Otro frente en la lucha contra la crisis climática: ¿ESG Vs. PYMEs?

Un nuevo estudio de BDC encuentra que casi todas las grandes empresas exigen informes ESG de sus proveedores, y las pequeñas empresas que no puedan cumplir con los requisitos ESG perderán la oportunidad de ganar grandes contratos. (Canadá Newswire, marzo 2023)

En el mismo artículo se afirma que: un tercio de las PYMEs (pequeñas y medianas empresas) que son proveedoras, actualmente no necesitan informar sobre ESG, sin embargo, creen que tendrán que hacerlo dentro de los próximos cinco años. Lo anterior implica unos gastos, adecuaciones, y conocimiento que las compañías deben generar rápidamente.

¿Pero que es ESG?

Para comenzar, ESG es el acrónimo de Environmental, Social and Governance (Medioambiental, Social y Gobernanza) y es el resultado del rendimiento global de una empresa en materia de sostenibilidad. Además, estos criterios están totalmente relacionados con los llamados ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible), término utilizado por la ONU para referirse a las 17 metas, que representan los desafíos y vulnerabilidades que deben ser abordados por todos para 2030.

Por otro lado, hasta el Acuerdo de París de 2015, las inversiones sostenibles eran más abstractas que tangibles. Sin embargo, este acuerdo estableció compromisos vinculantes sobre el cambio climático, lo que aceleró la adopción de acciones e inversiones para la descarbonización de la economía. Como resultado, los criterios ESG se convirtieron en la mejor ruta para las empresas que quieren trabajar en estos temas.

Hoy en día, según Mauricio Paez de Steelcase, ESG se considera clave en la evaluación del rendimiento financiero y la sostenibilidad a largo plazo de una empresa, especialmente si comercia públicamente sus acciones. Se ha convertido en una parte integral del proceso de inversión, y cada vez más empresas reconocen la necesidad de abordar los problemas de ESG para cumplir con las expectativas de sus grupos de interés y mejorar su desempeño general. ESG también se está convirtiendo en un factor clave para que las empresas atraigan y retengan clientes, empleados e inversores.

El tema se complejiza cada día más, porque se va necesitando de mayor cantidad de datos, de información, lo que lleva a términos como: la taxonomía verde (o de ESG) que, para hacerlo más comprensible se puede mirar como un diccionario de actividades sostenibles. Esta definición refleja el objetivo último de: unificar los criterios utilizados para definir qué entendemos por sostenibilidad. Esta es una herramienta tanto para empresas, como entidades reguladoras, y organismos internacionales.

¿Cómo se aplican?

–              Integración a la estrategia empresarial

–              Compromiso de la alta dirección

–              Políticas y procedimientos

–              Participación de los empleados

¿Y las pequeñas y medianas empresas?

Las PYMEs y las organizaciones sin fines de lucro están descubriendo que están en el mismo barco. Existe una presión cada vez mayor por parte de las partes interesadas para que sean más transparentes y responsables en cuanto al desempeño ESG, sin importar el tamaño de la empresa.  (Roopa Davé, socio, servicios de sostenibilidad, KPMG).

Estas presiones vienen desde distintos ángulos, como:

–              Inversionistas

–              Clientes

–              Empleados

–              Entidades reguladoras

Cada uno, con sus intereses, prioridades y tiempos, inevitablemente impactan los costos, operaciones, recursos, cadenas de producción y proveedores, etc. Las PYMEs están recibiendo estas demandas, y lo peor, se suman a las presiones de ventas, que en algunos casos condicionan su existencia mes a mes.

¿PYME-reto?

Según Greenomy, al igual que ocurre con las grandes empresas, los criterios ESG tienen sus propios desafíos para las PYMEs. Al intentar proporcionar los datos solicitados para sus informes ESG, las pymes se enfrentan a problemas clave:

–              Restricciones financieras: a medida que aumentan los requisitos ESG, la cantidad de recursos que las PYME pueden dedicar a la presentación de informes e implementación de medidas ESG no necesariamente crece con ellos.

–              Falta de experiencia: como empresas más pequeñas y, a veces, más jóvenes, las PYME pueden carecer de las habilidades y los conocimientos necesarios para comprender, recopilar y compartir los datos solicitados, de una manera que cumpla con los estándares solicitados.

–              Ausencia de datos existentes: Establecer procesos sólidos de recopilación de datos es complejo y costoso para las empresas más pequeñas. Este proceso puede complicarse aún más por la posibilidad de que esos datos no existan.

–              Falta de incentivos: Faltan incentivos claros para cumplir con la implementación de estos criterios. Las pymes todavía están intentando comprender cuál es el beneficio para ellas de cumplir con estos nuevos marcos ESG. Por el momento, lo ven como un nuevo centro de costes y no lo perciben como una oportunidad que podría acelerar su negocio.

¿Y si mi PYME no los aplica?

En el mismo informe de Greenomy, se afirma que hay estudios que muestran que los consumidores prefieren cada vez más empresas más sostenibles. Por ende, no sólo los bancos o los inversionistas se negarán progresivamente a financiar a las PYMEs insostenibles en la medida que se integren los riesgos ESG en sus evaluaciones de cartera, sino que las empresas más grandes también seleccionarán a los proveedores más sostenibles para mejorar su desempeño en materia de sostenibilidad.

¿ESG Vs. PYMEs?

Aquí hay algunos consejos para las PYMES, en su aplicación de criterios ESG, y para dejar de lado los temores:

1.            Evaluar el estado actual: Comience por evaluar las prácticas y el desempeño ESG actuales de su PYME, abordando cuestiones ESG clave. Identificar riesgos potenciales, brechas y oportunidades.

2.            Establecer objetivos: defina objetivos claros y medibles para su programa ESG que se alineen con los valores, la misión y los objetivos a largo plazo de su PYME.

3.            Involucrar a las partes interesadas: Involucrar a las partes interesadas clave, tanto internas como externas, en la implementación del programa ESG, incluidos inversores, empleados, proveedores, clientes, comunidades locales y organismos reguladores.

4.            Realizar una evaluación de materialidad: Evalúe las cuestiones ESG materiales que sean más relevantes para las operaciones y la industria de su PYME.

5.            Evaluar riesgos y oportunidades: identifique y evalúe los riesgos y oportunidades potenciales asociados con su programa ESG.

6.            Desarrollar políticas y procedimientos: cree políticas y procedimientos integrales que reflejen sus objetivos ESG, abordando información ESG clave.

Falta algo ¿No?

En teoría, el plan para aplicar criterios ESG es fácil de aplicar, pero las PYMEs no pueden hacer esto solas. Los gobiernos deben facilitar ayudas para que estas no se vean tan afectadas en su flujo de caja, pues los cambios y nuevos procesos que deben implementar les quita recursos a las operaciones del día a día, que de por sí, ya las pone en serio aprietos.

Por otro lado, y especialmente en América Latina, la legislación debe moverse al mismo ritmo de las empresas, para que estas tengan un norte a donde ir, y se organicen estos criterios. Se necesitan políticas que promuevan estas prácticas, y que coordinen esfuerzos a través de sectores, para organizar el ecosistema.

Finalmente, es necesario que las grandes empresas que contratan a PYMEs como proveedores, y hacen parte de sus cadenas de valor, les den asesoría y les presten toda la asistencia técnica necesaria, para que estas empresas puedan cumplir con los parámetros ESG requeridos por esas compañías. Así, no solo las grandes empresas mejoran sus propios índices, sino que apoyan a las PYMEs en su inserción al mundo ESG.

Juan Camilo Clavijo

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