Breve reseña histórica no cronológica de REDEPAZ en sus 30 años

Esta semana que acaba de terminar, se celebró el cumpleaños número 30 de conformación de la Red Nacional de Iniciativas Ciudadanas por la Paz y Contra la Guerra – REDEPAZ, con actos culturales, reuniones de amigos, homenajes. Actos que pasaron casi desapercibidos para la prensa nacional, para el mundo político y el gobierno nacional; sin embargo, en memoria de quienes han sido víctimas por trabajar por la paz, de las personas que ya nos entregaron su energía y se encuentra esparcida por el mundo, y en homenaje a quienes persisten tercamente en la búsqueda de caminos de paz desde la sociedad civil, me atrevo a escribir esta pequeña reseña histórica, para que la memoria refresque los compromisos.

La historia reciente del movimiento por la paz surge a mediados de los años 80, en respuesta a las constantes infracciones al Derecho Internacional Humanitario por parte de todos los actores armados del momento. Los genocidios contra los movimientos políticos de izquierda Unión Patriótica, Frente Popular, A Luchar y expresiones Ciudadanas no organizadas, los asesinatos de candidatos presidenciales, las tomas armadas y violentas de pueblos y lugares emblemáticos para la democracia como el palacio de justicia, entre otros, promovió el surgimiento de expresiones ciudadanas en contra de la guerra y por la paz.

De esta época se recuerda la caminata de los pies descalzos, la Ley 95 de 1985 que reconoce el 9 de septiembre como el día nacional de los Derechos Humanos, la primera semana por la paz, y expresiones políticas y sociales que abogaban por la salida negociada del conflicto armado y la apertura democrática ligada a la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente para pactar una nueva constitución política que diera salida al conflicto armado interno, los movimientos territoriales por la paz incentivados por la iglesia católica y la Pastoral Social, el CINEP y el Programa por la Paz de la compañía de Jesús.

Buscando la unidad de todo el movimiento ciudadano por la paz, y amparados en la nueva constitución que contempló en el artículo 22° la paz como derecho y deber y en el artículo 3° la soberanía popular, enmarcados en el concepto de la democracia participativa, y los procesos de paz del E.P.L. el M-19, el Quintín Lame, el PRT, las milicias urbanas y la C.R.S., se convocó el 21, 22 y 23 de noviembre de 1993, el encuentro que dio origen a la Red Nacional de Iniciativas Ciudadanas por la Paz y contra la Guerra – REDEPAZ, con su emblemática guacamaya como símbolo de la palabra, la libertad y la multiculturalidad, y que tuvo como primera tarea seguir organizando la Semana por la Paz, de las cuáles se celebró este año la número treinta y seis.

Con Redepaz y estrenando constitución, se promovieron iniciativas como el mandato de niños y niñas por la paz de 1996, a través del cual cerca de tres millones de niñas y niños se expresaron en las urnas por la paz y sus derechos, el mandato ciudadano por la paz de 1997, ejercicio de participación ciudadana directa mediante el cual más de 10 millones de ciudadanos y ciudadanas, se comprometieron a ser constructores y constructoras de paz y exigieron la solución pacífica del conflicto armado, la primera asamblea permanente de la sociedad civil por la paz en 1998 promovida por la USO, que convocó a amplios y diversos sectores sociales y políticos para trabajar por la paz, la comisión de conciliación nacional,  las marchas del No Más. Los mandatos fueron el preámbulo de los diálogos en el Caguán con las FARC y los diálogos en Puerta de Cielo-Alemania, con el ELN.

Igualmente este mandato significó a partir a finales del siglo pasado y en las dos últimas décadas del presente siglo, el surgimiento de las Asambleas Territoriales Constituyentes de las cuáles se alcanzaron a instalar doscientos procesos municipales y tres departamentales, las Mesas de Trabajo por la Paz, los encuentros, alianzas, movimiento y redes de mujeres constructoras de paz, la cumbre de Paz y País, Paz Colombia en respuesta a la propuesta militarista del Plan Colombia, los diálogos pastorales, los territorios de paz, los territorios en resistencia, las guardias indígenas, las mingas sociales, las caravanas, espacios y refugios humanitarios, los diálogos improbables, los conciertos por la Paz, los programas de desarrollo y paz con la Redprodepaz, las consultas y mandatos territoriales, procesos como el llamado París-Londres-Cartagena, la iniciativa de Cien Municipios de Paz y Cien Municipios de Participación Ciudadana para la paz, entre otros de gran impacto nacional e internacional.

Redepaz en alianza con otras organizaciones sociales y no gubernamentales ha promovido el surgimiento de movimientos y expresiones territoriales de paz y reconciliación como el Movimiento Madres por la Vida, las madres de la Candelaria en Medellín, Narrar para Vivir en Montes de María,  las mesas territoriales de víctimas por la Verdad y la Reconciliación, el movimiento de víctimas reclamantes de tierra-Tierra y Vida, las guardias campesinas y cimarronas, las redes de autocuidado y autoprotección, el Refugio Humanitario Por la Vida, la Mesa Social por la paz y recientemente la Mesa Nacional de Interlocución social para la Paz- MENISP, entre muchos otros procesos, iniciativas y organizaciones, que han marcado la agenda, y las múltiples propuestas y abordajes que desde la ciudadanía se expresan y que han llevado poco a poco a que la Paz sea hoy, no solamente un imperativo ético, sino una decisión social y política.

Redepaz en coalición con organizaciones defensoras de derechos humanos y paz, y sectores políticos demócratas, promovió la Ley 387 de 1997, por la cual se adoptan medidas para la prevención del desplazamiento forzado; la atención, protección, consolidación y esta estabilización socioeconómica de los desplazados internos por la violencia; la Ley 418 de 1997, hoy Ley 2272 de 2023, por la cual se consagran unos instrumentos para la búsqueda de la convivencia, la eficacia de la justicia y se dictan otras disposiciones; la Ley 434 de 1998, por la cual se crea el Consejo Nacional de Paz, se otorgan funciones y se dictan otras disposiciones; la Ley 975 de 1995, por la cual se dictan disposiciones para la reincorporación de miembros de grupos armados organizados al margen de la ley, que contribuyan de manera efectiva a la consecución de la paz nacional y se dictan otras disposiciones para acuerdos humanitarios; la Ley 1448 de 2011, por la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno y se dictan otras disposiciones; entre otras normas, decretos, ordenanzas y acuerdos para favorecer la construcción de la paz.

A pesar de los esfuerzos motivados desde la noviolencia y la neutralidad activa, Redepaz y sus integrantes has sido víctimas del conflicto armado. Aproximadamente 30 personas han sido asesinadas por trabajar por la paz vinculados a esta organización, más de 200 personas han padecido el exilio, más de 400 han sido desplazadas internamente. Redepaz y algunos de sus integrantes has sido víctima de amenazas, estigmatización, señalamientos, chuzadas, falsos positivos judiciales y hasta de un plan orquestado por el Estado Colombiano, a través del extinto Departamento Administrativo de Seguridad – DAS, llamado Plan Risaralda, fue ejecutado buscando su desarticulación. Con la Ley 1448, la organización fue reconocida como Sujeto de Reparación Colectiva en 2014 por parte la Unidad de Atención Integral a las Víctimas – UARIV y posteriormente victimizada por esta misma institución, que luego de firmar el acta de paz y salvo que dio por finalizado el proceso de reparación, le demandó judicialmente exigiendo la devolución de un bien inmueble, que ya estaba en poder la misma institución, proceso que, a pesar de haberse conciliado, hoy sigue vigente con la nueva administración.

Hoy Redepaz está conformada por más de 200 organizaciones locales y procesos nacionales, mantiene firme su propósito original y la llama de la iniciativa ciudadana de la movilización noviolenta, buscando abrir espacios que le permitan a esta y todas las organizaciones que han trabajado por la paz, el reconocimiento y los apoyos necesarios, que hagan posible su labor autónoma y deliberante, sus aportes voluntarios y la construcción de una cultura de paz que haga posible el surgimiento de un ser humano nuevo, capaz de transformar las causas estructurales que originan el desarrollo violento de los conflictos y sus consecuencias.

Felicitaciones a todas las personas que día a día tejen la paz con mano ciudadana, a sus fundadores y fundadoras que hoy mantienen viva la llama de la paz, a todas las personas que sin descanso promueven el perdón y una sociedad reconciliada. Que la energía no se acabe y que, a pesar de todos los tropiezos, sigan creciendo y alimentando el espíritu de la democracia, la equidad, la justicia social y la vida.

Luis Emil Sanabria D.

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