Lo malo de ‘La Rosca’ es no estar en ella

Foto: Feria Empresarial – Cámara de Comercio de Bogotá

Cuando Jorge González fue despedido de manera injustificada en la multinacional donde trabajaba como auditor, surgió la idea de unir el talento de su padre como abogado y el suyo como contador para conformar la firma G&G Contadores en el año 2014, que posteriormente recibió el nombre de ‘Borner’.

Iniciaron con una cartera importante de clientes a nivel nacional sin que faltaran los tropiezos propios de una empresa nueva que contrata un grupo nutrido de personal y que debe tomar decisiones administrativas nada fáciles, pero que les trajeron grandes aprendizajes tanto a Jorge como a su padre en materia de gerencia.

Más adelante fue necesario la toma de decisiones mucho más fuertes como tener que trasladar su lugar de trabajo a una de esas oficinas compartidas en las que profesionales autónomos, teletrabajadores y empresarios se dan cita para trabajar, y donde los gestores del espacio intentan conectar y crear oportunidades entre y para sus miembros (coworking). Fue allí cuando llegó  el momento de conocer profesionales de diferentes áreas, un hecho que les permitió extender la marca y ofrecer sus servicios y de paso relacionarse con otros que les podían proveer soluciones a las necesidades que como empresa tenían.

Ya con la marca Borner consolidada, ambos decidieron no limitarse al mercado de las grandes empresas y es entonces cuando se dan a la búsqueda de pequeños y medianos empresarios que como el, un día soñaron con consolidar su idea de negocio pero de una manera bien organizada.

En todos los diálogos encuentran la necesidad que tenían los microempresarios de ordenar mejor sus finanzas, y dar trámite a los temas tributarios y administrativos de forma rápida, bien sea en bancos, entidades públicas y cámaras de comercio y también soluciones en materia de nuevas tecnologías.

Es ahí donde surge la idea de crear una comunidad en donde se compartan experiencias que les enseñen a cada uno de sus integrantes a como ser mejor en su idea de negocio.

Nace entonces ‘La Rosca’, un grupo de comerciantes pequeños, medianos y grandes que sin importar su actividad económica o su lugar de ubicación, buscan entre todos soluciones inmediatas a los problemas cotidianos en una empresa y además actuar en una especie de cadena productiva donde entre ellos mismos contratan servicios y ofrecen sus productos.

Puede que el término de rosca haga referencia a un grupo cerrado de personas que por una u otra razón se unen y comparten determinado espacio o actividad, sin embargo este no es el caso de ‘La Rosca’, porque aquí puede ingresar todo el que desee, siempre y cuando tenga la voluntad de crecer en su emprendimiento de manera organizada y de ayudar a otros a crecer en conjunto.

Lograr la confianza no fue fácil, y fue mucho más difícil ayudarle a los integrantes a no perder la fe en los momentos más duros de la pandemia del Covid 19, cuando muchos pensaron en cerrar sus negocios ante las pérdidas económicas que estaban soportando tras los continuos cierres.

Poco a poco fueron llegando  empresarios medianos y pequeños, emprendedores pero también propietarios de tiendas, panadería, carnicería, remontadoras de zapatos, modisterías, supermercados, ferreterías, venta de eléctricos y cuanto negocio existen en los barrios y localidades de las diferentes ciudades y municipios en Colombia.

Lo primero que aprendieron este grupo de pequeños microempresarios es a administrar sus negocios a partir de las nuevas tecnologías, es decir, a sistematizar la información contable y a buscar en la internet los temas tributarios y a prestar y recibir servicios a partir de plataformas en la red.

De esto se encargó no solo Borner, sino además la firma Siigo, esta última también dedicada a la prestación de servicios contables y de tecnologías desde la Nube.

Siigo también pertenece a ‘La Rosca’ y, al igual que Borner comparte sus conocimientos en esta materia con los demás miembros, sirviéndoles de guía para que no se equivoquen en los momentos en que deben hacer diligencias tributarias, administrativas, etc.

De igual forma tanto Borner como Siigo reciben esa reciprocidad de parte del resto de los integrantes de La Rosca, cuando requieren alguno de los servicios o productos que ofrecen a un precio bastante cómodo, esto por el solo hecho de ser ‘La Rosca’, donde al fin de cuentas, lo malo es no hacer parte de ella.