La OTAN ha decidido restringir la entrada a sus instalaciones a funcionarios bielorrusos en respuesta al altercado aéreo de la semana pasada, cuando un vuelo de Ryanair fue obligado a aterrizar en Minsk para detener a un periodista disidente.
“Estamos constantemente evaluando las medidas en la OTAN. Hemos decidido restringir el acceso de personal de Bielorrusia a la sede, en base a nuestra evaluación de seguridad”, ha detallado el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa previa a la reunión de ministros de Defensa de este martes.
Este paso llega después de las medidas adoptadas por los socios de la UE para limitar el acceso de vuelos bielorrusos al espacio aéreo europeo, iniciativa que aplaudió la Alianza Atlántica la semana pasada. “Los aliados están reaccionando de forma unánime en el seno de la UE, pero también en la OTAN se están imponiendo sanciones”, ha defendido el político noruego.
Tras una reunión de su Consejo Atlántico, la OTAN condenó la semana pasada en un comunicado conjunto el “inaceptable” altercado aéreo, que describió como una “grave violación” de las normas de gobernanza de la aviación civil, que “puso en riesgo las vidas de los pasajeros y la tripulación”.
“Apoyamos los llamamientos para una urgente investigación independiente y respaldamos las medidas tomadas por los aliados de manera individual y colectiva en respuesta al incidente”, señaló el texto de los 30 aliados.
El conflicto aéreo vivido con el pasaje de Ryanair ha hecho cerrar filas en la UE y la OTAN sobre la amenaza que representa el régimen de Alexander Lukashenko y ha ejemplificado la difícil situación de los medios de comunicación y la oposición en Bielorrusia. La OTAN considera que el caso, aparte de suponer un riesgo a las reglas internacionales de aviación, se trata de una “afrenta” a las libertades de expresión y prensa.