El juicio a Uribe y las elecciones

El determinador

La audiencia del 13 de enero del 2022, aplazada varias veces desde finales de noviembre de 2021, fue la última actuación de la defensa de las víctimas en esta etapa del proceso donde la Fiscalía ha pedido la preclusión a favor de Álvaro Uribe en su caso contra el Senador Iván Cepeda.

Una impecable actuación del abogado Miguel Ángel del Río, defensor de Juan Diego Monsalve y de la médica Deyanira Gómez, dejó claro cinco cosas:

una, que el aboganster Diego Cadena (el Determinado) fue siete veces a la cárcel de La Picota a tratar de convencer a Monsalve para que se retractara en sus declaraciones contra Uribe. Todo lo que se ha dicho sobre este detenido respecto a su salud mental y otras cosas, es mentira. Además, este abogado actuaba sin poder para adelantar su trama criminal desligado de la defensa principal de Uribe, sin embargo, lo hacía bajo la lupa, conocimiento y orientación directa de éste por lo cual es el Determinador;

dos, una estructura criminal compuesta por Diego Cadena, detenidos en La Picota, y amigos de Uribe en el Departamento del Huila también intentaron que Monsalve se retractara a favor del imputado. Entre ellos un tal Caliche y Álvaro Hernán Prada ex representante a la Cámara por el Centro Democrático, cuyo caso está en manos de la Corte Suprema de Justicia;

tres, las declaraciones de Deyanira Gómez en las cuales se precisaron detalles de cómo y porqué le hizo llegar dos relojes grabadora a su exmarido, y las razones por las cuales se grabaron las conversaciones de éste con Pardo Hasche y Diego Cadena. Esos dispositivos se los hizo llegar a través de un ex abogado de ella, que terminó torciéndose a favor del imputado, porque siendo Monsalve un bandido la justicia poco le iba a creer. Esos dispositivos se entregaron a la Corte Suprema.

cuatro, existe también una grabación de la conversación entre la médica y el aboganster en una cafetería en Bogotá, en la cual éste insistió en la retractación de Monsalve. Esa conversación fue grabada por las dos partes, y se entregó a la Corte, con una diferencia: la de Deyanira tiene una duración de 51 minutos y de 18 minutos la de Cadena, es decir, esta última fue editada. Una osadía una bestialidad. El Determinado actuó sin autorización del Determinador quien se molestó ya que consideraba que había un alto riesgo pues con esta prueba quedaba claro que él era el Determinador. Nadie actuó por iniciativa propia y amor a ÉL;

y quinto, lo que se dijo sobre los vínculos de la médica con las FARC y otras calumnias, nunca fueron validadas por la inteligencia militar a pesar de una tutela de la defensa para aclarar tanto fake news contra ella. Deyanira no tiene investigaciones en el sistema de justicia. Es una inteligente mujer que se enamoró de un detenido. Ambos jamás hicieron parte de la trama criminal contra el Senador Iván Cepeda.

Con el caudal de pruebas presentadas por la defensa de las víctimas, desmienten la actuación de la Fiscalía, por tanto, se cae el giro que le quiso dar al caso para obviar la parte de juicio y condena. La Fiscalía no investigó. La Fiscalía buscó el camino antijurídico más temerario para lograr la preclusión. La Fiscalía destruyó una correcta línea de actuación al confundir la petición de preclusión con los alegatos de conclusión con el fin de estructurar la duda pues dijo que no había una sola prueba que demostrara la participación del Determinador. Mentira, hay plena prueba, abundante y contundente.

El mismo camino está recorriendo la Procuraduría, radicalizada a favor de Uribe en coordinación con la Fiscalía. Por fanatismo ideológico estas dos entidades actúan contra la Constitución y la Ley. Los organismos públicos son del Estado, no de un partido ni de quien por sus actuaciones se convierte en enemigo de las instituciones.

Hay plena prueba de quien es el Determinador, por tanto, la sentencia condenatoria se impone. Recomiendo escuchar la audiencia porque es una pieza jurídica que muestra la clase de personas que hacen parte de esta trama criminal que abusó de Colombia.

El juicio y las elecciones

En las próximas semanas la Procuraduría y la defensa del imputado podrán controvertir a las víctimas. Serán cesiones largas, aburridoras, llenas de marrullas jurídicas tratando de lograr el objetivo jurídicamente imposible: la preclusión para intentar pasar a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales porque las elecciones de marzo serán una debacle a pesar de que tienen maletines repletos de plata para comprar la conciencia de la gente pobre. Colombia es un mal modelo de democracia representativa porque es culpable de las desgracias que ha sufrido dado los abusos y alucinaciones de quienes se tomaron el derecho de representarnos.

Uribe está desesperado: habla con estatuas, reparte volantes en la noche, y su candidato a la presidencia ruega que lo reciba el Equipo Colombia porque si no queda de último en las elecciones de mayo.

Estas son algunas razones por las cuales la estrategia de su defensa es dilatar para lograr el vencimiento de términos, y mantenerlo libre mientras pasan las elecciones. Sin embargo, ya en juicio, la condena del imputado será una realidad. Es cuestión de tiempo.

En estas condiciones, en la revocatoria al alcalde de Medellín – iniciativa liderada por el Centro Democrático -, ninguna otra fuerza política debe intervenir. La Coalición Centro Esperanza debe hacer un comunicado conjunto sentando una contundente posición – sin Gaviria que ya se sumó al uribismo en otra jugada política apresurada -, una vez se resuelvan las tutelas que han interpuesto el alcalde y otros ciudadanos contra la Registraduría y el Consejo Nacional Electoral. En la misma línea debe actuar el Pacto Histórico, pero posiblemente este decida apoyar al alcalde si cree que puede derrotar a Uribe en su tierra. Tampoco puede la Procuraduría negar el derecho constitucional que tiene el alcalde de defender su gestión en la revocatoria del uribismo para sacarlo del cargo.

Lo de Medellín es un asunto local que no debe volverse un dilema nacional porque los demás ciudadanos no podemos votar en la revocatoria. Revocar al alcalde es la pretensión desesperada del uribismo, incluido el sueño de Fico el vergonzante uribista.

Pero, algo complejo sucede en la dirigencia política y empresarial de Medellín que deben resolverlo ellos y nadie más.

La situación de Medellín es un reto enorme y una oportunidad para que Fajardo muestre su condición de líder nacional. Ahí se juega su futuro político. Proponer profundos ajustes institucionales, impulsando un salto en la especialización productiva por la condición de ser un promisorio territorio de la innovación en América Latina, y revisando el modelo del GEA. Bajo valor de las acciones y poca distribución de los dividendos, la razón para que Gilinski se le hubiera metido en la casa. Jeff Bezos, cuyo libro estoy leyendo, jamás hubiera hecho eso.

Esta crisis debe ser la ocasión para repensar el GEA porque si les llega otra OPA hostil hasta ahí llega el empresariado paisa, tal como le ocurrió con la apertura de la economía a gran parte del sistema productivo nacional: unas industrias cerraron y otras quedaron en manos de capitales extranjeros. Al fin y al cabo las empresas antioqueñas son nacionales y multilatinas innovadoras, como la Organización Corona y las del problema con el alcalde. Son de las pocas industrias que en Colombia hacen investigación y desarrollo. Con esa fortaleza pueden dar un salto a sectores de alta tecnología como la fábrica de vacunas de SURA y su centro de investigaciones.

Esta visión de desarrollo no la tiene el imputado. Nunca ha tenido una correcta mirada del futuro. Las fuerzas ultra jamás han sido buenas para un país. Siempre terminan en genocidios, en la destrucción de las instituciones, en el rezago de la economía y ausencia de bienestar colectivo. Colombia un ejemplo.

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