En días pasados estuve leyendo sobre la posible instalación de la cabina calma dentro de un centro comercial, una cabina que pretende generar un espacio seguro para que los hombres se desahoguen y no se vean tentados a maltratar ni asesinar a las mujeres. Esta es la novedosa estrategia para prevenir el feminicidio y disminuir la violencia hacia las mujeres, mediante la cual los hombres aprenderán a manejar sus emociones. Las cabinas se iban a implementar de manera simbólica en el centro comercial Santa Fe porque allí fue asesinada Esthefani Barranco por su pareja. Esto es lo que les propone a las mujeres de Bogotá el alcalde Galan.
Ya le corresponderá al Concejo de Bogota hacer el respectivo control político: ¿cuánto costó esta cabina? ¿cuál es la justificación? ¿cuál fue el proceso participativo que acompañó estas decisiones? ¿porque se adquirió esta inversión? ¿cuáles son los indicadores? ¿cuántas personas se presentaron al proceso licitatorio? ¿De dónde sacaron tan maravillosa idea y cuáles son los resultados positivos que esta ha generado para que el mandatario y su equipo tomen la decisión de implementarla en nuestra ciudad? El Concejo de Bogota nos dirá si hay o no detrimento al patrimonio de las mujeres.
Cuestiono no solo la estrategia sino el lugar donde pretende ser implementada, en un centro comercial al cual acude una población con un alto poder adquisitivo de dinero, al norte de la ciudad, justificando que allí se cometió el Feminicidio de Esthefani Barranco. Y no es que considere que la violencia hacia la mujer no se presente en el estrato alto, claro que se presenta; la violencia económica, la violencia patrimonial, la violencia psicológica y la violencia física la cual es tapada con un poco de maquillaje y un falso pudor por el que dirán. Profesionalmente hablando mucho más difícil de abordar y afrontar una situación de violencia en los estratos altos que los estratos bajos, ya que en estos hay más barreras invisibles para recibir ayuda.
Y dirán ahora… siempre piensan en las mujeres, porque todo para las mujeres, si los hombres también sufren, a los hombres también los maltratan. ¿Y una diría sí, los hombres también han sido maltratados, pero cuánto tiempo lleva la humanidad humillando y atropellando a las mujeres? Y es que este tema de las violencias de género no es una competencia ni es una contabilidad para ver quién debe, o para ver quién maltrata más, quien maltrata menos y quien se defiende.
El maltrato es tal vez la conducta hegemónica y denominación más antigua que ha usado el ser humano para resolver un conflicto. El castigo ha sido considerado como una forma de enderezamiento de la conducta, es un método arcaico pero que, de manera eficiente quieta al otro por medio del sometimiento, la fuerza, la intimidación y el miedo. Podrá ser eficiente pero adecuado no y nunca. De ninguna manera vamos a avalar que la violencia sea el método adecuado para llamar al orden y a la convivencia.
En un país como el nuestro que dice ser un país democrático hablar métodos de castigo físico y psicológico es absolutamente cuestionable, ya que la dominación sobre la otra persona ya implica una coerción hacia el otro y una falta de respeto hacia la diferencia.
El hombre maltrata a la mujer, la mujer maltrata a sus hijas e hijos estos se maltratan entre sí y estos maltratan los animales es una cadena de maltrato, del de mayor hegemonía al de menor poder.
Pero además también es una forma inadecuada de resolver los conflictos, la violencia, la presión psicológica y física sobre el otro, agota la capacidad de respuesta del más débil y resuelve casi que por cansancio y fatiga ansiosa, una situación que disminuye profundamente al violentado. Y las cifras lo dicen; son más violentadas las mujeres que los hombres y las cifras de feminicidio crecen.
La línea calma es una línea telefónica que ofrece atención psicológica de manera rápida y gratuita. Un canal de comunicación para todos los hombres mayores de 18 años en Bogotá que quieran tener un espacio para comunicarse, ser escuchados y recibir orientación profesional. Sin embargo, muy pocas personas conocen la línea calma y su capacidad de difusión es responsabilidad del distrito que al momento no ha llegado a la masa crítica de las personas que requieren una atención integral Biopsicosocial para controlar y manejar sus emociones, respetar al otro y a la otra y establecer métodos eficientes para resolver un conflicto.
La fiscalía general de la Nación, en el último año, entre mayo de 2023 y mayo de 2024, documentó 630 de feminicidios, es decir, un promedio de dos casos por día, además de registrarse casi 150 mil denuncias de violencia intrafamiliar.
¿Realmente creen que con cuarticos para bajar la calentura se resuelve esto? Están muy equivocados. Está “estrategia”, no solo es inútil si no que es violenta con las mujeres. Son paños de agua tibia ante gran problema sistemático y estructural. Este tipo de medidas no son preventivas, no sirven, nada resuelven por qué no abordan la raíz y una causa. ¡¡¡Quien esté asesorado este tema para el distrito está mal enfocado!!! Esto es un tema que se debe abordar desde la política de salud mental de Colombia para estos casos no solamente debe programarse una intervención individual y familiar sino que se deben identificar los factores psicológicos, sociales, familiares y de contexto que lleva a estas personas a cometer acciones violentas pero además no quedarse solamente allí sino que se debe trabajar de manera conjunta con las instituciones judiciales para que no se revictimice a las personas que sufren cualquier tipo de violencia.
En este sentido el gran padre de familia que se posicionó el 1 de enero de este año rompiendo el protocolo con una imagen cándida de su hija entregándole la banda que le distinguía el título de mandatario es contradictoria, puesto que a las niñas no se les cree ni se les protege en esta ciudad, todos los días en redes sociales aparece para compartir con urgencia y desesperación por parte de las familias la búsqueda de una menor de edad en cualquier localidad de Bogotá, ¿cuáles son las estrategias para prevenir las condiciones de maltrato y de abuso sobre las niñas? ¿Cuáles son las líneas de atención y de ayuda que tienen los niños y las niñas en el entorno escolar tanto público como privado? cuáles son los profesionales que en las instituciones educativas deben abordar de manera profesional y además sin riesgo a no quedar contratados? Se deben tratar estas problemáticas no sólo desde su descripción y diagnóstico sino desde su intervención hasta la cura y alivio. Yo sinceramente pienso que Michell Focault lo expresó acertadamente cuando habló de las relaciones de poder las relaciones asimétricas y de dominación, quienes generan condiciones de control que contienen las emociones, las reprimen y no las tramitan, sino que por el contrario van acumulandóse y acumulándose generando una contención insostenible para el ser humano. Súmele a esto condiciones económicas precarias y la dificultad de tener acceso a derechos fundamentales como la alimentación, la educación, la salud, la vivienda y el trabajo, que hacen más desigual estas relaciones.
Pretender que la violencia contra la mujer cambie en nuestra ciudad sin tener en cuenta la feminización de la pobreza, es coger el agua con las manos. las mujeres merecemos ser reparadas en esa brecha histórica de desigualdad en la cual hasta hace muy pocas décadas éramos consideradas casi cosas o propiedad del varón cosanguíneo más cercano a nuestras vidas. Ni se reconocía el nivel intelectual para manejar e interceder en negocios o situaciones económicas, en un país donde las mujeres votaban por el patriarca que mandaba en su familia, el cual era el que por lo general también determinaba los destinos económicos y las herencias de las mujeres, negándoles la posibilidad de tomar posesión y autonomía de sus bienes.
En este país la violencia política, desplazamiento y el conflicto armado han influido en la violencia hacia la mujer, la ha convertido en botín de Guerra, la han convertido en el instrumento para los golpes más bajos en el debilitamiento político de un adversario. En este país donde la tenencia de la tierra está en mucho menos proporción en manos de las mujeres que los hombres, en este país donde las mujeres expresado en las cifras mayoritariamente son más víctimas que los hombres.
Así que a la mujer que es codependiente de su violentador, hay que brindarle la ayuda y herramientas necesarias para salir de esa revictimización y círculo vicioso que alimenta la espiral de violencia. Y claro de igual manera también se debe poder poner en práctica unas masculinidades no hegemónicas y unas paternidades corresponsables.
Trabajar fuertemente con las familias jóvenes sobre la prevención y cambio de las relaciones comúnmente llamadas tóxicas, el cuestionamiento para las nuevas familias de las formas de maltrato y de los mecanismos de aprendizaje. la violencia vicaria no puede estar en el olvido ni en el cuarto de la indiferencia, por que ella actúa en el aprendizaje silencioso del otro. Permitiendo que las relaciones violentas sean normalizadas y se desconozca los patrones de conducta que deben ser reparados y reconciliados.
Esperamos entonces una política pública distrital de salud mental la cual permita generar unas estrategias de investigación evaluación y diagnóstico para la formulación y diseño de proyectos que permitan la intervención mediada por indicadores de cumplimiento los cuales puedan ser medibles y cuantificables y que a lo largo del tiempo nos permitan declarar un cambio.
La Alcaldia mayor de Bogota en su relacionamiento con el Consejo consultivo de Mujeres encuentra escucha encuentra eco es hora de consignar y tomar nota de las peticiones de este grupo que por acuerdo nos representa. Allí se encuentra la sabiduría popular y desde allí se pueden construir varias herramientas que cumplan con los enfoques diferenciales y poblacionales que permitan hacer sostenible en cada territorio un país libre de violencias.
Las mujeres lo piden a gritos alcalde más empleo, más educación, más vivienda, más salud, más derechos, así que le pedimos al alcalde que deje la calma y se mueva para que Bogotá avance con las mujeres.