El exconcejal y actual candidato a la Cámara de Representantes por Bogotá, Leo Cesar Diago, en entrevista para Confidencial Colombia habla su regreso a la política electoral, cuales son algunos de sus proyectos con los que ejercería como congresistas y considera además que el presidente Iván Duque es un hombre muy conciliador y que le ha faltado autoridad en momentos difíciles.
¿Por qué la decisión de regresar a la política?
Leo Cesar Diago: Llevo 40 años en la política de manera continua e ininterrumpida, otra cosa es que en los últimos años no he tenido representación electoral pero jamás me he retirado.
¿Qué hizo Leo Cesar Diago en el tiempo en que no lo vimos en la política?
Leo Cesar Diago: Soy abogado y ejerzo en algunos casos. Fundé una empresa de aseo y mantenimiento y también dicté algunos cursos para el desarrollo comunitario. Estuve ayudándole a mi hija en su intención de ser concejal de Bogotá.
¿Qué ha notado de la política y la administración distrital ahora que ha visto los toros desde la barrera?
Leo Cesar Diago: La gente se queja de la corrupción pero siguen eligiendo a los mismos, no solo en Bogotá, sino en todo el país. En la capital del país se puede ver un abandono por los temas que un día hicieron que sus ciudadanos se sintieran orgullosos de ella porque se impulsó un cambio pero ahora parece estancada.
Bogotá ha estado en manos diferentes y una de esas fue la de Enrique Peñalosa, que en su primera alcaldía impulsó ese cambio del que usted habla, ¿no le parece extraño que en su segunda administración las cosas no hayan sido diferentes a las administraciones de izquierda que usted crítica?
Leo Cesar Diago: Cuando hay planeación las cosas salen bien. No soy peñalosista, recuerde que en su primera alcaldía yo hundí el proyecto de cobro de alumbrado público. Para mí fueron más benéficas para la ciudad las administraciones de Jaime Castro, Antanas Mockus y Enrique Peñalosa. No me han gustado las de Samuel Moreno, Lucho Garzón, Gustavo Petro y Claudia López. El desorden en Bogotá es notorio, mire por ejemplo las ventas ambulantes, y no es que esté en contra de ellas, pero si hay que organizarlas.
¿Tiene en su mente algún proyecto de ley que ayude a organizar al sector de ventas ambulantes, a las que no se las puede sacar a patadas de un andén hasta no garantizarles un espacio donde pueden ejercer su labor, como lo ordena la Corte Constitucional?
Leo Cesar Diago: un proyecto de ley debe ser para generar empleo, para promover un mayor emprendimiento que es lo que estas personas necesitan. Cuando se quitaron las casetas amarillas de San Victorino se les reubicó pero de un tiempo para acá se ha dado una proliferación de ventas ambulantes.
¿Cómo califica la Ley que reglamenta a la Región Metropolitana Bogotá Cundinamarca?, ¿Así está bien o le hace falta más?
Leo Cesar Diago: Siempre hará falta pero con algo había que arrancar. Tenemos que darle confianza a los municipios con los que nos vamos a agrupar y estos deben entender que Bogotá es la capital del país y que en ella hay personas de toda Colombia, que buscan ser competitivos y que si a la ciudad le va bien a todos les va bien. Por supuesto que habrá que hacer una reingeniería.
¿Esa reingeniería incluye mejorar la relación con Cundinamarca, en donde valga la pena recordar, Bogotá es su capital?
Leo Cesar Diago: Eso depende de los que administran, hay que llegar a acuerdos porque no nos podemos pasar la vida entera peleándonos los unos con los otros. Lo más importante es el beneficio de los ciudadanos en la región.
¿Le parece justo lo que recibe Bogotá de parte de la Nación?
Leo Cesar Diago: Bogotá le aporta al Producto Interno Bruto mucho dinero. Ese es un tema técnico que requiere de mucho cuidado porque el régimen de transferencias es algo muy delicado que no se le puede entregar a la politiquería.
¿Qué garantiza que si usted es elegido representante a la cámara por Bogotá, no seguirá la tendencia de creerse personaje nacional ni se va a olvidar que tiene un compromiso con la capital?
Leo Cesar Diago: Levo 40 años haciendo política en Bogotá y mi sede siempre ha estado en el mismo sitio y me gusta escuchar al ciudadano. A mí no me incomoda atender a la gente.
¿Apoyaría una reforma a la Policía que entre otras, deje clara las relaciones entre esta y los mandatarios locales?
Leo Cesar Diago: A mí me parece que la Policía ha perdido su dignidad porque se la ha timado y esto ha sucedido con las administraciones de izquierda. Un muchacho de bien no se enfrenta ni le falta el respeto a la Policía si no se droga, no nos digamos mentiras. La Policía no se enfrenta con los jóvenes porque sí, pero si impide que la conducta de ellos no sobrepase los limites.
¿Y qué se debe hacer en los casos de abuso policial como el de Dilan Cruz, los jóvenes del CAI de San Mateo, los disparos en Villa Luz y la muerte de Javier Ordóñez, para “no bajarle la moral a los uniformados”?
Leo Cesar Diago: Aplicarles la ley. Esta debe actuar en doble vía, no solo puede ser para los de ruana.
¿Qué opina de aquellos que tildan de “guerrilleros, terroristas y de querer bajarle la moral a los uniformados” a quienes piden justicia ante los abusos de los policías?
Leo Cesar Diago: Eso es como una pelea en una cocina. Si el Policía violó la ley hay que castigarlo de acuerdo a la norma y si el joven violó la ley hay que castigarlo de acuerdo a la norma. La justicia no se puede aplicar con amiguismos.
¿Propondría otra reforma la Estatuto Orgánico de Bogotá?
Leo Cesar Diago: Si claro, esta es una ciudad que cambia constantemente, no es estática. Se requiere poner la norma a tono con la realidad de la capital.
El diálogo entre concejales y representantes a la cámara por Bogotá parece inexistente y si este se da, se está dando a puerta cerrada, ¿haría algo para que esto cambie?
Leo Cesar Diago: Si claro y esto sucede por el tema de los egos, de creer que si se trabaja en conjunto entonces el uno va opacar al otro. Esto se debe revertir.
¿No es extraño que en un gobierno del Centro Democrático la seguridad y el orden público parecen no funcionar?
Leo Cesar Diago: Aquí se juntaron una serie de fuerzas en contra del Gobierno y sumado a la pandemia ha dificultado las cosas. Al presidente le ha faltado autoridad, es una persona demasiado conciliadora y uno no puede ser tan democrático, a veces es necesario tomar decisiones sin tanta consulta.