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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: 1 de Mayo

Del Primero de Mayo a la consulta popular: el pueblo dice 12 veces Sí

La movilización del 1º de mayo de 2025 en Colombia ha marcado un punto de inflexión en la política nacional. No se trató de una fecha simbólica más ni de una simple jornada de conmemoración. Fue, en cambio, una verdadera demostración de fuerza y respaldo ciudadano al presidente Gustavo Petro y a su propuesta de convocar una consulta popular que permita sacar adelante la reforma laboral que el Congreso ha bloqueado sistemáticamente. En plazas y calles de todo el país, miles de trabajadores, mujeres, jóvenes, pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes, organizaciones sociales y sectores populares se volcaron masivamente para ejercer lo que la Constitución de 1991 consagra: el derecho a una democracia participativa.

Este respaldo popular no es solo emocional ni coyuntural. Una encuesta reciente de Cifras y Conceptos —realizada entre el 24 de abril y el 3 de mayo en las principales ciudades del país— reveló que el 57% de los ciudadanos está de acuerdo con la convocatoria a una consulta popular. Lo más relevante: cada una de las 12 preguntas propuestas obtendría un respaldo superior al 75%. Este dato es contundente y desarma el relato de quienes pretenden caricaturizar la propuesta presidencial como un “capricho autoritario”.

 

El contenido de la consulta apunta a garantizar derechos fundamentales largamente postergados. Por ejemplo, el 94% de los encuestados está de acuerdo con que trabajadoras domésticas, madres comunitarias, artistas y otros trabajadores informales sean formalizados o tengan acceso a seguridad social. El 92% apoya que las empresas contraten personas con discapacidad, y otro 92% aprueba que los aprendices del SENA tengan contratos laborales. Incluso la pregunta menos respaldada —la eliminación de la tercerización laboral mediante contratos sindicales— obtiene el respaldo del 75%. Es decir, hay un consenso social amplio sobre la urgencia de estas medidas.

Sin duda el llamado del Presidente a la consulta popular ha logrado conectar con una ciudadanía que empieza a comprender que el modelo de gobernabilidad tradicional, intermediado por los vetos del Congreso, no está respondiendo a las necesidades sociales. El 43% de los encuestados manifestó que probablemente acudiría a las urnas, lo que superaría el umbral exigido del 33,3% del censo electoral para que la consulta sea válida.

Pese a estos datos, la oposición ha reaccionado con temor. La sola posibilidad de que el pueblo decida directamente sobre temas sustanciales del contrato social ha desatado una campaña de desprestigio. Se ha intentado presentar la consulta como una amenaza al equilibrio institucional, como una herramienta de presión o como un símbolo de confrontación. Algunos, incluso, han criticado el uso de la espada de Bolívar por parte del presidente, ignorando el valor simbólico que este gesto tiene para muchos sectores sociales: la lucha por la justicia y la soberanía popular.

Detrás de estas críticas, sin embargo, lo que se esconde es el profundo malestar de una élite política acostumbrada a decidir entre pocos, a espaldas de la ciudadanía. La consulta popular, como herramienta constitucional, no es ni ilegal ni ilegítima. Al contrario, representa una oportunidad histórica para democratizar el poder, para empoderar al pueblo, y para abrir caminos de participación real que superen los límites de la democracia representativa secuestrada por intereses corporativos y clientelistas.

En este contexto, se vuelve fundamental que el pueblo se organice más allá de las marchas y las urnas. Es urgente conformar comités barriales, locales y territoriales por la consulta popular, espacios abiertos, amplios y diversos donde trabajadoras, jóvenes, líderes sociales, comunidades étnicas, organizaciones sindicales y movimientos ciudadanos se articulen para explicar con claridad y pedagogía el contenido y la importancia de esta iniciativa democrática. Solo un pueblo informado puede vencer la desinformación y enfrentar las matrices de odio que pretenden deslegitimar las demandas de justicia laboral y social. Estos comités deben convertirse en un gran tejido ciudadano que defienda el derecho a decidir y a construir un país más justo desde abajo, desde los territorios.

Lo que vimos el 1º de mayo fue un grito democrático. Fue el pueblo diciendo: no aceptamos más bloqueos, queremos decidir. La participación ciudadana no es un riesgo, como lo plantea la oposición; es la base de toda democracia verdadera. Y esa democracia, que hoy defendemos en las calles y que queremos ejercer en las urnas, no puede seguir siendo un privilegio de las élites. La historia nos llama a dar un paso adelante. Si el Congreso no legisla para el pueblo, será el pueblo quien legisle desde las urnas.

Quena Ribadeneira

La democracia directa, la paz y el Primero de Mayo

Las marchas del pasado Primero de Mayo no solo conmemoraron el Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores, sino que también se consolidaron como una masiva expresión de respaldo a las reformas sociales, a la profundización de la democracia participativa y a la construcción de paz. Desde las principales ciudades hasta los rincones más apartados del país, miles de colombianos y colombianas salieron a las calles no solo para exigir mejores condiciones laborales, sino también para reclamar una democracia más viva, descentralizada, directa y comprometida con la paz.

Los manifestantes no marcharon únicamente por derechos laborales como el trabajo digno, la jornada justa y las garantías sindicales. También alzaron la voz a favor de reformas que reconozcan el papel protagónico del pueblo en la toma de decisiones. La propuesta presidencial de convocar una consulta popular para desbloquear reformas sociales frenadas por el Congreso puso de relieve una verdad más profunda; la necesidad de entregarle a la ciudadanía el poder de decidir, de manera directa, sobre los asuntos públicos. Esa posibilidad de decisión y protagonismo también es una apuesta por la paz, entendida como una transformación estructural de las relaciones de poder en favor de la justicia social.

 

Este Primero de Mayo debe entenderse también como un llamado colectivo a profundizar la democracia directa en los municipios y departamentos. Esto implica ir más allá de la participación simbólica o consultiva para construir espacios reales de poder ciudadano. Estas manifestaciones masivas crean las condiciones para que se reconozcan e institucionalicen formas organizativas y de soberanía del pueblo, como el Gobierno Propio de los pueblos étnicos o las asambleas ciudadanas territoriales constituyentes, donde se reúnen y complementan todas las demás formas de participación contempladas en la Constitución y la ley. En esas formas de autogobierno y planeación colectiva también se siembran las bases de una paz territorial, sostenible y democrática.

Una de las mayores oportunidades para avanzar en ese camino es el Acto Legislativo 03 de 2024, por el cual se fortalece la autonomía de los departamentos, distritos y municipios. Sin embargo, esta transformación participativa requiere completarse con la urgente aprobación de la Ley de Competencias, que distribuya clara y equitativamente las responsabilidades, los recursos y las capacidades entre la Nación y los entes territoriales. Sin esta ley, los municipios y departamentos seguirán atados a un modelo centralista y asfixiante, que impide la autonomía real, la participación efectiva y una paz construida desde abajo.

Fortalecer la participación ciudadana y el poder de decisión del pueblo no es una consigna vacía, es una necesidad concreta para la democracia y para la paz. La elaboración de Planes Prospectivos de Vida municipales, regionales o departamentales a dieciséis o veinte años, así como de Planes de Desarrollo y Planes y Esquemas de Ordenamiento Territorial (POT y EOT), debe contar con una participación amplia, incidente y vinculante de las comunidades. De lo contrario, seguirán siendo planes técnicos, dispersos, elaborados desde escritorios centralizados, sin anclaje en las realidades, los dolores y las esperanzas de los territorios que han vivido el conflicto armado.

La presupuestación participativa es otro pilar de esta transformación. Permitir que la ciudadanía decida en qué invertir los recursos públicos, priorizando necesidades locales, no solo fortalece la democracia, sino que mejora la eficacia y la transparencia de la gestión pública. También contribuye a reducir tensiones sociales y territoriales que, cuando no son atendidas, alimentan escenarios de conflicto. En tal sentido, se requiere el fortalecimiento y respaldo del control social y de la veeduría ciudadana autónoma y transparente.

No se trata solo de reformar leyes o cambiar normas, se trata de redistribuir el poder. Las movilizaciones del Primero de Mayo son una clara señal de que la ciudadanía está dispuesta a asumir ese rol. La democracia directa, la movilización social, la planeación participativa, la descentralización efectiva y el control social constituyen un ecosistema político que empodera al pueblo y aporta significativamente a la construcción de paz en los niveles local, regional y nacional, lo cual requiere garantías y apoyo decidido del Estado.

Colombia está en una encrucijada histórica. O profundiza su democracia con participación real y poder popular desde abajo, o sigue atrapada en un modelo centralista, corrupto, clientelista y excluyente. El Primero de Mayo nos recuerda que el camino hacia un país más justo y pacífico solo puede construirse con el protagonismo activo del pueblo, desde los barrios, veredas y comunas, hasta los departamentos y la Nación.

Luis Emil Sanabria D.

El cambio continúa luchando por 4+

El primero de mayo conmemoramos las luchas y logros de la clase trabajadora y el movimiento obrero en su búsqueda por garantías laborales, pues después de la Revolución Industrial, los trabajadores estadounidenses se enfrentaban a jornadas laborales de 12 horas al día, seis o incluso siete días a la semana, con salarios muy bajos y en condiciones de trabajo deplorables. Es especialmente desgarrador recordar que niños y niñas eran empleados en minas, fábricas e industrias, injusticias que llevaron a los movimientos obreros a organizar protestas, alzar la vos exigiendo jornadas laborales de 8 horas, condiciones laborales dignas.

Lucha recordada por nuestro presidente, exaltando este día tan importante para el mundo y el país, alzando su voz contra la esclavitud, indignidad, acompañado de millones de colombianos que marcharon en apoyo al gobierno del cambio, por lo menos en 60 ciudades del país millones de compatriotas mostraron su apoyo a la lucha social, a las reformas democráticas, mostrando su endereza, defensa a la voluntad popular, pidiendo a gritos un cambio en el sistema laboral, pensional y salud, gritando: “vivan las reformas del gobierno del cambio”, “viva la reforma laboral del gobierno del cambio”, “Abajo a la oposición de la reforma del cambio”.

 

 Lamentablemente somos el país de América Latina que tiene la jornada laboral más extensa, improductiva a nivel económico como resultado de gobiernos como Álvaro Uribe Vélez, hoy el Presidente Gustavo Petro, el gobierno quiere corregir, abolir la esclavitud, el retraso del país, dignificando las condiciones del trabajo, fomentando el empleo como una política prioritaria, impulsando programas e  incentivos en favor de los jóvenes, propendiendo por la estabilidad laboral, acabando con la informalidad.

Colombia clama por una pensión digna, eliminar la pobreza extrema, no es justo que más de tres millones de adultos mayores de clase baja, que han luchado y trabajado arduamente toda su vida, bajo el sol y la lluvia, no tengan acceso a una pensión digna. Estos son derechos que la oposición rechaza, se les acabo el negocio a los banqueros, a los políticos de apellidos pudientes que se han lucrado a costa de los derechos fundamentales de los más vulnerables, que han marchado pidiendo la muerte del cambio, de las reformas, de la democracia.


El gobierno del Cambio está más vivo que nunca, los 11 millones de colombianos volvieron a expresar apoyo al presidente y a las reformas. El clamor del país es claro: 4+ de garantías, de trabajo por los más vulnerados y olvidados. Agradecemos a Colombia, Medellín por el apoyo inquebrantable y firme. Seguiremos imparables en la lucha por un país justo y garantista. Ni la persecución política nos detiene. Los cuatro años no son suficientes; queremos la Asamblea Nacional Constituyente.

Alejandro Toro

De marcha en marcha

Marchamos el 21 de abril y el 1° de mayo. Y seguiremos hasta el final de nuestras vidas, estoy seguro, en ese maratónico y masivo ejercicio exigiendo a todos los gobiernos de turno por certeras y reales leyes para mejorar nuestra calidad de vida. Esa será una constante mientras exista el descontento social. No obstante, los colombianos, siento, realizamos ese ritual ciudadano desde el momento en que despertamos y abrimos los ojos para luego vivir largas y conglomeradas caminatas en nuestras complejas vidas cotidianas.

Empecemos por esa divina oportunidad de sentirnos vivos cuando intempestivamente abrimos la visión hacia los techos de nuestros hogares con los lejanos ruidos de las tranquilas madrugadas. Las milésimas de segundos nos presionan la lista de tareas para enfrentar los extensos y pesados jornales en aras de cumplir a todo el mundo. Es decir, una marcha sin o con tropiezos para ganar el primer turno en el baño, otra para levantar a cada integrante de la familia a cumplir con su plan y la personal para salir a las carreras a trabajar formal o informalmente. ¡A marchar se dijo! Nos vemos en la noche, familia…

 

Marcha, circula, transita desde que pone un pie en la calle, el colombiano trabajador, me refiero a ese que va con afanes a conseguir el alimentador que le lleve a uno de los tantos portales atiborrados de miles, quienes acelerados, incluso malgeniados, llegan dispuestos a subirse a  las a ‘malas’ en una ruta cercana a su oficina, empresa, universidad o destino de diligencia personal o familiar. Me refiero, igualmente, al parroquiano dispuesto a coger una de los miles de rutas más apetecidas para su destino, pero encasillado en el paso del tiempo y en los sendos trancones, que le hacen sudar hasta al más desprevenido. Es una verdadera maratón para llegar a sus trabajos formales o tal vez a un punto de encuentro…

¿Y, el informal?  Pior! Un ejemplo, los cientos de vendedores ambulantes y estáticos del tintico, bebida sagrada en el paladar del ‘criollo’ respetable, pero todo un loable trabajo de carpintería para estar a la orden del día. Sus ofertantes deben desde bien madrugados poner a hervir sus cuantos litros de agua para luego ser mezclados con variadas hierbas, incluida la canela, para aumentar el placer de algunos comensales. En sus marcas… a vender tinto se dijo desde las 3:00a.m, según mis cálculos. Otra fuente callejera me afirmó: “a esa hora ya he vendido tres termos”, panita. Como esta historia sin salario fijo y prestaciones sociales se encuentra la del dueño del ‘líchigo’, la del taxista, la del albañil y la de un largo etcétera por la que en honor a la realidad debemos protestar. De verdad, somos marchantes crasos, pero del trabajo.

De esta somera descripción me queda claro que cada trabajador de su compleja historia -somos millones por aquello de la desigualdad. Según, el DANE, el 72,9% de los hogares colombianos vive en pobreza o gana ingresos bajos e inestables- NO tendrá una eminente figura presidencial para promover y publicitar en medios tradicionales y digitales sus batallas para salir a pelear contra viento y  marea la consecución de los recursos para sostenerse en un mercado con carestías en los precios de la canasta familiar, inestabilidad laboral, inseguridad, desempleo, hambre, extremos politiqueros, insatisfacción y nuevamente otro largo etcétera de gruesos problemas, que sin marchas quincenales o mensuales han resuelto, a así sea con pañitos de agua tibia, este cruel panorama nacional.

Una marcha fue de la derecha extrema u oposición, según el Gobierno. A los 11 días, la del Gobierno de Izquierda, según la derecha u oposición. ¡Dos marchas extremistas que esencia dejan en la mitad a quienes mueven este país a punta de marchas…en serio! Somos un país de marcha en marcha. ¿Y las verdaderas soluciones dónde están? ¿En marcha?

#Parzival: ¿Sera qué el presidente Gustavo Petro (@petrogustavo) izó bandera en el colegio?

Edgar Martínez Méndez

Continúan las críticas al discurso de Petro, turno para algunos concejales de Bogotá

El discurso del presidente Gustavo Petro del pasado 1 de mayo desde el balcón del Palacio de Nariño, provocó molestias en algunos sectores del país, uno de ellos, el Concejo de Bogotá, donde integrantes como Javier Ospina han manifestado su incomodidad por algunas de sus frases.

El cabildante dijo en su reciente intervención en la plenaria del cabildo tildó de delirante el discurso del primer mandatario.

 

Ospina comparó a Petro con Donald Trump, según él, por incentivar a las masas para que salgan a las calles.

El concejal del Centro Democrático extendió sus críticas a la vicepresidenta Francia Márquez por gritar “viva” a la Primera Línea, recordando que muchos de sus integrantes protagonizaron hechos vandálicos en las ciudades durante el estallido social.

 

La furia de la gobernadora del Valle con Francia Márquez

La Gobernadora del Valle, Clara Luz Roldán, hizo un fuerte reclamo a la vicepresidenta, Francia Márquez, por gritar durante un discurso en la ciudad de Cali: “viva la Primera Línea”.

A través de su cuenta de Twitter, la mandataria valluna le recordó a la vicepresidenta las acciones violentas de la Primera Línea en el departamento en el marco de la protesta social.

 

“Vicepresidenta, Francia Márquez, ¿Viva la primera línea? ¿Viva la primera línea que vandalizó estaciones del MIO, destruyó pequeños negocios? ¿Viva la primera línea que sitió a una ciudad entera? ¿Viva la primera línea que realizó más de 200 bloqueos en el Valle del Cauca?”.

La gobernadora solicitó a Márquez entender su labor como alta funcionaria del Estado, “por favor asuma su rol de vicepresidenta, reconcilie al país, busque el diálogo social, no haga apología de la violencia, no radicalice al país, ni instigue odios”.

La molestia de la mandataria departamental se presentó luego del discurso de la vicepresidenta durante las marchas del Día del Trabajo en Cali, en el que expresó:

“No me da miedo decir aquí: ‘que viva la ‘primera línea’. A muchos de ellos los asesinaron, les sacaron los ojos, los encarcelaron y el pueblo hoy les dice ‘estamos con ustedes y no los olvidamos’. Por eso, cuando caminé con ellos me pedían educación y la reforma tributaria que se aprobó va dirigida a ese objetivo”.

 

1 de mayo, el pulso por la reforma laboral

Mañana es la conmemoración del Día Internacional del Trabajo, una fecha en la que se rememora la histórica huelga general de 1886 en Chicago, Estados Unidos, donde los trabajadores protestaron por mejorar sus condiciones laborales. En aquel entonces las personas estaban tras la dignificación de sus jornadas y por la lucha de sus derechos.

Ahora, más de 150 años después, en Colombia la historia no es muy diferente. Es el único país del mundo en el que anochece para los trabajadores a las 10 de la noche porque la ley 789 de 2002 estableció los recargos nocturnos a partir de esa hora. O donde los recargos dominicales y festivos no se pagan como corresponde. Y en donde el tema de la contratación se convirtió en un karma para la mayoría de las personas que están bajo la modalidad de prestación de servicios.

 

Las luchas obreras son parte de la premisa que estamos trabajando en las reformas que desde el legislativo estamos tramitando y que días como mañana nos recuerdan la importancia y necesidad de adelantarlas, máxime cuando la reforma laboral tiene el visto bueno de una institución tan importante como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico – OCDE.

Es importante también hablar de que, según información del DANE, “para el mes de marzo de 2023, la tasa de desempleo del total nacional fue 10,0%, lo que representó una reducción de 2,1 puntos porcentuales respecto al mismo mes de 2022 (12,1%)” lo que quiere decir que avanzamos en acciones y estrategias que permitan garantizar el acceso al empleo de los ciudadanos, y que al contrario de lo que dice la oposición el país va bien.

Nuestro compromiso es con las y los colombianos, con garantizarles mejores condiciones, y es en el trabajo donde radica la capacidad de adquisición de las familias, en los ingresos es donde se impacta verdaderamente la calidad de vida de estas, de nada sirve la retórica cuando las personas no pueden suplir las necesidades del diario vivir, es por ello que vamos con toda por la reforma laboral y en honor a aquel, 1 de mayo de 1886, por la dignificación laboral.

Trabajadores y trabajadoras de Colombia: cuenten conmigo por la lucha de sus derechos desde el legislativo.