¡Las putas nos tomamos la Plaza de Bolívar!

Así lo gritó Alejandra Quintero, una de las voceras de la marcha que, entre hombres y mujeres de todas las edades, dijeron a todo pulmón ¡Si digo No es No!, un llamado de conciencia a toda Colombia por el respeto a la mujer.

Hombres y mujeres, padres de familia, artistas y jóvenes, marcharon y ofrecieron sus voces para protestar contra el abuso a la mujer, la violencia, el irrespeto y el machismo.

“Me visto como me da la puta gana, no cómo me digan”, “Putamente libre”, “Soy puta”, “Si ser puta es ser libre, nacimos con vocación”; estos fueron algunos de los mensajes que entre cuerpos semi desnudos, pancartas, camisetas marcadas y grafitis en las paredes, se leyeron y resonaron desde el Parque Nacional hasta la Plaza de Bolívar en un clamor unísono por el respeto a la mujer.

Para Alejandra Quintero, psicóloga que propone la revolución erótica, y una de las personas presentes en la marcha, ” la acogida ha sido muy buena. Claramente uno siempre espera más personas. Esperamos que cada año que pasa, seamos más.”

Una de las mujeres que asistió a la marcha, se atrevió a subir a la tarima y decir a todo pulmón: “Estamos emputadas porque las prostitutas, las que ejercen la prostitución todos los días en la calles, y las que se tienen que aguantar la violencia patriarcal de esta sociedad, no fueron convocadas. Sus voces son las grandes ausentes.”

En una carta dirigida a la líder de la Marcha, una “prostituta anónima” señaló que en la movilización sí habían putas, y que eran más de diez. “Diría a todo el mundo que soy prostituta si mis padres no sufrieran, si mi familia no sintiera vergüenza, si yo no tuviera miedo de que un día decidiera dejar la prostitución y nadie me diera empleo en otra cosa”, dijo la autora del documento.

La activista, en una conversación exclusiva con Confidencial Colombia, respondió:

“Quieren que las putas de la calle, víctimas de la limpieza social marchen? ¡Eso es inhumano! Claro que se les convoca, y si un día una activista puta quiere decir eso, que lo diga, pero por voluntad, no por opresión. El año pasado una mujer se tomó la tarima e inventó que era puta. No quiero discursos mentirosos, el día que una puta suba a la tarima, es porque es cierto, la que habló el sábado tampoco es puta, creo que es catedrática. Las putas, las de verdad, tienen miedo”.

Además aclaró que “existen muchas activistas putas, pero no quieren marchar porque no me consideran abanderada de su causa por no ser puta, y tienen razón en cierto modo, lo que no saben es que yo me abanderé, yo soy puta por sospecha, todas somos putas, y espero paciente el día que putas por sospecha y putas reales, nos veamos a los ojos como hermanas”.