Adriana Sepúlveda y su esposo fueron reconocidos por el Juzgado Segundo de Restitución de Tierras de Apartadó como propietarios de un terreno de 22 hectáreas en el corregimiento Caucheras de Mutatá.
La Sentencia proferida fue notificada en el predio con la presencia de la Personería Municipal, la Secretaría de Gobierno local, inspector y funcionarios de la Unidad de Restitución de Tierras y líderes sociales de Urabá.
Ricardo Antonio Guisao, quien fue restituido fue obligado a salir de su predio junto a su familia en el año de 1996 con amenazas de los entonces paramilitares del Bloque Élmer Cárdenas, luego uno de sus hermanos fue reclutado por la guerrilla de las FARC y amenazado en múltiples ocasiones en el corregimiento de Mutatá.
Así mismo Luz Adriana Sepúlveda Guisao, quien es lideresa de reclamantes de tierra vivió el despojo masivo que dejó sin habitantes a Caucheras y Bejuquillo desde hace más de 16 años; ha insistido en pedir garantías para el retorno: “proyectos productivos y seguridad permanente para poder habitarlo son necesarios porque no será fácil, la zona es complicada” asegura.
Desde Tierra y Paz, Asociación de reclamantes que asocia más de 650 víctimas de despojo de tierras insisten en pedir seguridad, este año 6 reclamantes han sido amenazados en Urabá. “Necesitamos que luego de la diligencia esté la policía y el Estado en los predios, en 2022 se han dado cuatro diligencias de restitución en Urabá a nuestros asociados, esas personas necesitan garantías” dice Ayineth.
Desde la Fundación Forjando Futuros continuaremos siendo garantes del proceso de restitución en el país, insistimos en pedir celeridad y acompañaremos a las víctimas para que su retorno sea definitivo y con plenas garantías.
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