Son muchos los tratamientos y esquemas que han surgido a raíz de la incertidumbre sobre cómo enfrentar el virus y entre un sin número de protocolos, se encuentra la propuesta de que el COVID puede ser prevenido y tratado con una sustancia química llamada dióxido de cloro, el cual consiste en un compuesto gaseoso de cloro neutro con gran capacidad de solubilidad en agua y que está siendo comercializado de manera silenciosa, pues no cuenta con la aprobación de la sociedad colombiana de farmacología y se considera un compuesto altamente peligroso según algunos medios.
Paralelo a esto encontramos cantidad de información y testimonios de organizaciones establecidas con el único fin de promover los beneficios que dicen conocer sobre el compuesto y la teoría base, es que el dióxido de cloro oxigena la sangre y edifica un medio propicio para que cuando el virus entre al organismo, fracase en su proceso y así repelerlo, o hacer que el brote sea demasiado leve; también promete sacar de peligro personas con el virus agravado y existen testimonios sobre haber curado diversidad de enfermedades más.
Ante toda esta publicidad se enfrenta una comunidad médica que está en contra de éstas propuestas de tratamiento para el COVID, pues los medios manifiestan sucesos sobre efectos secundarios letales, toxicidad y hasta muerte y obviamente los medios tienen más fuerza que el rumor común; ante este choque de trenes y en medio de la angustia colectiva que atravesamos, muchos son tentados a probar el compuesto, lo están usando, y algunos mas, manifiestan sentir beneficios y otros lo descartan totalmente.
A mí modo personal y experiencia por indagar, me mantengo en la línea de la confrontación a nosotros mismos, pues cuando buscamos alternativas complicadas, y buscamos milagros, es porque pretendemos desistir de las medidas reglamentarias del esquema mundial, pues nos gustaría mas, ser inmunes para exponernos y ser curados con facilidad, los milagros existen pero hay que ayudarnos, la sugerencia es sinceramente distanciamiento social con medidas de barrera y asepsia, pero es evidente por los índices, que no creemos en un virus mortal en gran porcentaje, pero si creemos e una sustancia experimental…
Así duela mucho señores, a salir lo necesario, a dejar la algarabía, a evitar el tumulto, a considerar a nuestros mayores y a ser más empáticos; cada organismo es diferente y el virus actúa como una lotería, es un desgaste potente del sistema inmunológico; quien tuvo COVID no está inmune, está averiado y un recontagio no da buenos pronósticos; además estamos propensos a la aparición de muchas cepas más.
Llegó el momento de creerle al COVID y respetarlo, para sobrevivirlo pues éste, es una realidad con consecuencias probadas; el dióxido de cloro es una alternativa experimental sin piso legal, de resultados inesperados, no lo satanizo, pero tampoco me convence.
