Sistema electoral colombiano. Algo no huele bien. No sé si detrás haya intenciones oscuras políticas, que creo que no, o simplemente es la triste tradición de los que tienen el poder de otorgar favores y contratos a amigos. Pero la actual Registraduría ha logrado hacer lo que casi es un milagro: poner de acuerdo a todos los políticos en una decisión: El Registrador Vega no debería seguir en el cargo ni un minuto más. Y la decisión no es cualquier cosa ni menor a dos meses de unas presidenciales. En estos momentos mucha gente pone en duda los resultados electorales y no se me ocurren cosas más graves para un sistema democrático que esto. Y no digo que Vega debería ser el único. Posiblemente con él se deberían marchar unos cuantos más, y de paso dar un revolcón necesario al arcaico modo de cómo se proyectan los resultados electorales en el país.
No es de recibo que el mismo día de las elecciones se caíga la página de la Institución. Miles de millones de pesos invertidos en el proceso para eso, no oíga no. Y no es presentable y es mucho peor que haya un desfase de 500.000 votos del preconteo preliminar del domingo a los supuestos resultados definitivos, que los da el escrutinio oficial. Eso es responsabilidad del Registrador sí, pues la ejecución de esos resultados los otorga él a una empresa sí, en este caso el consorcio Disproel, pero también es un defecto o vicio de forma. El sistema está mal y debería cambiar, pues la tecnología ya supera el sistema que se usa actualmente para contar votos y dar los resultados. Eliminemos el preconteo (confuso) por unos único resultados definitivos.
Esto fue lo que pasó la polémica noche electoral
No es presentable que se haga el trabajo dos veces cuando se podría hacer de una, no es entendible retorcer el formato electoral, posiblemente para complicarlo, encarecer el costo y hacer un contrato más grande para que siempre se lo ganen los de siempre. Y no digo que no tengan la capacidad de hacerlo, Disproel lo lleva haciendo más de una década, pero no es menos cierto que lo llevan haciendo con errores y algunas polémicas, como quedó demostrado el 13 de marzo, y en años anteriores, con denuncias del MIRA.
Cambiar la Ley electoral
Y aquí también extiendo la culpa al Congreso. ¿Por qué seguimos haciendo lo mismo que hace una década o más? ¿Por qué el sistema de conteo de votos no se adapta con la tecnología de hoy en día? De acuerdo que nuestro sistema no es tan malo como el gringo, que tardaron hasta dos meses en contar votos y dar vencedor oficial a Biden, pero estamos muy lejos de estar en el primer mundo electoral que es Europa. En Europa, o al menos la mayoría de países, los procesos de recuento de votos en las elecciones son muy sencillos. De la mesa directamente a un centro de datos únicos mediante el envío por PDA o similar de la suma de los votos de esa mesa. Una vez están avalados por todos los miembros jurados de la mesa se envían los datos. Un paso, solo uno. De la mesa a la pantalla. Puro sentido común. La tecnología lo permite. Sencillo, muy sencillo. Transparente. Claro. No se pueden perder votos. No hay un ‘voz a voz’ o un teléfono roto.
En Colombia es distinto, existe un preconteo y un escrutinio. Primer error. Y digo primer error porque siempre va a haber diferencias os disputas partidistas que ponga en duda el resultado. Suspicacias de la gran fiesta de la democracia. Dudas sobre el sistema y la Institución garante de los resultados, por ahí mal empezamos. Y no olvidemos el mismo tarjetón, que es foco de atracción de irregularidades y votos nulos por lo confuso. ¿No séria mejor una papeleta por candidato? sí, algo más caro, pero más seguro.
Fallos del preconteo
El preconteo es el resultado previo de los jurados de cada mesa, que se cantan por teléfono a un centro de recogida de datos mediante un formulario confuso como el E-14, que a su vez van acumulando por regiones y cuando están todos los de la región a su vez un señor o señora los canta de nuevo por teléfono a un centro único donde se van lanzando los resultados preliminares. Posteriormente, esos formatos E-14 se ubican en una bandeja (sí, una bandeja, es increíble), de donde otro recolector los coge para proceder a escanearlos, sí escanearlos. El escáner está conectado a un computador que permite verificar e interpretar las imágenes. ¿En serio se hace todo eso? sí.
Eso estaría bien en los años 90’s, hoy en día es primitivo, redundante, lento, innecesario… peligroso, porque esos datos pasan por las manos y bocas de muchas personas y es fácil caer en el ‘teléfono roto’. Si a esto le unimos que un 20% de los jurados no estaba capacitado y no sabía que tenía que hacer era fácil presumir el naufragio que se produjo.
Señor Registrador. Es muy fácil, la verdad, existen empresas internacionales que sí desarolla el escrutinio de una manera tecnológica adaptada a la actualidad. Estas empresas han hecho estos procesos por décadas y son expertos. Déjese aconsejar o cambie de sistema y proveedor. Evite a Colombia otro bochorno, no para usted porque no estará, sino para el que venga. Repetir un espectáculo tan patético como el que vimos el 13 de marzo es pernicioso para el país. Y sobre todo, no generemos más dudas en el sistema de nuestra ya de por sí siempre bajo sospecha democracia a costa de la corrupción.
Es que es muy triste gastarse en unos comicios $1.239.918.339.645, más de un billón (con b de pesos) y que todos queden descontentos y dudando de que se robaron los resultados.