El papayazo de Gustavo Petro

El episodio que ha vivido el senador y candidato presidencial, Gustavo Petro, por cuenta del papayazo dado por su hermano al visitar la Cárcel la Picota y de su propuesta de ‘perdón social’, les tuvo que enseñar tanto al aspirante como a su campaña política, a no servirse en bandeja de plata para que sus enemigos hagan de las suyas.

Si Petro fuera un primíparo en la política, se entendería esa actuación ingenua con la que sale a proponer el perdón social para quienes han aprovechado sus cargos en la política o en la administración pública para robarse a manos llenas el dinero de los impuestos de millones de colombianos dejando a municipios y veredas sin los recursos suficientes para invertir en vías, escuelas, hospitales y sin poder garantizar la adecuada presencia del Estado en sus territorios.

No se puede pretender que se olvide y se deje sin castigo a quienes poco o nada les importa el progreso de los demás y se embolsillan los dineros del Estado, sin importarles que miles de niños en las diferentes regiones de Colombia se acuestan sin comer y que mueran millones de pacientes porque en los hospitales no hay capacidad para atenderlos.

Por más justificación que le quieran dar a la absurda propuesta de perdonar y abrazar por ejemplo a Samuel Moreno, su hermano Iván y toda la organización criminal con la que asaltaron a Bogotá y de la que fueron su cerebro, los ciudadanos del común no lo verán con buenos ojos, y no los culpo si se siente sorprendidos porque se supone que Gustavo Petro debería representar todo lo contrario a la clase política deshonesta y clientelista que se atornilló en la institucionalidad y que lucha por no dejarse sacar.

¿Qué necesidad tenía el hermano de Gustavo Petro de ir a la cárcel a visitar al pabellón de políticos presos por corrupción o por vínculos con ilegales? ¿Cómo es que a nadie en la campaña se le ocurrió prevenirlo por el riesgo que se corre al ejecutar una acción como esta?

¿Qué acaso no saben que se están enfrentando a unas mafias expertas en montajes y chuzadas?  No me cabe en la cabeza que en un organización integrada por políticos hábiles como Roy Barreras, Alfonso Prada, Alexander López, Luis Fernando Velasco, etc., no llamen a la reflexión a Petro y le hagan caer en cuenta de lo inoportuno que resulta a veces ponerse en el papel de creativo, porque en política el enemigo suele actuar como el cocodrilo, que escondido y con mucha paciencia espera el momento oportuno para atacar y devorar a la presa que ingenuamente se acerca a la orilla a tomar agua.

Si para un colombiano resulta difícil perdonar y olvidar a un guerrillero de las Farc que secuestro a uno de sus familiares o a un paramilitar que desapareció y asesinó a alguien de su círculo más cercano, mucho más difícil ha de ser pasar por alto a los protagonistas de hechos como el Carrusel de la Contratación, Foncolpuertos, Odebretch, Yidispolítica, el fondo interministerial, Reficar, etc., y  en lugar de pedir para estos casos, perdón social, lo que se les debe aplicar es una fuerte sanción social.

En adelante Gustavo Petro debe medir cada paso que va a dar y pensar muy bien cada vez que quiera lanzar una propuesta para medirse en la opinión pública porque si esta le salió bastante cara, la próxima puede costarle la candidatura.

@sevillanoscar