Petro insistió al ELN para que deje las armas

El presidente, Gustavo Petro, señaló en medio de su discurso de posesión que Colombia tradicionalmente ha sido relegada “a la condena de lo imposible, a la falta de oportunidades, a los no rotundos”, por lo que ha apostado por un cambio de paradigma que lleve a “la Colombia de lo posible”.

“Quiero decirles a todos los colombianos y todas las colombianas que me están escuchando (…) que hoy empieza nuestra segunda oportunidad”, ha asegurado, al considerar que “nos la hemos ganado. Se la han ganado. Su esfuerzo valió y valdrá la pena. Es la hora del cambio”.

“Estamos acá contra todo pronóstico, contra una historia que decía que nunca íbamos a gobernar, contra los de siempre, contra los que no querían soltar el poder”, ha agregado Petro.

El nuevo presidente aseveró que “desde hoy” él y su Gobierno empieza a trabajar “para que más imposibles sean posibles en Colombia. Si pudimos, podremos”.

Petro pide al ELN que deje las armas

Petro hizo énfasis en que su Gobierno dará cumplimiento al Acuerdo de Paz firmado en 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), e instó al Ejército de Liberación Nacional (ELN) a dejar las armas y aceptar la paz.

“Convocamos, también, a todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado. A aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia, a trabajar como dueños de una economía próspera pero legal que acabe con el atraso de las regiones”, ha dicho el mandatario colombiano.

Asimismo, ha subrayado la importancia de llevar el diálogo social a todas las regiones del país, así como que participe toda la sociedad para encontrar caminos que permitan la convivencia en Colombia.

En ese contexto, el presidente de Colombia aseguró que su Gobierno trabajará “de manera incansable para llevar paz y tranquilidad a cada rincón de Colombia. Este es el Gobierno de la vida, de la paz, y así será recordado”.

“No podemos seguir en el país de la muerte. Tenemos que construir el país de la vida”, ha reiterado.

El fin de la guerra contra las drogas

Por otra parte, el recién investido presidente de Colombia enfatizó durante su discurso, ante miles de colombianos en la Plaza de Bolívar, que la “guerra mundial contra las drogas” ha fracasado.

Por este motivo, recalcó que es “necesario” convocar una Convención Internacional en la que se abra una discusión sobre el control de las drogas.

“Es hora de una nueva Convención Internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado rotundamente, que ha dejado un millón de latinoamericanos asesinados, la mayoría colombianos, durante estos 40 años”, ha detallado Petro, que también ha mencionado a los 70.000 norteamericanos muertos por sobredosis cada año.

“La paz implica que cambiemos indudablemente. Claro que la paz es posible si se cambia, por ejemplo, la política contra las drogas, vista como una guerra, por una política de prevención fuerte del consumo en las sociedades desarrolladas”, precisó.

En este sentido, ha apostado por un cambio que permita que Colombia y Latinoamérica “puedan vivir en paz”.

Una reforma tributaria “justa”

Gustavo Petro anunció una reforma fiscal que distribuya la riqueza que genere el país, que no sean confiscatorios, sino “simplemente juntos”.

“La igualdad es posible si somos capaces de crear y generar riqueza para todos y todas, y si somos capaces de distribuirla más justamente. Por eso, proponemos una economía basada en la producción, el trabajo y el conocimiento. Y es por ello por lo que proponemos una reforma tributaria que genere justicia”, ha explicado el presidente colombiano.

El mandatario hizo énfasis en que un diez por ciento de la población colombiana ostenta más del 70 por ciento de la riqueza, algo que ha calificado como “un despropósito”.

Por este motivo, Petro ha instado a la ciudadanía colombiana a que no mire a otro lado y a que, “con voluntad, políticas de redistribución y un programa de justicia” se construya una Colombia “más igualitaria y con más oportunidades para todos y todas”.

“El llevar una parte de la riqueza de las personas que más tienen y más ganan, para abrirle las puertas de la educación a toda la niñez y la juventud, no debe ser mirado como un castigo o un sacrificio; es simplemente el pago solidario que alguien afortunado hace a una sociedad que le permite y le garantiza la fortuna”, ha agregado.

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