El nuevo orden mundial

Por: David González*


“Y más allá llegó el mal: que no solamente el hablar y el tratar con los enfermos daba a los sanos enfermedad o motivo de muerte común, sino también el tocar los paños o cualquier otra cosa que hubiera sido tocada o usada por aquellos enfermos, que parecía llevar consigo aquella tal enfermedad hasta el que tocaba” narraba Giovanni Boccaccio en El Decameron; es de las primeras obras de la literatura Europea que hacen referencia a una de las mayores pandemias de la historia, la peste negra. Esta, que cobró la vida de más de un tercio de la población del mundo conocido en la época, derivó en transformaciones a todo nivel: la tenencia de la tierra, el aumento de ingresos para poblaciones campesinas, las nuevas figuras en la élite social con el debilitamiento del feudalismo y el posicionamiento del burgués, el fanatismo religioso, las persecuciones a los judíos; la literatura y el arte de la época no fueron ajenos brillando por su pesimismo y angustia, los nobles, el clero y plebeyos son representados en “La Danza De La Muerte” donde la parca es imparcial con todos los estamentos sociales.

Siglos más tarde en 1918, coincide el final de la I guerra mundial con la aparición de la peste española, periodo en el que fallecieron al menos 50 millones de personas; los dos eventos se ensañan arrebatándole la vida a la población jóven. Si todos los que leen estas líneas hablan con sus padres, van a concluir que estamos ante una situación jamás vista ni vivida, una historia aun en desarrollo que dejará cambios radicales en cómo percibimos el mundo, en cómo interactuamos, cómo nos comportamos, cómo vivimos y trabajamos vislumbrando un nuevo orden mundial con sectores afectados dramáticamente, algunos para mal y otros para bien.

Connor Roy, hijo del magnate de los medios Logan Roy, personajes ficticios de la no tan publicitada pero galardonada serie de HBO “Succession”, basa su campaña presidencial en la premisa de no pagar impuestos, algo traído de los cabellos, pero volviendo a la realidad que enfrentamos puede ser esa la mentalidad post- Covid 19 de un ciudadano del común o empresario abandonado por el estado; testigo de sistemas sanitarios colapsados, guiados por líderes mundiales de comportamiento errático. Aún estamos asimilando ver como al tiempo que las bolsas se derrumban alrededor del mundo, este se paraliza y hoy casi 2 mil millones de personas permanecen en cuarentena, y según pronostica la agencia de calificación crediticia S&P atravesaremos por una recesión global, antesala de lo que será una nueva realidad y un nuevo orden con grandes cambios culturales, políticos, sociales y económicos.

Un nuevo orden mundial, con un Estado que hoy de buena fe coarta los derechos de los ciudadanos; pero podría haber nuevos alcances autoritarios en el futuro cercano, un nuevo día con cientos de miles de plazas de trabajo menos y una disminución global en la producción, un mundo donde Bruselas y Washington han demostrado su ineficacia para articularse y tomar decisiones oportunas, minando la confianza de sus pueblos que ahora darán una mirada xenófoba a la globalización. Seguramente se pasará factura a la ausencia de líderes, donde el otrora policía del mundo se ve sobrepasado por la crisis sanitaria, en un espectáculo bochornoso de culpas mutuas entre Andrew Cuomo, Bill De Blasio y Donald Trump, quien a su vez cruza reclamos con su homólogo chino.

En el mundo empresarial la tecnología y la innovación ya vienen cambiando el comportamiento de la gente, están transformando industrias que hoy más que nunca, no volverán a ser como las conocemos. El mundo del entretenimiento que aplaza los blockbusters del verano, deberá encarar una audiencia reticente a ir a teatros y magnetizada por Netflix, Amazon Prime, Apple TV, Youtube y Hulu . Según el sitio estatista.com, ventidos billones de dólares reporta globalmente la venta de entradas a conciertos, un sector que sumado a la cancelación de shows tendrá que enfrentarse a un mundo post- covid, ávido de entretenimiento pero sumergido en un planeta golpeado por la desaceleración económica y el temor de algunos a congregarse en multitud, en el tintero quedo el tour debut de Billie Eilish, hasta las presentaciones de las veteranas Celine Dion y Cher. Ya los artistas anticipan como podría ser un futuro cercano, Chris Martin, Juanes, John Legend hacen hoy shows en YouTube e Instagram al tiempo que Bono estrenaba su nuevo single en Facebook Live.

Que será de las ya golpeadas acciones de WeWork, en un mundo volcado a fuerza al Home office, mermado económicamente y con pocas ganas de interactuar con sus pares. Como será afectada la política, que vive de la conexión con el pueblo en la época del distanciamiento social. Una cosa es llamarse Donald Trump y tener una plataforma mediática detrás y otra un total desconocido con ideas pero sin relevancia en la arena electoral de su comunidad, sin duda los que dominan los medios digitales serán los llamados a diseminar sus mensajes masivamente. Puede ser el momento del ascenso de labores que hoy son subestimadas; la señora del aseo, porteros, enfermeros, y todos ellos que nos dan un escudo para el miedo sembrado por el Covid 19.

El deporte, otra de las industrias que congrega multitudes seguramente sufrirá una baja por varios meses y emergerán otras formas de consumo de contenido y de engagement con sus seguidores. La educación y la medicina, dos sectores que no conviven con el distanciamiento social pero muy proclives a sufrir una acelerada renovación soportada en plataformas tecnológicas; definitivamente se consolidara el modelo de educación virtual y la telemedicina recibe el cuarto de hora que esperaba para masificarse.

Colombia es un país con un ADN empresarial desde siempre, no es gratis que a pesar de haber cambiado de propietarios algunas de ellas, tengamos marcas emblemáticas como Avianca, Bavaria, Postobon, Leonisa, Quala, Arturo Calle, Éxito y Casa Luker, entre otras. Seguramente en medio de la crisis surgirán empresarios que sepan aprovechar las audiencias que están híper conectadas, ya sea para promocionar inéditos productos o para crear servicios innovadores, los nuevos billonarios del futuro no son altos ejecutivos en una multinacional, seguramente serán empresarios digitales, así como muchas de las empresas que cierran sus puertas, tal vez no las vuelvan abrir.

Aún falta mucho por venir, no se atraganten con lo que compraron para pasar estos 19 días, vamos en el primer tiempo y está por verse quién gana la carrera por hacer la vacuna, si China, E.E.U.U. o Alemania, hagan sus apuestas. Estamos ad portas de ver un nuevo mundo, una reacomodación en la política mundial, el surgimiento de nuevas figuras, tiempos de incertidumbre y angustia tal vez, aprovechemos el momento de amigarnos con el planeta que usa esta pausa para sanarse.

*Director de Colombia Tech

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