Hablemos de un tema que ha generado uno de los mayores debates en los últimos años, la llamada “Generación de Cristal“. Se refiere a los jóvenes que parecen más sensibles y menos resistentes a las adversidades, tal vez, demasiado frágiles para la vida real.
Algunos argumentan que el nacimiento de la Generación de Cristal se debe a la falta de respeto a los adultos y la sobreprotección en la crianza, otros, a la extrema autoridad o “mano dura” que vivieron las generaciones anteriores que ahora son padres, madres y educadores.
La Generación de Cristal: ¿El resultado de la falta de límites?
La Generación de Cristal se ha caracterizado por una aparente falta de resiliencia y una sensibilidad extrema ante las dificultades. Algunos críticos argumentan que esto se debe a una crianza sobreprotectora y a la falta de límites claros en la infancia. Pero, ¿Qué impacto tiene la falta de límites en la educación socioemocional de los niños y niñas?
a. Desarrollo de la autorregulación emocional:
La falta de límites puede dificultar el desarrollo de la autorregulación emocional en los niños y niñas. Cuando no se establecen límites claros y consistentes, los niños(as) pueden tener dificultades para comprender y gestionar sus propias emociones. Esto puede llevar a respuestas emocionales exageradas o a la incapacidad para hacer frente a los desafíos de manera adecuada. El error más frecuente es la inconsistencia, hacer flexible los límites. Al hacerlos borrosos, los niños(as) son confundidos, se abruman en sus emociones y tienden a evadir o querer desistir de las consecuencias.
b. Falta de resiliencia:
La falta de límites puede impedir el desarrollo de la resiliencia en los niños y niñas. La resiliencia implica la capacidad de hacer frente y recuperarse o adaptarse a las dificultades. Cuando los niños(as) no enfrentan límites y desafíos en su crianza, pueden carecer de las habilidades necesarias para superar obstáculos y ser flexibles a las situaciones adversas en la vida.
c. Dependencia emocional:
La falta de límites puede promover una dependencia emocional en los niños y niñas. Si se les permite evitar situaciones incómodas o desafiantes, pueden volverse dependientes de los demás para lidiar con sus emociones o resolver problemas. Esto puede limitar su autonomía y capacidad para tomar decisiones informadas.
Abordando la falta de límites de manera efectiva
Es importante destacar que la falta de límites no significa que se deberían criar y educar a los niños y niñas en un ambiente autoritario. Al contrario, se trata de establecer límites claros y confiables qué promuevan un ambiente seguro y estructurado. Te comparto algunas estrategias para abordar la falta de límites de manera efectiva:
1. Establecer límites claros y consistentes
Los límites deben ser establecidos de manera clara y confiable, comunicando a los niños(as) qué se espera de ellos y cuáles son las consecuencias de sus acciones. Esto les brinda estructura y los ayuda a comprender las expectativas sociales y emocionales.
Ejemplo: Las madres y padres les dicen a sus hijos(as) que no esperan las mejores notas en el colegio, qué quieren que sean felices. Al recibir el informe o reporte de notas y escuchar que han perdido varias asignaturas, aplican un límite y sus consecuencias. ¡Para ahí! Se debe ser claro en los deberes, responsabilidades y asignaciones a los niños(as), indicar cuáles son las expectativas, lo que se espera y lo que no. Le dices que sea feliz y que no importan las notas para después castigar por las notas, el mensaje es que no debe ser feliz, debe estudiar y obtener buenas notas.
2. Fomentar la autonomía y la toma de decisiones
Aunque es importante establecer límites es esencial que estos fomenten la autonomía y la toma de decisiones informadas.
2.1 Enseñar habilidades de autorregulación emocional:
Proporciona a los niños(as) herramientas y estrategias para identificar, comprender y regular sus emociones. Enseñarles técnicas de respiración, la importancia de la auto-reflexión y el uso de palabras adecuadas para expresar sus sentimientos y emociones. Esto les ayudará a desarrollar habilidades de autorregulación emocional y a gestionar mejor los desafíos que enfrenten.
2.2 Fomentar la resiliencia:
Dale a tus hijos(as) o estudiantes la oportunidad de enfrentar desafíos y superar obstáculos de manera gradual. Anímalos a aprender de los errores y a ver los contratiempos como oportunidades de crecimiento. Brindarles el apoyo emocional necesario para que puedan desarrollar la resiliencia y la capacidad de recuperarse ante las dificultades. Evita asumirlos como tuyos, evadir que son ellos(as) quienes deben enfrentarlos.
Ejemplo: Promover la resolución de problemas
Alienta a los niños y niñas a desarrollar habilidades de resolución de problemas y toma de decisiones. Anímalos a buscar soluciones creativas cuando se enfrenten a obstáculos, en lugar de depender siempre de la ayuda de los demás. Proporciona situaciones en las que puedan practicar estas habilidades, ya sea a través de juegos de roles o desafíos del mundo real. A medida que los niños(as) encuentren soluciones a problemas por sí mismos, ganarán confianza en su capacidad para enfrentar y superar desafíos, lo que fortalecerá su resiliencia.
Recuerda que cada niño es único, por lo que es importante adaptar estas estrategias a su edad, desarrollo y carácter. Fomentar la resiliencia en los niños y niñas es un proceso gradual, evita consultar acciones que le corresponden al cuidador.
3. Promover la responsabilidad personal
Enseña a tus hijos(as) y estudiantes a tomar responsabilidad por sus acciones y a enfrentar las consecuencias de sus decisiones. Esto les permitirá desarrollar un sentido de responsabilidad y autonomía, fortaleciendo su capacidad para afrontar los retos de la vida de manera cotidiana. La solidaridad se aprende en casa, si tu hijo(a) solo tiende la cama y ordena su propio cuarto, abandona el apoyo de grupo y la comprensión de la dificultad del trabajo de hogar o trabajo del cuidado que hace la madre o el padre. Es necesario asignar las responsabilidades acorde a la edad y el desarrollo buscando que sean parte de los deberes diarios y globales de la familia, la escuela y su entorno.
El término Generación de Cristal hace parte de un discurso de invalidación socioemocional. Es fundamental recordar que los límites son necesarios y esenciales en la crianza y educación de los niños(as), al caer en la permisividad se es también un cuidador negligente que cede ante las exigencias por temor a decir NO o establecer estructuras de rutina, hábitos y cumplimento de obligaciones o deberes. Responsabilidades que vienen incluidas en el buen trato y el respeto.
¿Cómo estableces límites en tu día a día?
Neuropsicóloga y pedagoga