El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha dado un giro al perfil exterior de su Gobierno con el ascenso de Félix Plasencia, un diplomático discreto de origen español y que está considerado aliado de la vicepresidenta Delcy Rodríguez, con quien compartió avión en enero de 2020 en una polémica escala en España.
Maduro emprendió el jueves una crisis ministerial que salpicó a cinco ministerios, entre ellos el de Relaciones Exteriores, que venía encabezando desde 2017 Jorge Arreaza. Al frente estará Plasencia, al que el mandatario venezolano confiere “la inmensa responsabilidad de continuar la excelente labor diplomática desempeñada por Jorge Arreaza”.
El nuevo canciller ha dicho recibir “con gran compromiso y orgullo” esta nueva responsabilidad, mientras que su predecesor, que pasará a ser ministro de Industrias y Producción Nacional, le ha ofrecido su respaldo “incondicional” con vistas a lograr el “éxito definitivo” de la diplomacia chavista. La Cancillería ha difundido imágenes de un primer encuentro entre ambos.
Plasencia asume el Ministerio de Exteriores procedente de la Embajada de Venezuela en China –es embajador desde noviembre de 2020–, pero este licenciado en Estudios Internacionales y diplomático de carrera desde 1991 tiene también experiencia dentro del Gobierno de Maduro.
Ha ocupado varios cargos dentro de la cartera de Exteriores y en agosto de 2019 saltó a la primera línea, al frente del Ministerio para el Turismo y Comercio Exterior, de nueva creación. Sin embargo, su perfil como ministro fue menos combativo que el de otros compañeros de gabinete más dados a abrir frentes de lucha política.
Fue precisamente el puesto de ministro de Turismo el que le llevó a Madrid en enero de 2020, para asistir a la Feria Internacional del Turismo (Fitur). Viajó en el avión con Delcy Rodríguez, que hizo una polémica escala en Madrid en la que se vio con el entonces ministro de Transportes español, José Luis Ábalos.
Rodríguez figura en la ‘lista negra’ de sanciones de la UE, por lo que su parada en Madrid y el encuentro que mantuvo en el aeropuerto con Ábalos fue objeto de una polémica bautizada como ‘Delcygate’ y que abrió incluso un frente judicial que finalmente ha quedado archivado.
Plasencia fue entonces una pieza clave en las justificaciones de Ábalos, ya que éste alegó inicialmente que se había desplazado al aeropuerto atendiendo a la “relación personal” que mantiene con quien ahora ocupará el Ministerio de Exteriores de Venezuela.
Retos pendientes
El nuevo canciller tiene como primer gran reto la negociación abierta con la oposición política en Ciudad de México, de la que el viernes pasado salió un “memorando de entendimiento” que establece la hoja de ruta de dicho diálogo. Entre los puntos establecidos en dicho texto figura el levantamiento de las sanciones que pesan actualmente sobre Venezuela.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea se han ofrecido a revisar sus actuales castigos –Plasencia no figura como sancionado a título personal por ninguna de las partes–, aunque ya han dejado claro que cualquier gesto estará condicionado a que haga avances “significativos” en el proceso negociador.
Arreaza, de hecho, se ha mostrado especialmente duro con la comunidad internacional y sus supuestos “chantajes” y bajo su batuta Caracas expulsó a la embajadora de la Unión Europea, Isabel Brilhante Pedrosa, en respuesta precisamente a unas sanciones.
Los principales representantes de la oposición, sin embargo, no se han referido en las últimas horas al cambio ministerial y a cómo puede afectar al proceso de México, en el que en cualquier caso las riendas chavistas no las lleva nadie del Ministerio de Exteriores sino otros dirigentes como Jorge Rodríguez, hermano de Delcy y presidente de la Asamblea Nacional elegida en 2020.