Puede ayudar a desarrollar la inteligencia, a envejecer mejor e, incluso, a mejorar el olfato. Son los efectos más sorprendentes y menos conocidos de mantener una vida amorosa activa, según indican los científicos.
Es conocido que mantener una actividad sexual regular y satisfactoria tiene múltiples beneficios, desde reducir el estrés y la ansiedad, hasta mejorar la autoestima, el estado de ánimo, la función cardiovascular y el equilibrio hormonal, e incluso favorecer la quema de calorías debido al esfuerzo físico.
Pero también hay otras muy buenas razones, tan asombrosas como poco sabidas, para mantener activa y en buena forma su intimidad erótica, según desvelan una serie de investigaciones científicas recientes.
El orgasmo estimula el olfato
Los científicos saben que la prolactina aumenta, tanto en las mujeres como en los varones, tras un orgasmo. Recientemente, investigadores canadienses han descubierto en ensayos con roedores que esta hormona puede hacer que se desarrollen nuevas células nerviosas en el bulbo olfativo cerebral, el centro de la olfato, según publicaba el periódico británico ‘The Telegraph”.
Para el doctor Samuel Weiss, uno de los investigadores de la Universidad de Calgary(Alberta, Canadá) autor de este trabajo, esto podría indicar que la elevación de los niveles de esta hormona, tras el clímax, forja recuerdos que forman parte de las conductas de apareamiento. En pruebas realizadas con ratones de laboratorio, les ayudaba a reconocer a parejas y crías, creando vínculos entre la unidad familiar.
Por otra parte, la investigación titulada ‘Pregnancy-Stimulated Neurogenesis in the Adult Female Forebrain Mediated by Prolactin’, muestra que la actividad sexual dispara los niveles de prolactina en los humanos, lo cual -según Weiss- “podría ayudar a reforzar las relaciones durante el embarazo”.
Las nuevas relaciones nos hacen brillantes
Mantener relaciones sexuales regulares puede aumentar la potencia mental transitoriamente en las personas que se embarcan en una nueva pareja, porque experimentan un mayor crecimiento de sus células nerviosas, lo cual estimula su estado de alerta, según sugiere otra investigación recogida por el “Daily Mail”.
Además, en las parejas que acaban de formarse, la actividad sexual puede fomentar el desarrollo de las células del cerebro situadas en el área responsable de la memoria y del aprendizaje, y tener un efecto protector contra el declive intelectual, al llevar más nutrientes al encéfalo, de acuerdo a los investigadores de la Universidad italiana de Pavía.
Los análisis de sangre de personas que se habían enamorado recientemente mostraron unos niveles más elevados de un tipo de sustancias denominadas ‘factores de crecimiento nervioso’ (NGF, por sus siglas en inglés), cruciales para el bienestar y la alerta mental en los humanos, en comparación con los niveles de NGF de las parejas de larga duración y las personas sin pareja.
Los NGF estudiados son unas sustancias llamadas neurotrofinas, que algunos científicos denominan “fertilizantes cerebrales”.
Este efecto iba declinando a medida que los enamorados seguían juntos, lo que hace suponer a los autores del estudio ‘Raised plasma nerve growth factor levels associated with early-stage romantic love’, que estos beneficios para la salud mental ocurren solo durante la primera etapa del enamoramiento.
Gimnasia que ayuda a envejecer mejor
“Un mayor grado de actividad sexual también ayuda a mejorar la longevidad y la calidad de vida de las personas a medida que envejecen”, ha asegurado el geriatra mexicano Clemente Zúñiga Gil.
Todavía más importante es que, “quienes mantienen una mayor actividad sexual después de los 60 años de edad, también tienen menos enfermedades”, según Zúñiga, integrante del Comité Ejecutivo de la Academia Latinoamericana de Medicina del Adulto Mayor y profesor de la Universidad Autónoma de Baja California, en México.
Para Zúñiga, la actividad sexual puede equipararse a una actividad deportiva, que facilita la conservación de la masa muscular que el ser humano va perdiendo con los años, y con su práctica “se controlan más fácilmente las enfermedades y es más difícil caer en una depresión”.
Según este experto, los últimos estudios sobre envejecimiento destacan que la masa muscular podría ser crucial en la última fase de la vida, por lo que aconseja realizar actividades deportivas, sobre todo de resistencia, que ayuden a trabajar el músculo, incluido el sexo, como una vacuna para afrontar una mejor vejez.
Consultado sobre el vínculo entre el sexo y la duración de la vida, el doctor Zúñiga señala que “hay algunos estudios en donde vemos que, al contrario de lo que pasa con algunas especies inferiores, en el hombre la actividad sexual tiene un efecto positivo en la salud, calidad de vida e inclusive en la longevidad“.
“Aún no hay resultados concluyentes en cuanto a la última de las virtudes mencionadas, pero no cabe duda respecto de las dos primeras variables, sobre todo en los hombres”, reconoce este experto.
Con EFE/Salud /EUGENIO FRATER