La captura de un grupo de mercenarios que habrían participado en el magnicidio del Presidente de Haití, Jovenel Moise, y que resultaron ser militares en retiro del Ejército de Colombia, ha causado varias reacciones en la clase política del país cafetero.
Uno de los primeros en reaccionar fue el líder de la izquierda, Gustavo Petro Urrego, que a través de sus redes sociales sostuvo que parte de la responsabilidad del asesinato del presidente de Haití “está en apoyar gobiernos que se basan en la fuerza bruta y no en el conocimiento”.
“Si han matado un presidente extranjero en su casa al lado de su esposa, imaginen lo que han hecho con el pueblo colombiano humilde, imaginen lo que han hecho con su juventud” sostuvo el senador Petro
Se ha enseñado en la fuerza pública la letalidad pero sin corazón democrático. La única manera para que la capacidad letal de una fuerza no provoque genocidios es que tenga un corazon democrático
Desde hace décadas los gobiernos buscan quitarle el corazon democrático a la fuerza
— Gustavo Petro (@petrogustavo) July 9, 2021
Finalmente, señaló que “Se ha enseñado en la fuerza pública la letalidad pero sin corazón democrático. La única manera para que la capacidad letal de una fuerza no provoque genocidios es que tenga un corazón democrático.Desde hace décadas los gobiernos buscan quitarle el corazón democrático a la fuerza”
En contraste, Juan Carlos Pinzón, que fue ministro de Defensa en la era Santos y hoy funge como Embajador de Colombia en Estados Unidos no dudo en indicar que, “resulta triste que esto marque de manera negativa el nombre de Colombia y las Fuerzas Armadas tras la relación que se viene haciendo con el crimen”.
Triste que el nombre de nuestro país y nuestras FFAA los relacionen con el magnicidio del Presidente de Haití.
Los hechos merecen rechazo rotundo y justicia efectiva.
El caso es muy grave y absurdo. Se debe llegar al fondo.
¿Quién y por qué contrataron a ese personal en retiro?— Pinzón Bueno (@PinzonBueno) July 9, 2021
Pinzón Bueno también dejó clara su postura de rechazo a los hechos ocurridos y la necesidad de una justicia coherente con el esclarecimiento de los sucesos.