Hay palabras que matan

Veo que el Centro Democrático no deja la costumbre de tratar de ensuciar el nombre ajeno utilizando la cizaña y la intriga para lograr sus propósitos.

La nueva víctima de esta estrategia del partido uribista es la candidata del Pacto Histórico a la vicepresidencia, Francia Márquez, a quien pretenden vincular con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), asegurando que esta guerrilla votará por ella, dejando la sensación en el ambiente de un posible proselitismo armado a su favor.

Por supuesto, ellos se cuidan en sus frases y es así como escuchamos a la señora Alicia Eugenia Silva, excandidata a la vicepresidencia por el Centro Democrático, decir en los micrófonos del programa radial Hora 20 de Caracol Radio, que no conocía a Francia Márquez pero  si sabía de su lugar de origen, en donde además creció y ha ejercido un fuerte liderazgo y que son territorios dominados por ilegales. Como queriendo decir que no sería raro que la candidata vicepresidencial estuviera untada de las actividades de la guerrilla y del narcotráfico que opera en el departamento del Cauca.

También vimos al concejal de Bogotá por el Centro Democrático y vicepresidente de la Corporación, Humberto Rafael Amín, escribir en su cuenta de Twitter, que las Farc y el ELN estarían apoyando a  Gustavo Petro y Francia Márquez.

Como es de esperarse, este concejal como buen uribista, acude a disfrazar sus palabras asegurando que en ningún momento ha dicho que los aspirantes del Pacto Histórico tengan vínculos con la ilegalidad, que de su boca nunca han salido esas palabras.

Vemos también al presidente del Senado, Juan Diego Gómez,  hacer la misma insinuación no sé si con el ánimo de obtener el cariño de Uribe y lograr su apoyo para su candidatura a la Gobernación de Antioquia.

Recuerdo que algunos exparamilitares como Salvatore Mancuso, lo mismo que alias ‘El Alemán’ y Miguel Ángel Mejía Múnera, alias ‘Pablo Arauca’ o ‘El Mellizo, dijeron en sus versiones de Justicia y paz, que dieron la orden en el año  2001 de apoyar y votar por el entonces candidato a la Presidencia de la República, Álvaro Uribe Vélez.

No dudo que esto haya sucedido, como también es cierto, que el voto de las AUC en 2001 por el líder del Centro Democrático, no lo hace ni lo convierte en paramilitar. Vale la pena recordar  la frase de Monseñor Nel Beltrán quien decía: “No creo que Uribe sea paramilitar pero no me cabe la menor duda que los paramilitares sí son uribistas”.

Lo extraño es que en ningún momento se escuchó a ninguno de los uribistas hacer algún tipo de rechazo al entonces candidato presidencial por estos supuestos apoyos, más bien por el contrario, se les vio defenderlo con ahínco y fervor, argumentando que no se debe ni se puede creer a las palabras de criminales y masacradores.

No entiendo entonces porque no se les puede creer a los paras cuando aseguraron que apoyaron a Uribe pero si hay que creerles al ELN y a las disidencias de las Farc cuando anuncian un supuesto apoyo a la campaña del Pacto Histórico.

El senador de la Alianza Verde, Antonio Sangunio, dijo a su colega, Paloma Valencia, en medio de un acalorado debate en la plenaria del Senado: “hay palabras que matan”, y eso mismo les digo a los miembros del uribismo que cayeron en la mal sana costumbre de agarrar el lodo y tirárselo al otro a ver hasta donde logra ensuciarlo, y que piden  a los demás abandonar sus odios mientras ellos mantienen los propios y los utilizan para manchar el nombre ajeno: hay palabras que matan.

Es bueno que los uribistas tengan en cuenta antes de hablar, que Gustavo Petro es una persona amenazada, que en varias ocasiones ha tenido que salir del país para salvar su vida y la de sus hijos y, ni hablar de Francia a quien hace unos meses le arrojaron una granada.

Supongo que ninguno de los miembros del Centro Democrático querrá cargar con dos muertos en su conciencia (Gustavo Petro y Francia Márquez) por cuenta de sus acostumbradas imprudencias.

@sevillanoscar