Por: Andrea Nieto


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En el sector de Bogotá de la Avenida Suba a la altura de la calle 138, están poniendo un retén de la policía. En estos días lo usan para revisar carro por carro, las justificaciones que cada persona tenga para estar en la calle. Mientras lo revisan, pasan al lado, por el andén, ciclistas, transeúntes y vendedores ambulantes sin usar tapabocas.

La escena es patética. Los que van en el carro discuten con el policía usando su tapabocas, pero al lado, en las narices de la “autoridad”, transita la gente que no cumple con las normas mínimas de auto-cuidado y protección del colectivo. Sí, unos van a pie y otros en carro. Pero y no que ¿la ley no es para todos?

En otra esquina de la localidad de Suba, se ha vuelto usual en estos tiempos, la escena entre un policías y vendedores ambulantes. El policía se va después de discutir con los vendedores, y ellos, hacen el amague de irse, pero al final sin tapabocas, siguen acercándose a vender sus productos. Uno de los preferidos es el Vive 100.

Ojalá que los agentes de policía no estén sintiendo los “efectos” de la crisis económica, y ahora estén desplegando el abuso de autoridad para cuadrar el bolsillo por otro lado (o por el de siempre).
Esta semana, cincuenta congresistas presentaron en la plenaria “virtual” la proposición de aumentar el cobro del impuesto al patrimonio.

Si, a los que ya pagan, ahora les vienen más impuestos. Y yo me pregunto, ¿por qué una empresa como Quala se usufructúa del espacio público mediante un mecanismo de venta ambulante con su producto Vive 100 y nadie toma cartas en el asunto?, ¿por qué los congresistas no se ocupan por sacar una ley que prohiba y castigue estas ilegalidades, y el no pago de impuestos de las empresas “vivas” que evaden una responsabilidad tributaria, y en cambio, si persiguen, a las personas y empresarios que cumplen con sus aportes?.

Es curioso que cuando se lee la lista de los congresistas que anuncian la reforma tributaria, muchos de ellos son famosos por ser cuestionados por la opinión púbica e investigados (pero nunca condenados) por la (in)justicia y dueños de fortunas, que seguro logran presentar por debajo de los montos de tributación, para no pagar por ejemplo, el impuesto al patrimonio.

Y en la calle pasa igual. Los policías van tras de la gente que se ve que puede pagar un comparendo, pero no sancionan a los que se supondría que no lo harían. Extremos nocivos que profundizan las inequidades. Y una clase media, y media alta que queda asfixiada entre tanta injusticia.

Es que en este país, la ley es para los pendejos. Y me incluyo.

@MAndreaNieto


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