En un mundo interconectado, la seguridad alimentaria se ha convertido en un componente esencial de la seguridad nacional. Países como Estados Unidos, China e Israel han integrado esta perspectiva en sus estrategias nacionales, subrayando su importancia en tiempos de crisis globales. En Colombia, es crucial abordar la seguridad alimentaria como un asunto de seguridad nacional y evitar los errores del pasado, como el TLC con Estados Unidos, que puso en riesgo al agro colombiano.
En China, la seguridad alimentaria es un componente crítico de la seguridad nacional. En 2023, el país promulgó la “Ley de la República Popular China sobre la Garantía de la Seguridad Alimentaria” para lograr la “seguridad absoluta” en granos básicos y la autosuficiencia en otros cultivos. En Estados Unidos, se reconoce que “la seguridad alimentaria es seguridad nacional”, con legislación reciente para proteger las tierras agrícolas de la propiedad extranjera. Israel también ha integrado la seguridad alimentaria en su estrategia nacional, destacando su importancia en un sistema alimentario resiliente.
La cooperación con los BRICS ofrece una oportunidad para fortalecer nuestra seguridad alimentaria sin comprometer la integridad de nuestro sector agropecuario. A través de la asesoría en industrialización, acceso a créditos para nuestros campesinos y la apertura a nuevos mercados, podemos integrarnos en un marco de cooperación que proteja y potencie nuestra producción agropecuaria.
Es fundamental que cualquier acuerdo incluya medidas claras para proteger a nuestros agricultores, asegurando que la integración en los mercados internacionales no comprometa la soberanía alimentaria del país. No se puede olvidar que el Acto Legislativo 03 de 2023 reconoce al campesinado como sujeto de especial protección constitucional, por lo que el Estado tiene la obligación de priorizar sus derechos teniendo en cuenta su relacionamiento con la tierra para la producción de alimentos.
La seguridad alimentaria debe ser un eje central de nuestra política nacional, garantizando que, al integrarnos con los BRICS, lo hagamos de una manera que fortalezca nuestra resiliencia y nuestro desarrollo sostenible.
Además, la integración con los BRICS puede ofrecer beneficios significativos para el sector agrícola colombiano, incluyendo el acceso a mercados diversificados, tecnología avanzada y recursos financieros que impulsen la modernización y la sostenibilidad de nuestra agricultura.
En definitiva, la colaboración con los BRICS debe ser vista como una estrategia integral que, además de fortalecer nuestra seguridad alimentaria, permita el desarrollo sostenible de nuestro sector agropecuario.


Alejandro Toro
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