En los últimos años Colombia se ha convertido en el paraíso de las cirugías plásticas, a tal punto que según el último informe de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética, Colombia es el país en donde se realizan el mayor número de intervenciones, en relación al número de habitantes, pues en 2017 se llevaron a cabo 517.000 procedimientos de los cuales 346.140 fueron quirúrgicos.
El boom de las cirugías estéticas en Colombia es tal, que en el país se realizan siete cirugías plásticas por cada mil habitantes y por cada 100.000 habitantes hay dos cirujanos.
Hablamos al respecto con Osiris Arévalo, médica especialista en otorrinolaringología, de la Universidad de Cartagena y especialista en cirugía plástica facial; además se ha desempeñado como presidenta de la Sociedad Latinoamericana de Rinología y Cirugía Facial.
La reconocida cirujana recomienda que antes de someterse a un procedimiento, el paciente debe tener en cuenta varias aspectos, el primero y tal vez el más importante, la seguridad que va de la mano con la autoestima.
Aceptación y autoestima
De acuerdo con Arévalo, hay una presión creciente para parecer joven y guapo, especialmente en el caso de las mujeres, a las que todavía se les juzga más por su aspecto, y desde esta perspectiva podría explicarse la proliferación de cirugías plásticas en el país.
“Mi preocupación es sobre la sociedad que primero genera insatisfacción corporal y luego proporciona una operación como solución para ese problema cultural. Así como cuestiones psicológicas, también hay cuestiones de salud”, manifiesta la doctora Arévalo.
“Si se vive obsesionado con la propia apariencia (…) si se sufre de esta condición, la cirugía no va a ser efectiva en hacerte sentir mejor con tu cuerpo”, añade.
Belleza alternativa
La doctora Arévalo considera que sería preferible resolver el problema con la imagen corporal a través de acciones psicológicas y culturales, en lugar de buscar soluciones médicas o quirúrgicas.
“En lugar de normalizar las operaciones cosméticas, quizás deberíamos mostrar distintos tipos de belleza”, indica.
Asimismo, se cuestiona “¿Por qué no pueden nuestras industrias del entretenimiento, moda y medios de comunicación explorar un abanico más amplio de tipos corporales?”
Insatisfacción subyacente
Este es un factor clave que se debe tener en cuenta sobre todo en las mujeres que deciden agrandarse los senos.
“Parece probable que exista una insatisfacción subyacente que hace que las mujeres decidan operarse los senos y que la operación no resuelve”, indica la Dra. Arévalo.
“Hay una condición psicológica conocida llamada desorden dismórfico, y varios estudios sugieren que cerca del 10% de la gente que acude a la cirugía estética tiene esta condición”, acota.
Además de los factores mencionados anteriormente, se recomienda a los pacientes contemplar otros aspectos como el económico, teniendo en cuenta que un procedimiento quirúrgico de esta naturaleza sobre los cuatro, cinco o seis millones de pesos.
Asimismo, debe tener claro que el tiempo de recuperación o posoperatorio que en ocasiones se extiende más allá de lo estipulado y puede afectar el normal desarrollo de las actividades cotidianas.