Es muy triste observar la semana anterior y ver las acciones en descenso de nuestra petrolera, viendo la acción cotizada en $1.597, y que, comparados con la pandemia en el mes de marzo de 2020, se cotizó en $1.575
En ese orden debimos preverlo, varios fondos y bancas internacionales como J.P. Morgan nos venían bajando la calificación principalmente por la incertidumbre del gobierno colombiano con su “transición energética que no se ha visto, pero si replicado hasta el cansancio” y la falta de idoneidad del personal, principalmente su presidente investigado Ricardo Roa.
Al bajar la acción un US $7,35, impactando un -4,18% , dio la posibilidad a muchos inversionistas para vender sus acciones generando volatilidad, falta de confianza y precio de bolsa al descenso y sin descanso.
Todo esto, también, al no ver un gobierno corporativo en la compañía, y, las decisiones se enfrascan principalmente por el gobierno de turno, al ser mas del 80% propiedad de estado basados en las políticas de turno… genera retrocesos, falta de gestión y baja continuidad por las políticas de estado que, aun mas, mal manejadas, impactan significativamente en los recursos de la nación.
La responsabilidad también lo evidenciamos en su presidente, Ricardo Roa, quien no responde de manera contundente ni al congreso, a los medios u otro que se le parezca al interrogarle sobre la caída de utilidades, importación de gas desde Estados Unidos, resultados de las acciones, planes energéticos de la compañía e inversiones en negocios fuera de Colombia.
Recordemos que hace un mes también estuvo relacionado con la tentativa de demanda de los accionistas minoritarios por el desistimiento de la compra de CrownRock en Estados Unidos. Esto puede llevar investigaciones o demandas por varias causas como esta al estar inscrita en el mercado bursátil de EE.UU. que al final nosotros pagamos.
Como lo manifestaba anteriormente, al ser político, y el paño de denuncias que está sobre su presidente, no es confiable en ninguno de los casos para experimentados inversionistas avanzar en una estabilidad cuando tenemos una imagen de desconfianza.
El señor Roa debería apartarse y dar explicaciones de lo sucedido con la campaña a la presidencia de Gustavo Petro ante el Consejo nacional Electoral y aparte, contestar si tuvo algún tráfico de influencias en los negocios de las Empresas de William Velez con Ecopetrol… y ya en tema personal, su apartamento 901, que, hasta el momento, “como el dinero con el que pagó, sigue en su caja, sin destapar”.
El presidente debería pensar que en 2 años de gobierno sus entidades ya deberían estabilizarse. Porque, si no hacen, dejen hacer, que el presupuesto de la nación no está de palo para cucharas.




Iván Santisteban | Opinión
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