Por: Rodrigo Ruiz-Jiménez Carrera
Muere a los 84 años de edad de Christo el famoso artista de origen búlgaro que se atrevió a cambiar radicalmente alguna de las construcciones más emblemáticas del mundo, como el Reichstag de Berlín (el Parlamento alemán), el Pont Neuf de Pars, o y el Arco del Triunfo (en proyecto). Según un comunicado publicado en la página oficial del artista en Facebook, Christo falleció el pasado domingo por causas naturales en Nueva York. Se desconoce si es un caso de Covid-19.
Nacido en Gabrovo, Bulgaria, en 1935, Christo creó a lo largo de su extensa carrera instalaciones monumentales que forzaban al espectador a observar con una nueva perspectiva espacios icónicos. Era un “perturbador del espacio público”, lo que demostró en repetidas oportunidades, transformando frías estructuras en esculturas frágiles y sensuales. Como cuando envolvió completamente el austero e imponente Reichstag con lienzo azul de plástico, o cubrió una parte de la Gran Barrera de Coral en Australia con miles de metros de tela.
Artista plástico integral (pintor, escultor y arquitecto), huyó de la represión estalinista en la Bulgaria de los 50, y siempre consideró que su arte representaba la aspiración universal a la consecución de la libertad, aunque sean solo “meras obras de arte”. Su método de trabajo fue poco habitual. Intervenciones complejas, costosas y muy llamativas. Sin embargo, efímeras y gratuitas. El artista se financiaba a través de la venta de dibujos y estudios preparativos, rechazando las subvenciones públicas y el mecenazgo privado, una manera de protegerse contra las injerencias externas. En total, Christo logró ejecutar 22 proyectos, menos de la mitad de los que presentó. “Parecerá poco, pero mi obra no es como pintar un cuadro. Más bien se parece a la arquitectura. Y, si un arquitecto dijera que ha logrado levantar la mitad de sus proyectos, a nadie le parecería poco”, afirmaba Christo en 2016.
Estas intervenciones eran versiones extremas de su obra plástica de los sesenta, cuando ya envolvió objetos y lienzos con distintos materiales. En Surronded Islands (1983), el artista da un salto cuántico, circundando con tela rosa el perímetro de 11 pequeñas islas de Biscayne Bay, al sur de Miami. Es una intervención pensada como un simple “gesto poético”, y que sentaría las bases de su arte en las décadas posteriores. En 1985, logró cubrir de tela el Pont Neuf de París, el más antiguo de la capital francesa. Esta intervención le catapultó a la cima del universo artístico, culminando con su mayor intervención: cubrir el Reichstag de tela de polipropileno. Diez años después, en The Gates (2005), creó un recorrido por Central Park de 7.500 puertas con cortinas anaranjadas desplegadas al viento. 37 kilómetros de color en el corazón Nueva York. Más recientemente, Christo volvió a triunfar con sus Floating Piers (2016), tres kilómetros de pontones flotantes sobre el Lago de Iseo, en la región de Bérgamo (Italia). En otra ocasión, el artista unión la ciudad de Sulza no con sus islas vecinas a través de una pasarela naranja que confería al visitante la ilusión de caminar sobre las aguas.
Su padre Vladimirov Javacheff fue un científico y empresario búlgaro y su madre Tsveta Dimitrova era secretaria de la Academia de Bellas Artes de Sofía. Su esposa Jeanne-Claude, a la cual conoció en 1958 en París, le ayudaba a llevar a cabo todos los trabajos creados por él. La pareja tuvo un hijo en 1960 llamado Cyril y dos años después celebrarían su boda.
En el momento de su muerte, Christo tenía otro proyecto en marcha: envolver el Arco de Triunfo de París. Prevista para después del verano, la intervención quedó aplazada hasta septiembre de 2021 cuando estalló la crisis sanitaria.
Se nos fue el gran genio de las instalaciones monumentales, creador de una visión radical y distinta de la realidad. El gran “perturbador del espacio público” decía que “heredaba cualquier cosa que se encuentre en el espacio para convertirla en parte del trabajo artístico”. Él ya es parte del espacio. ¿Envolverá ahora el cielo con sus telas?
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