en una unidad de cuidados intensivos” están agonizando. Sin embargo, ha reiterado el compromiso de “no cejar en la búsqueda de una solución pacífica” y “resolver esta crisis sin más derramamiento de sangre”.
Acciones rápidas y concretas
Por su parte, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, quien ha participado en la sesión, ha sostenido que se necesitan “acciones rápidas, concretas y resultas” para hacer frente al “curso agresivo de Rusia”.
“Esperamos que la comunidad internacional haga todo lo posible para apagar el fuego que está a punto de estallar en el centro de Europa”, ha añadido Kuleba, tal y como recoge la propia ONU.
En este punto, el embajador ruso ante la ONU, Vasiliy Nebenzya, ha defendido que Donetsk y Lugansk no son territorios ocupados sino que Ucrania los ha perdido como resultado de sus políticas.
“Por lo tanto, los conmino a que concentren sus esfuerzos en calmar a Kiev y evitar nuevas aventuras militares que podrían costarle muy caro a toda Ucrania”, ha advertido.