Cuando se asciende una montaña desde su base, se camina acompañado por una sábana blanca, difusa y omnipresente que parte desde el piedemonte de los bosques altoandinos. Una tela que cruza los senderos y se mezcla entre los laberintos de ramas y bejucos conformada por millares de árboles, que se hace cada vez más densa y fría a medida que la cuesta de la ladera se vuelve más pronunciada. Una mensajera aliada del viento bañando con sus vapores intempestivos toda la vegetación por donde caminantes intrépidos intentan no dejarse engañar por su confusión. Hablamos por supuesto, de la niebla.
Páramos y bosques altoandinos se encuentran unidos, al menos solo en apariencia, por la conexión que la niebla genera pues su íntima relación va más allá de los vientos que enfrían en conjunto para dar mayor longevidad a los glaciares. La niebla como un largo río que se desborda hacia las alturas trayendo humedad en el aire para ser capturada por frailejones, senecios, lupinus, entre otras plantas que pueblan los valles proglaciares de los altos Andes del norte, es un sello inconfundible, una metáfora del silencio latente que vive la montaña, un silencio que nos entrega a meditar con nuestros pasos mientras marcamos medimos el camino usando como parámetro respiración y latidos.
De esta manera la niebla se convierte en un personaje fundamental en el libro Cumbres Blancas, un homenaje a los glaciares colombianos, como lo es de importante para la alta montaña, en especial para la estrecha relación que hay entre bosques y páramos, donde justamente inicia el viaje que se emprende en el libro. El mismo lugar de partida de caminantes, arrieros, montañistas y fauna que usa los corredores biológicos de los páramos y que se ven acompañados por el místico paso de la niebla.
Para nosotros es esencial que las montañas se puedan ver como un sistema integrado. De esta manera, la protección de un ecosistema influye considerablemente en el estado de conservación de otro. Y más allá, a través de este viaje por los bosques y moradas de lagunas, descubrimos y compartimos una forma muy especial de conservar las montañas, una que ha estado allí desde antes que nuestro entendimiento científico se pusiera en marcha. Nos referimos a la relación espiritual con estos santuarios de la vida.
Podrás encontrar en este arduo ascenso la mirada de diferentes pueblos ancestrales como: Uwa, Ikas, Yanaconas, Coconucos, Muiscas entre otros… Con estos últimos precisamente, la vida surge en las aguas de los páramos, cuando una mujer emerge de la laguna de Iguaque con un niño entre los brazos, que al volverse hombre se convertiría en su compañero para poblar la tierra. Una visión del surgimiento del mundo, conocido como el mito de Bachué.
Esta mirada espiritual nos enseña, sobre todo, a comprender la interconexión de los mundos en las alturas. No separa con líneas categóricas, ni fragmenta por metros sobre el nivel del mar un universo entretejido en sí mismo. Nos enseña en espacial que, aunque subamos con diferentes visiones y propósitos, estamos ligados a la alta montaña ya que es un viaje hacia nosotros mismos y los mitos de nuestros ancestros.
Por ello, si este libro es un viaje por sí solo, también queremos que a través de palabras y la gran obra fotográfica que usamos como lenguajes para articular las realidades paramunas, sientas y reflexiones al momento de adentrarte en semejantes inmensidades, pues de ello de pende que podamos preservar cada vez en mejor estado de los manantiales donde se originaron tantos mundos espirituales y naturales, que además son fundamentales en la misma preservación de nuestros nevados.
Coda: Este fin de semana del 7 y 8 de agosto, estuvimos participando en el Festival de la Libertad, en conjunto con la Jaguara en el Parque Jaime Duque en Tocancipá, donde realizamos un lanzamiento de nuestro libro y pudimos compartir con una gran variedad de artistas invitados, con proyectos sumamente interesantes además de aliados para la conservación de todos nuestros ecosistemas. Entre los invitados estuvieron Marce La Recicladora y artistas como Eli Light, Phonoclórica, Guache, ClaraLuna, Bleepolar, Suanny, Mireaver,
Candesound, Katie James, Pablo Watusi, Jonathan Cadavid, entre muchos más. Continuaremos compartiendo espacios como este e iniciativas así para que los brazos de la defensa por nuestras montañas sean aún más largos.
Lo invitamos a comprar nuestro libro a precio de lanzamiento, promoción especial para los lectores del Confidencial Colombia. Una verdadera joya para su biblioteca, en donde a través de 280 páginas, más de 180 fotos inéditas y 6 insertos desplegables; se conectará con y recorrerá los territorios en donde están ubicados los 6 glaciares que quedan en Colombia y contribuirá a la memoria de estos gigantes en nuestras montañas que están…
“Desapareciendo de nuestras montañas con su manto blanco y despidiéndose gota a gota”.
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