Por: Oscar Sevillano
El uribismo debería entender que lo que menos necesita el país, es una especie de reallity que sirva para calificar quien ha hecho mejor el trabajo de generar estrategias que ayuden a detener el virus COVID 19, si la alcaldesa Claudia López o el presidente Iván Duque. No es sano esa especie de competencia que han desatado en las redes sociales, tratando de colocar a la mandataria local como la mala del paseo, cuando ella, al igual que el resto de alcaldes y gobernadores, hace lo que corresponde hacer
Por supuesto que se requieren acciones coordinadas y ese trabajo le corresponde al presidente Iván Duque, no solamente indicando la línea a seguir, sino además apoyando las estrategias que piensen los alcaldes y gobernadores para su territorio, porque cada municipio y departamento tiene características propias de clima y de geografía, que hacen que lo que sirve para Bogotá, no sirva para Medellín o Cali.
Por lo anterior, resulta inapropiado que el presidente de la república envíe a la ministra del Interior Alicia Arango a leer comunicados, desautorizando lo que los mandatarios locales pensaron para sus zonas, quien haciendo uso de su particular estilo y lenguaje de culebrero, luego de leer el texto, hace énfasis en que quien manda es el primer mandatario.
Olvida la ministra que cada alcalde y gobernador tiene un mandato que le da el voto popular y que puede realizar acciones propias. Por supuesto que debe comunicarlas, y para que esto se logre, la señora Arango debe ejercer una dialogo respetuoso con cada uno de estos, recordando que ni estos son vacas en medio de un hato ganadero, ni ella es su capataz. Claro, esto se logra si el presidente Duque ejerce un verdadero mandato al interior de su gabinete y le pide a la ministra calmarse y pensar antes de hablar.
Por otro lado, no se puede tampoco atacar a los mandatarios locales, en este caso a Claudia López, porque haya pensado en estrategias para tratar de detener el ingreso del virus en mayor cantidad. La puerta grande por la que se comunica el país hacia el resto del mundo es Bogotá. No estuvo mal que la mandataria distrital le haya salido al paso al tema.
No se entiende entonces los celos que desde el Palacio de Nariño se han despertado hacia la alcadesa, cuando lo que debieron hacer desde el comienzo es apoyar las medidas, generando estrategias complementarias para la capital y para el resto del país.
Mucho menos se le puede culpar porque ejerza su mandato haciendo lo que le corresponde. Parece que al presidente Duque y a su gabinete se le olvida que existe la descentralización y la autonomía territorial y que en este sentido, no tienen por qué pedir permiso para cada cosa que piensen hacer. Da la impresión de que el primer mandatario pretende actuar como el rector de una correccional, donde su ministra del Interior quiere hacer el papel de perfecta de disciplina.
En lugar de pensar en vanidades, reclamando la batuta, el presidente de la república debe pensar en cómo hará el país para enfrentar la pandemia en el mediano plazo, porque es claro que esto va más allá del 13 abril y es necesario generar desde ya las estrategias que le permitirán al país continuar con su día a día, pero con unas características diferentes.
Hasta el momento lo que se ha pensado desde el Palacio de Nariño es para el corto plazo y lo que en realidad se necesita es pensar en el mediano plazo y vaya uno saber si también en el largo plazo. Mucho más si se tiene en cuenta que la actual amenaza para América Latina es Estados Unidos, que hoy tiene un alto número de contagiados y que esto se puedo propagar rápidamente en la región.
Su enemiga presidente Duque no es Claudia López, su enemiga es la pandemia del coronavirus y de nada van a servir estos 19 días de encierro, si sus estrategias para combatir la enfermedad no son pensadas en el mediano y largo plazo.
Deje que cada alcalde y gobernador haga lo que le corresponde hacer y mejor póngale orden a su gabinete, especialmente a su ministra del Interior y dedique su tiempo a pensar en cómo hará Colombia de aquí en adelante para vivir en medio de una pandemia, porque si no lo hace, créame que el país no dudará en pasarle la cuenta de cobro, tanto a usted como a su partido.