El temor de DI-S

A propósito del inicio de la Semana Santa, semana en la que muchas personas toman un tiempo para descansar de sus actividades diarias y otras conmemoran la tradición cristiana en atención del padecimiento del Mesías en la Cruz y su posterior resurrección, bien vale la pena trazar unas líneas sobre lo que, en mi opinión, fundamenta la relación con el Creador del Universo a partir de las enseñanzas judaicas. El Buen Libro como también se le conoce a La Biblia, se centra en la enseñanza talmúdica y el Torah, que es el libro de la ley del pueblo de Di-s, reproducido en el Pentateuco que, corresponde a los cinco primeros libros de la Biblia, y narran el origen del Universo y la historia del pueblo de Israel. La cosmovisión hebrea, el pueblo de Di-s y en efecto, los personajes más relevantes de esta gran epopeya son judíos, etnia que también se hace presente en el Nuevo Testamento, porque el Mesías y sus discípulos, como también sus ancestros fueron judíos.

Israel es el pueblo elegido por Di-s, al menos así lo siento en mi corazón y en mi ser, y también es una opinión muy personal. Al desentrañar el sentido de las escrituras, siempre me ha llamado la atención particular el temor a Di-s como la base de toda relación con el Creador. En otras palabras, la reverencia y el respeto que se deben profesar a ese ser superior, por el hecho de ser el principio universal y la fuente de todo.

El Di-s al que temo no es mi amigo, no es mi hermano, no es mi jefe, no es mi presidente, ni es mi propietario, ni es un ser humanado. Di-s es TODO. Es Principio y Fin. Es Causa inicial y última. Es la Energía Superior que está por encima de Todo y de Todos; es tanto su poder que no es posible estar frente a Él y mucho menos mirarle, so pena de perecer. La Santidad del Creador pocas veces un humano la puede soportar, porque en Di-s está la perfección. Di-s es justo. En Él sólo hay verdad y justicia.

Entender a Di-s es imposible así como explicarlo desde la razón. Lo posible es relacionarse con Él a partir del temor como lo enseña La Torah, porque el temor implica también ser consecuente con las consecuencias del acto. La Biblia está llena de cientos de referencias sobre el Temor a Di-s y la bendición para quienes le temen. El Di-s del Antiguo Testamento es un Dios benigno y sanador, que cuando tuvo que castigar lo hizo porque es su derecho como Padre.

¿Qué demanda Di-s de quienes le reconocen como su Padre? La respuesta está en Deuteronomio 10: 12-13, lo que El Creador pide a su pueblo Israel es en primer lugar, que le tema, que ande en todos sus caminos, que le ame y que le sirva con todo el corazón y el alma, y que guarde todos sus estatutos y mandamientos. Muchos piensan que demandar ésto de sus hijos, es egolatría patriarcal, pero no entienden que en tiempos de vida ligth, el amor no puede ser también light. A Di-s sólo se le puede amar en la obediencia, en la reverencia y en el respeto, eso es el Temor. Los judíos bien lo entienden con el uso de la kipá, mi humanidad tiene un límite por encima de mi cabeza que no puedo superar y por encima está Di-s. ¿Cómo se puede decir que se ama sino se está dispuesto a hacer todo por el amado?

El Di-os del Antiguo Testamento, el Dios del pueblo de Israel, no sólo es el más grande, es también el Único Di-s, y no es una opinión personal, cuando empiezas a temerle es porque le has hallado realmente. Es muy difícil describir con palabras lo que se siente cuando empiezas a vivir en el temor del Creador, en ese momento has percibido su esencia.

León Sandoval