Cerca de 18 meses y cientos de miles de ciudadanos fallecidos le costó al país poner en marcha una estrategia efectiva de vacunación masiva. Si bien hoy es un hecho que la totalidad de la población puede acceder a un biológico, la ausencia de una política real de salud pública se sintió al principio y aún ahora sigue dejando estragos tanto en términos de salubridad como de reactivación económica.

El esfuerzo logístico que implica manejar y actualizar la información sobre la aplicación de las vacunas era un reto mayúsculo desde el momento en que la adquisición de los biológicos se hizo indispensable, por eso es que decepciona ver como, sobre la marcha, los coordinadores de toda esta política tapan un hueco mientras abren otro de manera sucesiva, esta vez hablemos de los carnés de vacunación.

En Colombia todo el proceso de certificación de la inmunización se tomó a la ligera. Tanto que, en España, por ejemplo, el carné de vacunación que reciben todos aquellos que han recibido la vacuna en nuestro país no tiene ningún valor informativo o de bioseguridad. ¿Cómo es esto posible?

Como ya ha sido ampliamente descrito por los medios de comunicación, inescrupulosos emprendieron la falsificación de este documento en búsqueda de lograr salir del país con facilidad, sin embargo, dada la importancia del documento que certifica la inmunización en esta coyuntura todo parece indicar que el Ministerio de Salud no previo este escenario. ¿Por qué fue tan sencillo falsificar un documento tan importante?

Es tan importante este documento en el mundo que varios países de la unión europea aun discuten la implementación de un pasaporte que porte el indicativo de bioseguridad. Es inaceptable que los salubristas públicos que dictan el rumbo de la salud en Colombia no hayan previsto la importancia de estos registros. Es un error infantil; y no puedo dejar de mencionar que la discusión sobre digitalizar el acceso a este registro aparece de manera tardía.

Es cierto que a nadie le gustan las comparaciones, pero es inaudito que países en los que las cifras de contagio y fallecidos superan las que reportamos a sol de hoy en Colombia tengan menos obstáculos para recorrer el mundo que nosotros. Esto afecta notablemente la reactivación de las economías que dependen del comercio internacional, del flujo de extranjeros y, más importante aún, no nos acerca a los inversores internacionales que tanto admiran en este gobierno.

Por como van las cosas es imposible no pensar que en el Ministerio de Salud de Colombia no ha dejado de improvisar en casi 2 años, desde que el Dr. Fernando Ruiz recibió un ministerio que duró meses abandonado. Es inaceptable que vuelvan a acusar que “todos estamos aprendiendo”, no olvidemos que los cargos del ejecutivo no son para aprender y esperemos que el ministro Ruiz y sus equipos de trabajo no sigan dejando todas estas variables a la deriva.

@JuanLuisCasCo