Mujeres Insatisfechas | Opinión de Andrea Nieto


Por: Andrea Nieto, columnista invitada


Maria-Andrea-Nieto
@MAndreaNieto

Es una realidad indiscutible. Según la encuesta Bogotá Cómo Vamos, las mujeres que viven en la ciudad no se sienten satisfechas. El nivel de optimismo en la encuesta realizada a 1.500 personas estableció que el 34% de los encuestados sienten que las cosas en la ciudad van por buen camino. Pero son más optimistas los hombres con el 39% frente a las mujeres con tan solo el 29%.

Si se revisa con detenimiento, las mujeres menos optimistas son las pertenecientes a estratos bajos y en el rango de edad entre 36 y 45 años. Si analizamos esa señal que nos emite el rango de edad, las mujeres que se encuentran en una etapa de sus vidas productivas, pero con una mayor probabilidad de estar solas, a cargo de sus hogares, criando a los niños y a con las responsabilidades de educación, salud, recreación y vivienda de los hijos. Eso podría explicar la insatisfacción que sumado a la brecha salarial y de carga laboral, en una ciudad que aún tiene comportamientos machistas, el efecto en las vidas de las mujeres es importante.

¿Cómo mejorar el bienestar de las mujeres en Bogotá? Empecemos por el acceso a los servicios de salud y educativos. Los niños deben poder tener cerca a sus casas los centros de salud y el colegio. Hay que lograr llegar a la meta de 40 Centros de Atención Prioritaria y la construcción de los cuatro mega hospitales en la ciudad. Pero también hay que profundizar en políticas de salud preventiva que permita tener niños más saludables. Por ejemplo, con campañas robustas de nutrición, prevención de embarazos adolescentes, disminuir el número de consultas por síntomas de enfermedades respiratorias agudas (500.000 al años) en los niños. Si los niños están bien nutridos, las posibilidades de desarrollar defensas frente a los virus es más alta. Pero hay otro síntoma silencioso en la insatisfacción de las mujeres frente a la ciudad y que reflejó la misma encuesta, que consiste en que el 85% de los encuestados manifestó que están consumiendo menos de las tres comidas diarias porque no tuvieron acceso a los alimentos.

Esta es una alarma que se debe prender porque si bien la actual administración disminuyó a cero los casos de muertes por desnutrición en niños entre 0 y 5 años, el consumo deficiente de calorías entre los 5 y 8 años tiene unos efectos de daño irreversible en el crecimiento del cerebro de los niños y consecuencias en la capacidad de aprendizaje, desarrollo físico y emocional verificable en innumerables estudios a lo largo del planeta.

¿Y quiénes son las que tienen que hacer rendir los alimentos en casa? Las mujeres.

Ahora que estamos próximos a celebrar el día Internacional del Mujer, es importante reconocer el aporte social, político, económico y familiar que hacemos las mujeres a la ciudad. Es tiempo ya de entender que vivimos la ciudad de una manera diferente a los hombres. Las mujeres nos movemos en zigzag, al trabajo, los centros de salud, el mercado, las vueltas de último minuto y cuando somos mamás, el eje conductor de nuestros movimientos gira alrededor de los niños. La ciudad tiene que ser planeada de manera complementaria con las necesidades de los niños y de sus mamás que seguimos cumpliendo mayoritariamente el rol de cuidadoras de las familias. Diseñar políticas públicas que piensen en el más de un millón seiscientos mil niños más sus madres es una tarea inaplazable. Claro que hay que pensar en los grandes problemas de la ciudad como el metro, la movilidad y la seguridad, pero estamos en mora de diseñar programas que cambien el malestar de casi de más del 50% de la población que en muchos casos es el menos tenido en cuenta y el más vulnerable también. Mejorar las condiciones de bienestar en los niños tiene un efecto secundario y directo sobre las mujeres, pero para hacerlo hay que comprender las dolencias que se hayan vivido (o padecido) transitando por la ciudad. Por todo esto mejorar la vida de las mujeres y sus familias es imperativo. Ya sabemos bien que cuando las mujeres estamos satisfechas, funcionamos mucho mejor en todos los aspectos.