¿Es real el compromiso de Duque con el medio ambiente?

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Oscar Sevillano

El presidente Iván Duque aprovechó su viaje a Naciones Unidas para hacer un llamado a conformar una gran coalición mundial para la protección de los bosques lluviosos y de la selva tropical húmeda. La pregunta del millón es, ¿Qué ha hecho Colombia hasta el momento para frenar la tala de bosques y la quema en la selva no solo de la Amazonía, sino además del Chocó?

Es muy bonito ir al exterior a dar cátedra sobre cuidado del medio ambiente, pero es mucho más bonito cuando internamente se trabaja para que esto sea realidad. El Proyecto de Monitoreo de la Amazonia Andina reveló que, en el año 2018, Colombia perdió 156.722 hectáreas en este bosque, hecho que tuvo su principal accionar en los departamentos de Caquetá, Guaviare y Meta y que sus más posibles promotores, son personas vinculadas a actividades de ganadería y toma de tierras.

En lo que corresponde a la selva chocoana, el IDEAM alertó a las autoridades ambientales en septiembre de 2018, por la pérdida de bosques. Según esa entidad, el 47% de las alertas tempranas por deforestación registradas durante el segundo trimestre de ese año corresponden al Pacífico, casi el doble que en la Amazonia (27%).

La pregunta aquí es ¿Qué se ha hecho para detener el problema?; ¿tiene el Gobierno Nacional resultados palpables en la lucha contra el asesinato a las selvas en Colombia?; ¿se puede dar cátedra ambientalista al mundo entero cuando internamente existen problemas sin solucionar?

Para nadie es un secreto que al interior de las selvas en Colombia conviven el narcotráfico, minería ilegal, explotación ilegal de madera, tráfico ilegal de fauna, y no olvidemos la quema de bosques para ganadería extensiva y apropiación de tierras, sin que estos problemas sea expulsados de estos territorios, luego entonces no entiendo cómo se puede hablar en la Asamblea General de la ONU de cuidado al medio ambiente y a estas reservas, sin que se tengan resultados en esta materia para mostrar.

Está bien que se invite a la comunidad internacional a unirse a esta lucha, pero es mejor si primero se organiza la casa antes de hablarle a los vecinos de algo que desde mucho tiempo atrás se ha dejado a la intemperie.

Será muy difícil creerle al presidente Iván Duque su compromiso con el medio ambiente, mientras insista en la fumigación con el glifosato; que además de lo anterior, se considere la idea de realizar fracking y que no se persiga judicialmente a ganaderos y terratenientes que arrasen con los bosques para forzar un cambio de uso de suelo para ganadería extensiva.

Si en verdad el primer mandatario tiene la firme decisión de unirse a la lucha contra el cambio climático y el cuidado y protección del medio ambiente, deberá entonces reconsiderar algunas de sus posturas, para de esta manera, convencer a los colombianos primero, de que su discurso no son solo palabras.

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