Medellín, orgullo nacional

Nos levantamos con una excelente noticia: el prestigioso periódico “The Economist” declara que “Medellín es un prodigio médico”, en línea con lo publicado por otros medios internacionales. Igualmente señala el éxito de Colombia en el manejo de la crisis, y los extraordinarios resultados que está arrojando. Si nos comparamos con países de nuestro entorno, la tasa de mortandad y contagio per cápita es tres veces inferior. Aunque estos últimos días estos datos no nos han dado mucho ánimo, puestos en contexto, son aun positivos. En Medellín, a fecha de ayer, el periódico británico señala el excepcionalmente bajo número de muertos: solo tres.

En un artículo publicado en la edición de esta semana (4 de junio), se alaba la gestión del regidor paisa, destacando su trayectoria personal y profesional. En concreto se menciona como ingredientes clave la anticipación y celo que se demostró desde el comienzo de la pandemia, y el uso inteligente de tecnologías digitales, fruto del paso del Daniel Quintero por el MinTic.

En este sentido, los expertos señalan que la distancia social es la medida más eficaz. En un informe publicado esta semana, la OMS ratifica lo que ya parece de sentido común, y recomienda que se mantengan la distancia social regulada. Igualmente, señalan la rapidez y rigurosidad en la toma de estas medidas como el factor que más correlaciona con bajas tasas de infección. El semanario inglés explica como la Alcaldía de la capital del Valle de Aburrá actuó con rapidez, cuando aun se subestimaba la gravedad de la epidemia. Menciona que la preparación comenzó en enero, antes de tener casos de contagio en el país. Y perseveró durante todo febrero, a pesar de las críticas de quienes pensabamos que esta era “una gripa común y corriente”. Este es un aprendizaje clave para próximos rebrotes.

Pero los elogios más transcendentes que el periódico decano de la prensa económica (fue fundado en el 1843) dedica a la Alcaldía de la capital paisa son los relacionados al uso de las nuevas tecnologías en la lucha contra la epidemia. Y son transcendentes porque es el eje de desarrollo crítico para todo el Valle de Aburrá. El famoso “Sillicon Valley de Sur” como motor de la economía nacional. En este sentido se resalta el análisis y activación de “big data” o recolección de información suministrada por los ciudadanos, aunque recoge la polémica entorno a la privacidad y destino posterior de los datos. Se señala el uso de datos para dos labores clave: el seguimiento o “trazabilidad” de los contagios, y la distribución de ayuda a los que la necesitan.

En el primer caso, recalca el uso de geo-segmentación para el suministro sanitario y el seguimiento de contagiados, lo que resulta en un uso eficiente de los escasos recursos con los que contamos. También en acciones más restrictivas pero muy eficientes y eficaces, como el bloqueo de tarjetas de transporte a los infectados y las personas con las que conviven.

Pero probablemente, el principal problema al que nos enfrentamos es a la distribución oportuna y justa de la ayuda. Y es que, como reportan otros medios internacionales como la BBC, el FT o la CNN, la estructura social y económica este es el cuello de botella crítico que paraliza os esfuerzos preventivos y paliativos en los países de nuestra región, donde los estratos más vulnerables están asentados en la informalidad. Esto imposibilita las medidas de aislamiento y la distribución de la ayuda, ya que la informalidad lleva consigo la necesidad imperiosa de movilizarse para subsistir, y la dificultad de localizar a los potenciales beneficiarios de ayudas. Y es que la informalidad incentiva la falta de registro y escrutinio. Pensemos en su baja bancarización o en el uso extenso del “prepago” para el uso de servicios básicos. El uso de las nuevas tecnologías ha permitido identificar las necesidades de ayuda no solo a nivel de barrios, sino incluso por familia, permitiendo un diseño de los paquetes de ayuda de acuerdo con las necesidades de la unidad familiar.

Esta excelente reseña en el medio de referencia entre líderes de opinión globales, donde se califica de “maravilla” la gestión del Alcalde Quintero, sin duda subirá notablemente la reputación de la ciudad de la eterna primavera. Y de toda Colombia. Medellín apunta a ser el “Sillicon Valley del Sur”, si se consolida como tal será una cuestión de tesón y visión de estado por parte de las autoridades, empresarios y ciudadanía. Lo que está claro es que hoy los colombianos nos podemos sentir orgullosos de ser un ejemplo global en la gestión de esta Pandemia.

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