Los retos que nos puso en frente la pandemia del coronavirus no van a acabar cuando esta enfermedad se extinga con la inmunidad colectiva en el mundo. Además de desnudar de forma más explícita las desigualdades de nuestras sociedades, también deja una serie de tareas pendientes para el futuro.
La más específica de ellas en materia de salud es la rehabilitación de pacientes Covid que pasaron por una Unidad de Cuidados Intensivos.
Según Rachel Evans, profesora de la Universidad de Leicester en Reino Unido, las afectaciones de salud por cuenta del coronavirus afectan a 7 de cada 10 pacientes luego de la hospitalización. Hablamos de una cifra muy abultada y de afectaciones visibles incluso cinco meses después de que estas personas fueran dadas de alta. Para ellas, la pandemia no termina por el hecho de salir de una UCI.
Las afectaciones contemplan síntomas como afectaciones musculares, dificultades respiratorias, pérdidas de capacidades psicomotrices, lagunas de memoria y también afectaciones en salud mental, como depresión, trastornos de estrés postraumático y ansiedad.
¿Cómo está Bogotá sobre ese punto?
Sobre lo anterior, es decir, sobre salud mental, debemos decir que la capital ya cuenta con un acuerdo de ciudad, promovido por quien tiene el gusto de escribirles, que dota de herramientas a la ciudad para fortalecer su atención en salud mental de cara a todo lo que ha generado la pandemia. Pusimos énfasis en la telemedicina y atención en territorio, buscando además eliminar las barreras de atención: aquí la salud mental es un lujo que solo se podían dar quienes podían pagar altas sumas por ella.
¿Pero qué pasa con el resto?
Bogotá tiene una población significativa de personas que han pasado por una UCI por cuenta del Covid-19.
Lo anterior implica que debemos ponernos a la tarea de promover acciones para atender a esta población con un enfoque de rehabilitación, tal como lo pide la Organización Panamericana de la Salud, OPS.
Y es que la pandemia nos ha exigido fortalecer nuestro sistema de salud como nunca antes. Esta es una oportunidad para mutar la atención. Por ejemplo, la OPS pide que se “considere la posibilidad de establecer programas nuevos de rehabilitación pulmonar para pacientes ambulatorios o de ampliar los que haya”, y también apoyar “la prestación de servicios de rehabilitación a domicilio cuando sea apropiada”. No podemos desandar el terreno avanzado, como tampoco ser menores al reto que sigue.
Bogotá debe tener una política seria en torno a la rehabilitación de pacientes postcovid que, como hemos visto, es una población significativa.
Nuestro mensaje es claro: promoveremos desde el Concejo de Bogotá un proyecto de acuerdo que brinde herramientas a Bogotá para atajar esta consecuencia de la pandemia. No dejaremos solas a las personas que requieran atención luego de haber superado tan duro trance.
@oramirezvahos – Concejal de Bogotá