¡Insostenible! Venezuela

Hace dos años, al finalizar nuestras últimas elecciones en Colombia, tuve la oportunidad de escuchar a un ingeniero especializado en aplicaciones sofisticadas con inteligencia artificial, sobre la manera de auditar en tiempo récord los resultados de los comicios. Según su reporte, media hora antes de que salieran los resultados oficiales, ellos (su grupo de trabajo compuesto igualmente por expertos en estas tecnologías, todos trabajando en la virtualidad) ya tenían el resultado y pudieron comprobar que los resultados oficiales tenían la misma tendencia registrada en las actas por mesa (formato E14 en nuestro caso); incluso, podían detectar tendencias y desviaciones sospechosas, y comparar con todo tipo de información de referencia para detectar posibles fraudes. Todo, casi en tiempo real, pues mientras la registraduría hacía su conteo (rápidamente en Colombia) ellos pudieron, no solo contar los resultados mesa por mesa, sino analizarlos y detectar posibles problemas de fraude. Esta máquina virtual antifraude, como la llaman, es el mundo de hoy, donde la tecnología puede ayudar estructuralmente a combatir la corrupción y el fraude en todas sus formas. La velocidad entre la votación, el cierre de las mesas, sus actas y su procesamiento es la clave para evitar el fraude.

Ahora han leído toda la información disponible (en el ciberespacio) y han comprobado las actas y resultados en Venezuela, con base en las actas que hizo públicas la oposición a partir de sus grupos de veedores en las mesas (advirtiendo que aún no han hecho la verificación de posibles repeticiones o problemas particulares en las mismas actas). Para consultar la información y el resultado que publica la oposición venezolana, se puede visitar su página Resultados Venezuela: 67% Edmundo González con 7,156,462 votos contra 30% Nicolás Maduro con 3,241,461 votos. Están a la espera de que por fin el CNE (la registraduría venezolana) publique las actas “oficiales” para establecer las diferencias en minutos, las tendencias y los casos extraños (al cierre de este artículo ya han pasado 8 días desde los comicios y 6 desde el plazo legal que tenía el CNE para hacerlo).

Les llamó la atención en la revisión de 1000 actas al azar, que en ninguna ganaba N. Maduro, lo que les sugirió chequear resultados de mesas en barrios reconocidamente chavistas desde que el barrio fue construido por los mismos chavistas, verificando que allí también ganaba E. González (puede haber sucedido, pero con baja probabilidad, observan). Tendrá que profundizarse en este aspecto tan importante.

Los mismos oficialistas han reconocido que la oposición les montó una registraduría paralela. Seguramente y por lógica, después de haber sufrido la impotencia de no poder demostrar que en las elecciones anteriores hubo fraude, según su propia conclusión, la oposición montó un operativo que no dista de sacar fotos de las actas al cierre de las votaciones en cada mesa, enviarlas por algún medio (los celulares), convertirlas a digitales por medio de software (Reconocimiento Óptico de Caracteres, OCR por sus siglas en inglés), pasar los datos en forma estructurada a una base de datos y hacer las sumas requeridas para obtener los resultados, al mismo tiempo que poner toda esta información en un sitio web para que pueda ser leída por cualquier persona en el mundo. Tecnología disponible desde hace años ya.

En un reciente video que ha circulado en las redes llamado “Jorge Rodríguez muestra actas falsas en la página web de María Corina Machado, 2 de agosto de 2024”, durante una rueda de prensa ofrecida ese día por N. Maduro, 5 días después de las elecciones, se hacen notar varios problemas que, según el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, invalidan las pruebas presentadas por M. C. Machado en su página web.

Mediante una verificación de falacias lógicas usadas en la exposición, pretendidamente triunfalista de J. Rodríguez, se puede llegar a concluir que su argumentación no es lo contundente que él mismo cree y en cambio deja ver la dedicación de mucho tiempo a desvirtuar al oponente en vez de publicar las actas “oficiales” en los términos que tienen legalmente para hacerlo, que es lo que les corresponde. Aun así, ridiculizan el resultado de la oposición con unos cuantos ejemplos de actas no firmadas, actas con manchones, una consulta positiva con la cédula de un muerto, y unas actas incompletas. Quizá la más importante de todas las objeciones esgrimidas, es que, al contar las actas presentadas, dicen ellos, solo hay el 32% del total, lo cual difiere de lo anunciado por M. C. Machado y por la verificación con la máquina virtual que comentábamos al inicio.

Típicamente, esto es lo que se conoce como la falacia del hombre de paja, toda la rueda de prensa lo es: en vez de discutir lo objetivo e importante, se distrae la atención a otra problemática conexa a la cual se ataca sin piedad, pretendiendo desviar el análisis; y dentro de su contenido, varias falacias de encuadre basadas en sesgos de confirmación (concluir sobre el todo basado en pocas observaciones, llegando al extremo de decir que todos los muertos votaron con base en la verificación de un único caso; pero además, basados en una falsedad, que pretende tumbar un acta porque el sistema de la oposición dice donde debía votar una persona, cuya fuente es el registro electoral (establecido previamente por el CNE) y no las elecciones).

Y lo increíble: al sugerir que la razón por la que la oposición demoró 24 horas en publicar las actas en su sistema web era para tener tiempo de manipularlas, estuvo condenándose a sí mismo y anticipar la razón de por qué el oficialismo ha demorado su publicación 144 horas por fuera de los términos legales, razón que, por cierto, intuye todo el mundo.

Difícilmente Maduro y su régimen podrían lograr desviar la atención, pero, aunque lo lograran, hay dos hechos de los que no se podrían evadir en el hipotético caso de querer llegar a una solución: llevan demasiado tiempo demorando la presentación de las actas “oficiales” y no podrían evitar hacerlo tarde o temprano para someterse a una revisión que sería aún más detallada por parte de expertos de todo el mundo. Ha circulado también la posibilidad de anular las votaciones con la disculpa de un supuesto ataque cibernético durante las elecciones, lo cual no parece tener ni asidero ni consecuencia: el ataque hubiera tenido que hacerse en contra del sistema electrónico de elecciones (catalogado por ellos mismos como el mejor del mundo) y que hubiera podido cambiar los votos en el momento mismo de las votaciones, antes de la generación de las actas; nada de eso fue revelado hasta el momento pero sería comprobable con la tecnología disponible; y, si se jugaran esta movida desesperada, implicaría hacer unas nuevas elecciones en las que podrían estar seguros de que van a tener una supervisión global y a sabiendas de que van a perder (teniendo el antecedente de los actuales resultados), por lo que es presumible que eso no vaya a pasar.

Lamentablemente, se encuentran muy entrabados en Venezuela y con riesgos enormes de que se genere mucha más violencia. Es una situación insostenible, en extremo, que por su misma gravedad y dentro de lo malo que es en sí misma, tiene de bueno que deba resolverse… en días, diría la lógica.

Rafael Fonseca Zarate