Según la Organización de las Naciones Unidas todos tenemos derecho a la ciudad, que no es otra cosa distinta al “derecho de habitar, utilizar, ocupar, producir, transformar, gobernar y disfrutar ciudades, pueblos y asentamientos urbanos justos, inclusivos, seguros, sostenibles y democráticos, definidos como bienes comunes para una vida digna”, según se cita directamente en la página web de este organismo multilateral.
Hago referencia a lo anterior para explicar que en Bogotá todos cabemos y así se debe garantizar. La ciudad acoge anualmente todo tipo de espectáculos que van dirigidos a diversos públicos y, sin duda, mueven la economía local. Es por esta razón que decidí impulsar, de la mano con el Distrito, específicamente con el Instituto Distrital de Turismo y su director Andrés Santamaría, un Desfile de Autos Clásicos y Antiguos.
En un principio sonó como algo extraño para algunos o tal vez innecesario, pero lo cierto es que ciudades como Bogotá, a las que queremos posicionar en el plano internacional, merecen y deben tener actividades de este tipo por el impacto positivo que generan tanto para su imagen como para su economía. Ya suficiente tenemos con ser la “capital de la polisombra”, por eso considero que es nuestro deber empezar a buscar estrategias que permitan generar identidad y llenarnos de orgullo al mostrar lo que tenemos.
El Desfile de Autos Clásicos y Antiguos será el próximo 31 de agosto y engalanará las calles capitalinas, pues más de 250 reliquias recorrerán Bogotá. Se trata de vehículos que van desde 1920 hasta 1980 y que están afiliados a CAVA (Club de aficionados a los vehículos antiguos). Será un verdadero recorrido por lo que alguna vez fuimos, lo que permitirá a familias enteras evocar una parte de esa historia que nos pertenece y que por momentos olvidamos. El punto de partida será el parqueadero El Salitre, tomará la calle 63 para posteriormente avanzar por la carrera Séptima hasta la calle 134 y bajar hasta el Centro Comercial Paseo San Rafael.
No se trata de un capricho. Las más importantes capitales del mundo como Roma, Madrid, Nueva York, Londres, Ciudad de México, Buenos Aires, Berlín, entre otras, tienen un espacio exclusivo para la celebración de estos desfiles que son esperados año tras año por un público cada vez mayor dada la diversidad del espectáculo. Además, se trata de un evento gratuitito que permitirá a la ciudadanía poder contar con otro tipo de actividades culturales dentro de la oferta ya existente.
Entre los beneficiados, sin duda, estarán la hotelería y el turismo, pero también la actividad automotriz debido a la afluencia que esto genera para talleres de electricidad, mecánica, pintura, tapicería, entre otros, por la demanda en alistamiento y restauración de nuevos clásicos motivados por el desfile. Esto sin contar con el impacto positivo para otros eslabones de la economía. Si año tras año logramos institucionalizar esta actividad, atraeremos turistas colombianos y por supuesto extranjeros.
Un Desfile de Autos Clásicos y Antiguos representa historia, cultura, tradición, nostalgia, remembranza, romanticismo y mucho más para el público que ve pasar a su lado recuerdos vivientes en cada vehículo que hace parte de la multicolor caravana que nos transportará a diversas épocas. Dicen que por donde pasa un clásico siempre habrá una sonrisa y quedará una postal para la historia.