Carta a Juan José

Quiero escribirte una carta linda, porque en estos días recibes tu grado de bachiller, y así comenzarás a trazar tu camino por cuenta propia.

En pocas semanas te irás a vivir al País Vasco, conocerás una cultura que ha sabido reivindicar su identidad y transitar de la violencia al desarrollo. Estudiarás arquitectura, algo que tenías claro desde muy niño, cuando subirte al columpio te hacía sentir que podrías volar. Ya entonces dibujabas y también jugabas con plastilina y hacías cosas hermosas. Con los años te escuché ideas claras cuando paseábamos por Bogotá y opinabas de su arquitectura, hace poco me asombré cuando analizabas la ingeniería de la torre Rogers en la esquina de la 26 con la Caracas, y de la nunca acabada torre Bacatá, un esperpento de negocio, una arquitectura que no convoca, y un urbanismo que no fue posible. No olvides que la arquitectura, el urbanismo y por tanto las ciudades, son diseño y humanismo, antes que negocio. Si partes de esto último seguramente harás plata, dirán que eres una persona exitosa, y tú ego se creerá semejante estupidez. Serás rico pero a la sociedad poco le habrás dado. Si tus conceptos y tu creatividad parten de lo humano y de tu aporte a la transformación, serás feliz de tus aportes a la profesión y a la sociedad, y el bienestar personal también te llegará y con más generosidad, aunque para ti no será lo principal.

Trabajarás primero en algunos estudios, aprenderás de otros, luego crearás tu empresa, y harás un nombre cuando termines tu maestría en Alemania (un país que quiero inmensamente y al que agradezco siempre porque me enseñó mucho y me llevó por varios países, es el líder de Europa y uno de los líderes del mundo, se inventaron hace diez años la revolución de las industrias 4.0, y con el cual el País Vasco tiene alianzas estratégicas), o en el país que en su momento escojas. Y avanzarás a un doctorado, en otra disciplina en otra ciencia, ojalá en Asía, el futuro del mundo. Te hablaría de Brasil, el país para soñar, sin embargo, en los últimos años perdió rumbo y en los años inmediatos, no lo recobrará. No obstante su presente, su historia y su futuro tienen las obras de Niemeyer. En fin, serás arquitecto, urbanista y científico, que pondrá una línea en el diseño de un nuevo mundo. La educación es tu pasaporte a la libertad. Y Dios es el universo, no las iglesias.

Nunca abandones los libros, siempre lee y estudia muchas cosas, y también sigue abrazado a la buena literatura, hazte amigo de las buenas librerías, de las independientes, de aquellas que tienen librero, aquellas que huelen a papel y no a plástico, donde puedes acariciar los libros antes de comprarlos. Escribe, que es bueno, porque tu obra también será política, y con palabras explicarás tus creaciones y las ciudades que son y las ciudades que serán. Ahí está la acción política.

Aparta horas para ir a museos y galerías, porque no hay nada más cercano a la arquitectura que el arte. Irás al Guggenheim en Bilbao, y estudiarás cómo una obra, una decisión política, transforma una ciudad. También estarás cerca a Barcelona, París, Lisboa, Madrid, al final en Europa todo está cerca para conocer del pasado, del presente y de la sociedad que viene. Anda a conciertos, porque la música es el alimento del espíritu. Allá, la música clásica y la contemporánea de su inspiración, se sienten distinto. Al final, la música te acompañará en las creaciones, los libros y la observación serán tu conocimiento, y la profesión el desarrollo.

En política pensamos distinto. Cuando estés frente al mar, deja que las olas se lleven todas las barbaridades de la política de Colombia, y comienza con mente abierta, poco a poco, a construir un nuevo pensamiento político. Busca el equilibrio integral. El mundo está confundido, porque la sociedad superficial de estos años se entiende como una complejidad caótica, por tanto, desafiante, cambiante, incierta y por todo, fascinante. Europa es uno de los tres centros del planeta, y por tanto uno de los centros del pensamiento, de la ciencia y de la cultura.

Eres inteligente y de gran calidad humana. Tienes claro qué lugar ocupa cada uno de los que te rodea, por eso no te enredas en tormentas innecesarias, y sabes tomar lo bueno que la vida te entrega. Sigue así, porque te dará independencia, tranquilidad y te permitirá construir tu rumbo centrado en tus objetivos. Sé siempre generoso, no ofrezcas ayuda, simplemente das.

No puedo avanzar sin hablar de lo más bello que tiene la vida. El amor, que es palabra, gesto y sentimiento compartido, también sueños y realizaciones conjuntas, y besos y caricias que resbalan por la piel y se pierden en la pasión. Es el otro centro del universo humano. Vive, viaja, ama y conoce, mientras te formas y empiezas a edificar tu futuro profesional. No te afanes en casarte y en tener tu propia familia. Eso llegará por allá cuando tengas diez años más o más. Cuando se toman decisiones antes de tiempo le quitas tiempo a tu desarrollo, y ese afán se lleva tu tiempo y también se lleva por delante el tiempo de otros. Luego es tarde porque la vida en ocasiones no tiene un segundo tiempo.

Lo que eres es por ti, por tus padres y por la familia que te ha dado mucho y lo que ha podido. Siempre la mano extendida y el corazón abierto para ellos. Y cuando me vaya de este mundo, pronto o más tarde, mi última imagen será la tuya para nunca dejar de estar juntos. Antes, el emprendimiento que está pensado con Brasil también lo podemos pensar con España, porque la arquitectura y las ciudades también son el espacio de la cultura y el desarrollo.

Las palabras se quedan cortas para escribir todo lo que siento por ti, pero es lo que salió de la razón y del corazón.

Twitter: @AcostaJaime

Buscar

Anuncios