Ir al contenido principal

Horarios de atención

De lunes a viernes:
8:00 AM – 5:00 PM

Whatsapp: (+57) 317 599 0862
Teléfono: (+57) 313 7845820
Email: [email protected]

Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Crecimiento económico

El BBVA Research proyecta un crecimiento en la economía de 2,5% en 2025 y 2,9% en 2026

Según el más reciente informe Situación Colombia de BBVA Research, la economía nacional en 2025 estará fuertemente influenciada por el entorno internacional, además de enfrentar desafíos internos como la inflación, las tasas de interés y la volatilidad cambiaria. En este contexto, se proyecta un crecimiento del PIB del 2,5 % en 2025 y del 2,9 % en 2026.

“Las tensiones comerciales desde Estados Unidos han generado ajustes en las cadenas de suministro y han aumentado la incertidumbre en los mercados globales. Hasta el momento, el comercio colombiano no ha experimentado un impacto por estas disputas, pero las condiciones externas sí pueden afectar la demanda de exportaciones en algunos sectores clave”, asegura Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research.

 

Pero esta no será la única variable externa que tendrá impacto, también se debe tener en cuenta que la volatilidad en los precios de las materias primas sigue representando un factor de riesgo especialmente por su impacto en los ingresos por exportaciones. “En este contexto, las perspectivas para 2025 dependerán de la capacidad del país para enfrentar un entorno global aún incierto y fortalecer su crecimiento interno, impulsando sectores estratégicos y manteniendo la estabilidad en sus cuentas fiscales y externas”, cita el informe.

Con este panorama, la economía colombiana se encamina hacia un crecimiento del 2,5 % en 2025, con una expectativa de aceleración hasta el 2,9% en 2026. “El consumo privado, creciendo 3,2% en 2025 y 2,8% en 2026, continuará siendo el principal motor de la actividad económica, impulsado por la reducción de la inflación, la mejora del ingreso real de los hogares y condiciones crediticias más favorables. Sin embargo, su recuperación no será homogénea, con un mayor dinamismo en los bienes duraderos y semiduraderos en 2025, mientras que los servicios también ganarán tracción, respaldados por mejores resultados en sectores clave”, explicó Mauricio Hernández, economista de BBVA Research para Colombia.
En 2024, el sector de servicios atravesó una desaceleración cíclica y registró una menor actividad en comparación con periodos anteriores. No obstante, los indicadores más recientes muestran una recuperación progresiva, con un repunte destacado en hoteles y restaurantes, lo que anticipa una mayor contribución del sector a la economía en 2025.

Además, tal como lo asegura Hernández, “el crecimiento del empleo y el aumento de la capacidad de compra en 2025 y 2026, no solo por el mejor ingreso sino también por la reducción de la inflación y las tasas de interés, permitirán que el gasto en servicios retome un mayor dinamismo, especialmente en actividades recreativas, transporte y esparcimiento”.

Siguiendo con el tema del consumo, según los economistas se espera un nuevo ciclo de compra y renovación en los hogares, impulsando el gasto en vestuario, electrodomésticos, tecnología y vehículos. “Este repunte también estará respaldado por tasas de interés más bajas, que facilitarán el acceso a financiamiento para la adquisición de estos bienes, estimulando una recuperación más pronunciada en este segmento del consumo. En cuanto a los bienes no duraderos, su consumo, aunque menos volátil, también mostrará una aceleración progresiva”, comentó Juana Téllez, economista jefe para Colombia de BBVA Research.

Si bien el consumo seguirá siendo el principal motor del crecimiento debido a su elevado peso en el PIB, será la inversión la que impulse la aceleración de la actividad económica en 2025 y 2026. “Este componente, que ha sido el más deprimido en los últimos años, tendrá la recuperación más notoria, consolidándose como el eje clave de la expansión económica en el mediano plazo. Para 2025, se espera que la inversión fija crezca un 5,1 %, con una aceleración hasta 6,0 % en 2026, reflejando el impulso de distintos sectores”, dijo Téllez.

Inflación, tasas y dólar: los retos internos

BBVA Research espera que la inflación cierre en 4,4% en 2025 y descienda a 3,7% en 2026. Si bien esto representa una mejora respecto a los niveles elevados de años anteriores, el proceso de caída de este indicador será lento debido a varios factores estructurales. “Entre ellos, la persistencia en la inflación de arriendos, la fortaleza del consumo de servicios y la indexación de precios de algunos bienes y servicios al salario mínimo y la inflación pasada. Además, se proyectan nuevas presiones sobre las tarifas de gas y los precios del diésel en 2025 y 2026, lo que mantendrá costos elevados en algunos sectores”, dice Hernández.

Bajo este contexto, el Banco de la República mantendrá su estrategia de reducción gradual en las tasas de interés, con una proyección de 7,75% para finales de 2025 y una posible estabilización en 7,25% en 2026. Para Alejandro Reyes, “estos recortes han permitido mejorar las condiciones de financiamiento para hogares y empresas, impulsando tanto el consumo como la inversión productiva. No obstante, la autoridad monetaria mantiene una postura cautelosa, evitando reducciones más agresivas que pudieran generar nuevas presiones inflacionarias o desviar las expectativas de inflación”.

Para los economistas, el reto está en el balance entre la necesidad de apoyar la recuperación económica y el riesgo de una inflación aún elevada en algunos rubros, lo que ha llevado al Emisor a adoptar un enfoque de ajuste gradual.

En cuanto a la tasa de cambio, esta reflejará los movimientos en el entorno externo y fiscal, así como la dinámica de los flujos de capital. Se proyecta que el tipo de cambio al cierre de 2025 se ubique en 4.350 pesos por dólar, con una leve apreciación hacia 4.230 pesos en 2026.

“Esta trayectoria estará influenciada por la evolución de las tasas de interés en economías avanzadas, la confianza de los inversionistas en la estabilidad macroeconómica del país y la evolución de las cuentas fiscales”, dice Reyes.

Si bien el peso colombiano ha mostrado resiliencia reciente en comparación con otras monedas emergentes, la volatilidad en los mercados internacionales, los cambios en los flujos de capital y la evolución de la demanda por activos en mercados emergentes seguirán representando desafíos.

¿Qué se puede esperar en 2026?

Para 2026, se espera una moderación en el crecimiento del consumo privado, principalmente debido a la desaceleración en la demanda de bienes duraderos y semiduraderos, que en 2025 habrán experimentado un repunte significativo. El gasto en estos bienes no tendrá el mismo impulso que en el año anterior, ya que gran parte de la reposición y la compra de bienes de alto valor ya se habrá materializado.

No obstante, el consumo privado se mantendrá en niveles elevados, representando un 76% del PIB, una participación superior a la reportada en la década pasada, cuando promediaba el 69%. Además, el consumo de bienes no duraderos, como alimentos, y el de servicios seguirán teniendo una buena dinámica.

Para BBVA Research, a esto se suman las mejores condiciones macroeconómicas del país, con una inflación en descenso y una política monetaria más flexible, lo que facilitará la expansión de la inversión tanto en maquinaria y equipo como en construcción y obras civiles.

¿Y el largo plazo?

A pesar de la recuperación proyectada para 2025 y 2026, el crecimiento potencial de la economía colombiana sigue siendo bajo, situándose por debajo del 3%, en contraste con el 4% de décadas pasadas. Esto se debe a factores estructurales como el agotamiento del impulso demográfico, la disminución de la natalidad y la menor expansión de la fuerza laboral, lo que hace que la inversión y la productividad sean claves para el crecimiento futuro.

Sin embargo, la inversión se ha visto afectada por altas tasas de interés, restricciones fiscales y un bajo nivel de ahorro interno, lo que dificulta el financiamiento sin depender del capital externo.
Además, las brechas en educación y la alta informalidad laboral han limitado el desarrollo del capital humano y la mejora en productividad. Aunque la cobertura educativa ha aumentado, persisten desafíos en calidad, infraestructura y pertinencia, afectando la capacidad de la fuerza laboral para adaptarse a las nuevas demandas del mercado.

Para impulsar un crecimiento sostenible, Colombia debe mejorar el financiamiento de la inversión productiva, fortalecer la educación, reducir la informalidad y optimizar el gasto público, de modo que la economía pueda basarse en el aumento de la productividad y no solo en la expansión laboral o el consumo. Sin estos cambios, el país enfrentará un crecimiento moderado en el mediano plazo.

Presidente de la Federación Nacional de Cafeteros celebra el protagonismo del grano en el crecimiento económico del país

A través de su cuenta X, el presidente de la Federación Nacional de Cafeteros, Germán Bahamón, celebró la presencia del sector en el la reactivación de la economía de Colombia en 2024.

«El mas reciente reporte del DANE nos indica que el Producto Interno Bruto nacional creció un +1,7% en el consolidado del 2024, el agregado de agricultura, ganadería, caza, pesca y silvicultura creció a una velocidad superior del +8,1% y el gran dinamizador de esta actividad económica fue el Café de Colombia que alcanzó un sobresaliente +22,5%.», afirmó Bahamón en la red social.

 

El aporte del sector agropecuario fue de 0,8 puntos (47%) al crecimiento de la economía nacional de +1,7%, según los datos oficiales.

«Cuando revisamos el ultimo trimestre del 2024, de Octubre a Diciembre, fueron las familias caficultoras las que tuvieron un aporte protagónico en el crecimiento económico nacional. Nuestra actividad agrícola logró un crecimiento admirable del +33,1%, jalonando el sector agropecuario que alcanzó un +6,5%, y apoyando la reactivación del país», agregó.

Nota recomendada: Las principales ventajas de tener una caja de ahorros online

Tasas de interés, inflación y precio del dólar impulsarán el crecimiento económico

Colombia inicia el 2025 con un panorama económico optimista, respaldado por la convergencia de tres factores clave: la inflación, la tasa de interés y la tasa de cambio. Según el profesor Henry Amorocho, experto en Hacienda Pública y Presupuesto de la Universidad del Rosario, esta estabilidad contribuirá a impulsar el crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

En términos de inflación, se proyecta una reducción hasta el 3,5 %, impulsada por un flujo constante de bienes y servicios, condiciones climáticas favorables y una economía fortalecida en 2024. Esta disminución permitirá que los colombianos mantengan su poder adquisitivo y accedan a más bienes y servicios.

 

Puede interesarle: ¿Qué pierde Colombia en materia comercial con la crisis diplomática con EE.UU.?

Las tasas de interés también experimentarán un ajuste a la baja, con una reducción de 250 puntos básicos que las ubicaría en un promedio del 6,5 %. Esto facilitará el acceso al crédito y reducirá los costos de producción, incentivando el consumo y la inversión empresarial.

Por otro lado, la tasa de cambio del dólar se mantendrá estable, oscilando entre los $4.000 y $4.300, lo que favorecerá la competitividad del sector productivo y reducirá los costos de importación. Esto beneficiará a la industria nacional, permitiéndole acceder a insumos más económicos y estimular nuevas oportunidades de negocio.

El impacto positivo de estas condiciones económicas se reflejará en diversos sectores. Con precios más bajos y mayor estabilidad, los colombianos podrán optimizar sus ingresos, mientras que el empleo se mantendrá estable gracias al dinamismo de la producción y el consumo interno. Además, sectores como el turismo y la industria manufacturera se verán favorecidos, impulsando el desarrollo económico del país.

Con un crecimiento proyectado del 3 %, el 2025 se perfila como un año de oportunidades para los emprendedores, las empresas y la población en general. La alineación de estos factores económicos clave permitirá fortalecer la estabilidad financiera y fomentar el desarrollo sostenible en Colombia.

“Sin la ayuda de los bancos el crecimiento económico en Colombia sería negativo”: Jonathan Malagón

El presidente de la Asociación Bancaria, Jonathan Malagón, afirmó que mientras el Banco de la República en el año 2023, subía la tasa de interés y subía la tasa de captación, la tasa de colocación de créditos en el sector financiero cayó 500 puntos básicos, “eso significó un estrangulamiento a los márgenes de intermediación”.

“Si los bancos no hubieran bajado la tasa de interés el año pasado, el crecimiento de la economía no hubiera sido de 0,6%, sino negativo”, puntualizó.

 

El líder gremial destacó el resultado de los bancos y afirmó además que, “de forma deliberada se subsidió una evasión de un escenario recesivo; hubiéramos estado en un escenario de recesión sino es por el sector financiero”.

Dijo además que esto no significa que el sector financiero no esté en una crisis porque según el, en materia de capital fue necesario hacer una capitalización doce veces en nueve de bancos para mantener unos niveles de solvencia que rebasara el mínimo regulatorio.

Confirmó que los bancos hicieron unos ajustes que brindaron mayor liquidez al sistema, lo que permitió que les permitió cumplir con los estándares para funcionar normalmente con totalidad solvencia y de esta manera librar al sector de una crisis.

“El sistema financiero en Colombia es sólido y tiene las bases para invitar al país a una reactivación económico y que así se supere ese 0,6% de crecimiento económico”, concluyó.

Malagón dio estas declaraciones en el marco de la celebración de la Convención de Asobancaria en la ciudad de Cartagena.

El presidente de la Junta Directiva de Asobancaria expresó su preocupación por el bajo nivel de ahorro de los colombianos

Durante el panel de apertura de la Convención No 58 de la Asociación Bancaria (Asobancaria), el presidente de la Junta Directiva, Mario Pardo Bayona, fue enfático en su llamado a buscar caminos para lograr un mayor crecimiento económico, porque según el, está la vía para lograr un buen desarrollo social.

Pardo Bayona, quien ocupa además la Presidencia del Banco BBVA, expresó su preocupación por el bajo nivel de ahorro de los colombianos. «Colombia tiene una tasa de ahorro más baja que cualquier región del mundo, aproximadamente la mitad que en Latinoamérica, y la cuarta parte que Asia. Esta tasa de ahorro tan baja se debe a bajos niveles de ahorro tanto en las familias, como las empresas y en el sector público».

 

Dijo además que Colombia tiene un alto uso del efectivo, «el efectivo representa el 14% de la masa monetaria, es decir más de 100 billones de pesos que no son productivos, y las transacciones en efectivo representan el 78% de las transacciones. Esta parte de la masa monetaria en efectivo se usa para ahorro no productivo o para consumo».

También mostró su preocupación porque el ahorro formal sale del país y por tanto, no se destina a financiar la inversión en Colombia.

«Al cierre de 2023 tenían USD 256 mil millones de dólares en activos en el exterior, equivalente al 72% del PIB, o al 40% del stock de inversión en Colombia o al 160% de los depósitos del sistema financiero. En otras palabras, si ese ahorro en vez de salir del país se invirtiera en mayor medida en Colombia tendríamos muchos más depósitos, mucha más inversión, mucho más PIB y mayor desarrollo social», afirmó.

Propuso que incentivar fiscalmente el ahorro y/o desincentivar fiscalmente el consumo; implementar el sistema de pagos inmediatos de bajo valor del Banco de la República; la obligatoriedad de pagos electrónicos para transacciones de alto valor y de trámites con el sector público nacional y local y la eliminación del recaudo anticipado de impuestos atados a pagos electrónicos (Retefuente, ReteICA).

0,6% de Crecimiento

Las tesis de decrecimiento de Irene Vélez se acabaron imponiendo al interior del gobierno Petro, el desarrollo económico no es enemigo, pero no es prioridad. La ideología es más relevante que el resultado, o como diría el saliente director del DNP es un tema de la facticidad contra la validez. No es una coincidencia que la desaceleración económica de 2023 coincida con la menor ejecución presupuestal en 15 años. Tampoco, que un incremento del 64% en la inversión colombiana en el exterior en el 2023 coincida con la tasa de inversión como porcentaje del PIB más baja en 18 años. El freno impuesto sobre la economía tiene componentes ideológicos, así como de falta de experiencia en el sector público. En la Colombia de 2024, solo los gatos blancos pueden cazar ratones.

No debería existir temor a la tecnocracia, ni preocupaciones sobre una gran conspiración neoliberal. El grueso de la tecnocracia colombiana, más que de una ideología u otra, son personas que creen en políticas públicas basadas en evidencia, no son partidos políticos. Por ejemplo, la habilitación de inversión privada en infraestructura pública no existe para enriquecer privados, es un esfuerzo de reconocer que lo importante es el resultado. Las cosas que el sector privado hace mejor que el público, las debe hacer el privado. Adicionalmente, si alguna actividad es rentable y el presupuesto estatal está en su límite, puede permitirse para aliviar la carga.

 

En materia de autopistas, la aversión del actual gobierno a la inversión privada, resulta en que no hay autopistas nuevas previstas, la ANI podría tomar un descanso hasta 2026. Todo lo que se construye es lo que viene de atrás, lo demás son obras de menor alcance. La construcción con juntas de acción comunal suena bien, pero está circunscrito a vías veredales. Esta realidad se agrava si en el nombre de la conservación, ninguna licencia ambiental, incluyendo las de renovables, sale a tiempo.

El gobierno debería nombrar los comisionados de la CREG en propiedad, seis vienen en interinidad desde hace más de un año. Con tal de no nombrar comisionados, los cuales solo pueden estar encargados 3 meses, vienen rotando los encargados tres meses en cada vacancia. Entendiendo la alta exigencia de requisitos, seguro podrían encontrar gente afín a la tesis de transición energética. Estabilidad regulatoria permitiría mayor inversión, sostenibilidad ambiental y más empleo. Este es uno de muchos ejemplos regulatorios que son de forma y no de fondo, pero que ayudaría a fomentar el crecimiento.

Con crecimiento poblacional del 1% previsto por el DANE para 2023, si la economía crece solo al 0,6%, por definición, el colombiano promedio se empobreció durante este año. Esto no es un fenómeno regional, según la CEPAL, el promedio de crecimiento económico de América Latina en 2023 fue de 2,1%, Colombia ocupó el lugar 16 de 20. Estamos mal aún dentro de una región que no crece mucho.

Entidades como Corficolombiana prevén crecimiento del 1% para 2024, antes del mal dato de crecimiento de 2023. Esperemos que el gobierno, por lo menos, entienda que hay un problema. Sí es común hacer campaña política con poesía, pero desafortunadamente se gobierna en prosa. Después de una floja introducción, estaremos pendientes del nuevo capítulo.

Simón Gaviria

Necesitamos más confianza

Se siguen cumpliendo las predicciones para La economía colombiana para este 2023 a la fecha, salvo que cada vez es un poco más optimista el nuevo escenario para algunos sectores, para otros talvez no. Por ejemplo, el Banco de la República renovó su pronóstico de crecimiento del PIB para este año, un poco más optimista del 1%, en marzo era del 0,84 %. De todas formas, el mismo banco sigue señalando el tema de la llegada de la desaceleración, tal como lo hemos dicho también desde esta columna.

Pongamos sobre la balanza los factores de esta situación en cuanto a la desaceleración, por ejemplo, la caída de las importaciones, la producción se ha debilitado en las manufacturas y también se ha reducido el crecimiento de la cartera crediticia. Entonces sí habrá crecimiento, no debemos equivocarnos, pero básicamente será menor que en años anteriores, lo que necesitamos es más confianza, sobre todo ahora ante todos estos cambios ministeriales que hubo. Lo anterior en cuanto a la desaceleración, es una señal de que la economía no podrá mantener más las tasas elevadas de crecimiento que se venían viendo, lo cual, en parte, es deseable y es lo que se busca por la política monetaria para seguir bajando la inflación, incentivar más el ahorro privado y con esto disminuir los desbalances macroeconómicos.

 

Efectivamente, una de las prioridades sigue siendo la de contener la inflación. Este viernes pasado, aunque todos los análisis señalaban que no existirían más ajustes, el Banco de la República subió sus tasas de interés al 13,25 %. En marzo, la inflación fue del 13,34 %, la cifra más alta desde marzo de 1999. Los datos mostraron que los precios están aumentando, pero a menor velocidad y que la inflación en los alimentos continúa desacelerándose.

En las últimas semanas el dólar se afianzó por encima de los $4.500 (tras el anuncio del cambio en el gabinete volvió al terreno de los $4.600, y este viernes estuvo a $4 de los $4.700), a esta semana vuelve a cotizarse en el nivel de los $4.500 nuevamente.

Por lo tanto, sí se requiere más confianza, luego de estos cambios ministeriales de este gobierno tan recientes, varias agremiaciones lo reclaman, piensan que es muy importante que el ministerio de Hacienda, por ejemplo, evalúe los impactos del Plan Nacional de Desarrollo, las reformas de la salud, pensiones y laboral, así como la política de Hidrocarburos.

El nuevo ministro Bonilla, de Hacienda, debe ahora garantizar que estas propuestas de reformas son viables desde el punto de vista económico, para mantener la confianza de las agencias calificadoras, inversionistas y el mercado en general. Nuevamente desde el gobierno se afirma que respetará la independencia del Banco de la República bajo el nuevo ministro, indicios para preservar y aumentar la confianza, pero se requiere más, opino.

Los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, siguen elogiando las políticas macroeconómicas colombianas, sobre todo las referentes a la inflación, y al cumplimiento de reglas fiscales, entre otras, pero también piden prudencia y cuidado con la implementación de reformas venideras. Tema que debe seguir con esa cautela para ganar más confianza, que es lo que realmente necesitamos.

Al poner esto sobre la balanza, podemos afirmar, por ejemplo, que la reforma laboral pretende que la regulación responda a realidades del actual sistema laboral, pero para algunos empresarios en la práctica, esto también puede generar menos empleo. Con la reforma pensional bajo el sistema de pilares, para algunos analistas, esto no es sostenible en el largo plazo. Por lo tanto, las reformas deben ser continuar ante los nuevos ministros, pero se torna todo ahora con una mayor importancia en el trámite del congreso.

Lo que se juegue ahora el Gobierno, impactará, positiva o negativamente a la economía en el largo plazo. Hay bastantes retos para los nuevos ministros. De su desempeño está dependiendo, en buena medida, la confianza de este gobierno con los cambios ministeriales, y obviamente, adicional, estamos hablando del bienestar de todos los colombianos. Por esta razón, el llamado a generar cada vez más confianza.

John Escobar Reyes

@jack80x

En el primer trimestre, cartera de créditos de BBVA creció 9,8%

El BBVA obtuvo un resultado atribuido de 1.846 millones de euros en el primer trimestre de 2023 (39,4% interanual). Este resultado se vio impulsado por el buen comportamiento del margen de interés y comisiones netas, especialmente en México y España, y el crecimiento de la actividad. La cartera de préstamos se incrementó un 9,8% con respecto a marzo de 2022, amplificando el impacto de la actividad de BBVA en la sociedad a través de la financiación de proyectos de futuro de familias y empresas.

Un trimestre más, hemos presentado unos resultados muy sólidos, que ponen en valor la fortaleza de BBVA en momentos de elevada volatilidad como los vividos recientemente. Seguimos a la cabeza de la banca europea en eficiencia y rentabilidad, con el retorno sobre el patrimonio tangible más elevado de los últimos 10 años. Miramos al futuro con optimismo, gracias a nuestra solidez financiera, nuestro modelo de negocio y el foco estratégico en digitalización, innovación y sostenibilidad”, señaló el consejero delegado de BBVA, Onur Genç.

 

En el primer trimestre de 2023, BBVA avanzó en su estrategia. Entre enero y marzo, 2,6 millones de nuevos clientes se dieron de alta (el 64% a través de canales digitales) y el banco canalizó 14.000 millones de euros en negocio sostenible, elevando la cifra acumulada desde 2018 hasta 150.000 millones de euros, el 50% de su objetivo a 2025. Además, BBVA se mantiene como líder de los bancos europeos en el Dow Jones Sustainability Index por tercer año consecutivo.

El crecimiento en clientes ha permitido amplificar el impacto de la actividad del banco a través de la concesión de préstamos. El Grupo BBVA incrementó un 9,8% el crédito en el último año (hasta el 31 de marzo de 2023), un volumen que permitió ayudar a 34.000 familias a comprar su vivienda y financiar a 130.000 pymes y autónomos y 70.000 empresas de mayor tamaño. Asimismo, hasta marzo de 2023, BBVA destinó 3.300 millones de euros a financiar proyectos de crecimiento inclusivo, como la construcción de hospitales y escuelas, hipotecas y seguros sociales o financiación a clientes de bajos ingresos.

Los ingresos por comisiones netas alcanzaron 1.439 millones de euros (+15,8% interanual). Destaca especialmente la buena evolución de esta línea en México y Turquía. Los gastos de explotación crecieron un 25,7%, hasta 3.016 millones de euros, afectados por las elevadas tasas de inflación en todas las geografías. También se incrementaron los gastos de personal por las medidas implementadas en 2023 para compensar la pérdida de poder adquisitivo de los empleados derivadas del alza de los precios.

Como resultado de todo lo anterior, el margen neto ascendió a 3.942 millones de euros, con un alza interanual del 38,6%. BBVA obtuvo un resultado atribuido de 1.846 millones de euros en el primer trimestre de 2023, un 40,5% más que en el mismo periodo del año anterior.

Contribución al progreso de la sociedad

BBVA contribuye a través de su actividad al progreso y bienestar de todos sus grupos de interés: accionistas, clientes, empleados, proveedores y la sociedad en general.

Para atender las necesidades de los clientes mayores, el banco ha realizado más de 340 contrataciones en España enfocadas en dar servicio a este colectivo. Asimismo, ha llevado a cabo medidas para dar respuesta a sus necesidades específicas, como la ampliación de horarios o la atención preferente en oficinas y por teléfono, la adaptación de su aplicación móvil y de toda la red de cajeros. Gracias a ello, la satisfacción de los clientes mayores de 65 años, medida a través del Índice de Recomendación Neta (NPS, por sus siglas en inglés), ha mejorado seis puntos porcentuales desde diciembre de 2021. Además, a finales de 2022, BBVA se adhirió a los códigos de buenas prácticas para apoyar a los clientes con dificultad para pagar sus hipotecas en España.

En relación a los empleados, BBVA ha centrado sus esfuerzos en los últimos meses en paliar los efectos de la inflación sobre su plantilla en todos los países en los que tiene presencia. En el caso de España, BBVA ha ampliado el alcance de las medidas establecidas en el acuerdo sectorial con el fin de garantizar que las subidas salariales llegaban a todos los empleados. Además, ha elevado la aportación mínima al plan de pensiones de sus empleados un 48% y ha creado una póliza de ahorro, ‘Ahora es futuro’. Un 46% de los empleados en el país ha contratado esta póliza, en la que el banco aporta la misma cuantía que el empleado, hasta un máximo del 3% de la retribución fija.

BBVA reinvierte en la sociedad desde múltiples ángulos. Uno de ellos es el pago de impuestos. En 2022, el Grupo BBVA registró la cifra récord de 11.000 millones de euros en contribución fiscal, en impuestos propios y de terceros. Asimismo, entre 2021 y 2022, BBVA, directamente o a través de sus fundaciones, destinó 237 millones de euros a programas sociales e inversión en la comunidad.

Áreas de negocio

En España, el beneficio atribuido alcanzó 541 millones de euros en el primer trimestre, un 9,5% menos que en el mismo periodo del año anterior, debido al impacto del impuesto extraordinario a la banca en España.

En México, la actividad crediticia mostró fortaleza durante el trimestre, con un alza del 13,9% en tasa interanual, impulsada por todos los segmentos. BBVA alcanzó en México un resultado atribuido récord de 1.285 millones de euros a cierre del primer trimestre (+44,2% interanual).

En Turquía, se generó un resultado atribuido de 277 millones de euros durante el primer trimestre, frente al resultado negativo de 76 millones de euros del mismo periodo de 2022.

En América del Sur, la actividad crediticia registró un alza interanual del 14,3%, principalmente gracias a la evolución de la cartera minorista. El resultado atribuido fue de 184 millones de euros (+57,2% interanual).

 

La economía colombiana puede crecer este año cerca del 8 %

Hoy el Banco de la República decidió incrementar su tasa de intervención en 100 puntos básicos, una decisión que se tomó por voto mayoritario, en el cual vimos cuatro personas votando por el incremento de un punto porcentual, una persona votando por incremento inferior de 25 puntos básicos y un miembro de la junta votando por un incremento incluso por encima de 125 puntos básicos.

Dentro del diagnóstico que nos mostró el Banco Central, está la lectura de que la economía colombiana puede crecer este año cerca del 8 % lo cual es una tasa realmente alta si se compara con el resto de la región e incluso con las economías a nivel global. Esto ha llevado en particular a que el consumo privado se haya expandido de una forma bastante significativa durante este año, hemos visto ese reflejo por ejemplo en el crecimiento de la cartera de los créditos de consumo y en este contexto el Banco considera prudente seguir aumentando su tasa de interés.

 

Adicional a esto se está encontrando que las expectativas de inflación a uno y dos años siguen bastante desviadas de la meta del Banco de la República, para finales del 2023 se está esperando una inflación cercana al 7.5 % mientras que, para finales del 2024, el consenso de analistas pone esa expectativa cerca del 4.5 %.

En este contexto y sumado a lo anterior, se encuentra que el déficit externo en Colombia está en niveles históricamente altos, el déficit de la cuenta corriente está superando el 7 % del PIB y en un contexto en el que la liquidez internacional está retirándose, es una situación de vulnerabilidad importante para la economía colombiana que el Banco también quiere contribuir a reducir incrementando sus tasas de intervención.

¿Qué implica esto para la situación de la economía colombiana? Que vamos a seguir viendo cómo este incremento de las tasas de interés se transmite a las tasas activas de la economía tanto para los préstamos como para los depósitos, y en ese sentido el mensaje hacia los consumidores sigue siendo preferir instrumentos de ahorro o depósitos remunerados, en lugar de adquirir nuevas deudas, ya el costo de crédito se está incrementando, vemos que la tasa de usura supera el 40 % y las señales del Banco de la República nos sugieren ser un poco más prudentes con esas decisiones de gasto.

Jackeline Piraján, economista de Scotiabank Colpatria considera que la tasa del Banco Central siga subiendo, probablemente en enero tengamos un nuevo movimiento al alza de la tasa de interés y sólo pueda llegar una pausa cuando encontremos el pico en la inflación, el cual nosotros estamos esperando, se de hacia el mes de diciembre.

Colombia está entrando en una fase de menor crecimiento: BBVA Research

El buen comportamiento del consumo privado, gracias a las mejoras del mercado laboral formal y la buena dinámica de las remesas externas, entre otros factores, ayudará a que la economía colombiana cierre este año con un crecimiento del 7,6%. Sin embargo, según el más reciente estudio de BBVA Research, esto será la puerta de entrada a una nueva etapa en la que se verá una desaceleración saludable y sostenible que llevará al PIB de 2023 a un crecimiento de 0,7%.

La economía colombiana tuvo una fuerte y rápida recuperación en 2021 al crecer 10,7% y un 7,6% estimado para 2022. “El consumo privado lideró este comportamiento, apoyado en una mejoría notable del mercado laboral formal y la masa salarial del país, la buena dinámica de las remesas externas, el mayor crédito interno y la irrigación de recursos por la exportación de algunos productos con altos precios internacionales”, aseguró Mauricio Hernández, economista de BBVA Research para Colombia en la presentación del informe de proyecciones económicas Situación Colombia.

 

Otro de los factores que ayudó al dinamismo económico fue la inversión en maquinaria y equipo y la recuperación progresiva de las exportaciones no primarias. No obstante, según el equipo de economistas, el comportamiento reciente de la actividad económica ya muestra señales de desaceleración que anticipan una nueva etapa del ciclo económico.

Uno de los indicios de esta desaceleración saludable es que la creación del empleo formal, aunque sigue en terreno positivo, es menor ahora y los salarios medios reales dejaron de crecer. Además, según los indicadores big data de BBVA Research, el gasto de los hogares se moderó tanto en servicios como en bienes, con mayor fuerza en estos últimos.

Para Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research para Colombia, este escenario de moderación económica es considerado saludable y más sostenible, teniendo en cuenta el alto nivel de crecimiento de este año.

“El fuerte dinamismo de la demanda interna presionó aún más los precios del país al alza, profundizando los choques internacionales de los precios y obligando a la respuesta del Banco Central del país, pues era necesario empezar a propender por crecimientos más saludables y sostenibles en el mediano plazo para el PIB total y el consumo de los hogares”.

BBVA Research estima que el crecimiento económico haya reducido su velocidad en la segunda mitad de 2022 y esta moderación se profundizará durante 2023, cuando el impacto de la política monetaria alcista será mayor sobre las decisiones de gasto y el mundo tendrá un bajo crecimiento. “Durante 2023 se estima un incremento de 0,7% en el PIB, una cifra que, en todo caso, permitirá que los niveles de la demanda interna se mantengan en niveles históricamente altos. Luego, en 2024, la recuperación se dará gradualmente y el PIB crecerá un 2,0%”, señala el análisis.

La inflación, más elevada de lo esperado y el dólar se fortalece

En los últimos trimestres, la inflación total alcanzó niveles máximos en más de 23 años, producto de las presiones alcistas en los precios de los bienes, los regulados y los alimentos, especialmente por varios factores, entre ellos, los cuellos de botella globales, las alzas en las tarifas eléctricas, la transmisión de los altos precios internacionales de los alimentos, el clima y la fuerte demanda.

Los altos niveles de inflación han afectado de forma diferenciada a la población colombiana, tanto por regiones como por nivel de ingreso. La región Caribe presenta los niveles más altos de inflación, asociados en buena medida al alza en las tarifas de los servicios públicos. Mientras que Bogotá tiene la inflación más baja. Además, la población más vulnerable enfrenta la mayor inflación.

De acuerdo con el informe de BBVA Research, la inflación total empezará a ceder gradualmente desde finales de 2022, pero sobre todo desde 2023. Según sus estimaciones, la variación del IPC para el cierre de este año estará en 11,8% y bajará a niveles de 7,1% en diciembre de 2023 y a 4,5% en diciembre de 2024.

En cuanto a las tasas de interés, el Emisor llevó el tipo de interés hasta 10% en su pasada reunión de septiembre. Los mensajes que dio y la desaceleración económica global y colombiana preparan el camino para una cercana finalización del ciclo de subidas de las tasas de interés. De hecho, BBVA Research espera que, con otro aumento hasta 11%, que se dará en octubre, se termine el actual ciclo de incrementos.

“Después de esto, la tasa se mantendrá inalterada hasta septiembre de 2023, cuando el menor crecimiento económico y la reducción de la inflación y las expectativas de los precios disponga la oportunidad para reducir el costo del crédito de hasta 9,5% en 2023 y 6,0% en 2024”, explica Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research para Colombia.

En cuanto al dólar, las tensiones internacionales y los desbalances macroeconómicos internos (los déficits fiscal y externo) siguen presionando la devaluación de la moneda. Así, el dólar se mantendrá en niveles elevados, arriba de los 4.500 pesos por dólar, en 2023 y 2024.

Finalmente, los economistas de BBVA Research aseguran que Colombia tiene grandes oportunidades que no puede desaprovechar a mediano y largo plazo: la mayor inclusión social, la transición energética, la mayor participación en las cadenas globales de producción y la diversificación de las exportaciones, son algunas de ellas.

 

 

Racionalizar antes que decrecer

Una expresión muy usada últimamente por varios economistas es que “sin crecimiento económico no se puede reducir la pobreza” dando como absolutamente cierta la teoría neoclásica y para defender a ultranza la teoría neoliberal ante el polémico asunto del decrecimiento económico y olvidando una debida concepción holística del mundo. La experiencia indica que ahora esa teoría es solo parcialmente cierta. Mucho más importante que esa discusión ideológica es encontrar estrategias en las que al mismo tiempo aumentemos el bienestar de nuestros conciudadanos y al mismo tiempo no contribuir a la degradación ambiental del mundo. La racionalización es una de ellas.

En el transporte de pasajeros en una ciudad como Bogotá se encuentra un magnífico ejemplo para explicar el concepto. Todos los ciudadanos estamos preocupados y sufrimos la muy mala movilidad que se vive. Y se le exige a las autoridades que actúen. Las actuaciones apuntan a que crezcan la oferta: más vías, más buses, más estaciones, metro y más metro, más oferta, más crecimiento. Todas son actuaciones de mediano y largo plazo y sus resultados en el largo plazo son inciertos por el crecimiento que pueda seguir teniendo la demanda. Pero si se actúa sobre la demanda los resultados serían de corto y mediano plazo, con vigencia en el largo plazo: alternar los horarios de entrada en las fábricas, oficinas, colegios y universidades “diluiría” el pico de una o dos horas en tres o cuatro, y como todos los sistemas de movilidad son dimensionados para ese  pico horario, el resultado sería un decrecimiento real en la demanda horaria en el pico, y por ende un decrecimiento en la necesidad de hacer vías, de comprar y operar nuevos buses, de construir y operar más metro, construir más estaciones, etc. Habría decrecimiento económico neto en estos frentes pero aumento del bienestar, disminución de la contaminación y uso de energía. Una verdadera racionalización que apunta positivamente a todo lo que sí debe ser.

 

Así hay que pensar en todos los frentes y no perder tiempo en las discusiones sesgadas que solo llevan a más polarización política de origen ideológico que no le sirven sino a los que quieren preservar el statu quo o a quienes solo visualizan soluciones tipo “patear el tablero”. Y hay frentes más profundos que todos los demás.

La desigualdad es una racionalización pendiente. Cuando crece el producto pero la desigualdad es enorme, como en Colombia, la capacidad que tiene el crecimiento económico para sacar ciudadanos de la pobreza es limitado en su misma proporción. Por este detalle, no es totalmente cierto que el crecimiento asegure la superación de la pobreza y menos con una tendencia consistente hacia más concentración de la riqueza. Es necesario racionalizar estos dos fenómenos que se producen en forma inercial dentro del capitalismo, y sobre todo, que se ven muy favorecidos en la ideología neoliberal que no tiene en cuenta la degradación ambiental.

La corrupción es otra racionalización pendiente. Y este caso es incluso más emblemático: no aporta nada en bienestar para la gente, suma a la desigualdad, pero si contabiliza como crecimiento económico. Ahí es donde los economistas (que actúan dogmáticamente en este tema) se equivocan.

Corresponde a las naciones del sur (el llamado tercer mundo) hacer una racionalización en el uso de sus consumos antes de emprender un decrecimiento económico, de tal forma que pueda seguir actuando sobre la pobreza, acompañado de programas para bajar la desigualdad y sobre todo la reducción de la corrupción. Pero esto no se debe entender como no hacer nada y privilegiar el statu quo como quieren algunos que ya tienen riqueza. Mientras que a los países del norte les corresponde reducir el exceso de sus consumos y acabar con el desperdicio, y encontrar sus propias estrategias para mantener el bienestar de sus nacionales bajando el impacto sobre la degradación de la tierra. Una urgente y respetada corresponsabilidad mundial.

 

 

 

Economía colombiana creció 10,6% en 2021, y esta pudo ser la causa

En 2021, la economía colombiana 10,6% (*BBVA Research esperaba 10,0%), no solo por una buena dinámica al cierre del año, sino también por unas correcciones al alza que tuvieron los dos trimestres previos —por mejores inversión en edificaciones y consumo final— y la reducción del crecimiento de 2020, esto último determinando una base estadística menos exigente para la medición de 2021.

En el cuarto trimestre, la economía creció 10,8% cuando se compara con el mismo período de un año atrás (BBVA Research: 9,1%e). Además, la expansión respecto al tercer trimestre de 2021 fue de 4,3% inter-trimestral (BBVA Research: 2,7%e), reflejando una dinámica sobresaliente de la economía al cierre del año anterior.

 

Durante 2021, el consumo privado fue el principal factor de explicación de la recuperación económica. Los hogares aumentaron su gasto en 14,6% interanual, en términos reales, y se ubicó en el 113% del nivel pre-covid.

Este mayor gasto se explicó, principalmente, por: los mayores ingresos que se generaron por la recuperación del empleo durante 2021, los ahorros generados en 2020 y que se gastaron en 2021, el menor ahorro generado en 2021 y la aceleración progresiva del crédito al consumo.

Los hogares decidieron destinar una mayor proporción de su ingreso para el consumo, reduciendo drásticamente la parte que fue dedicada al ahorro, el cual pudo ser cercano a cero en el total del año. Esto último, aunque ayudó a la recuperación de la economía, no parece ser sostenible en el tiempo ni es saludable para garantizar un mejor comportamiento de la inversión fija a futuro o para el cierre progresivo del déficit externo.

Los gastos en salud fueron muy importantes. En todo el año 2021, el sector de salud humana creció 17,5%, con una expansión de 25,5% de las entidades prestadoras de salud.

A través de la serie mensual del indicador de actividad económica se puede ver que la dinámica al cierre del año fue negativa para la agricultura, especialmente por la menor producción de café, y sin crecimiento para el sector financiero.

Al contrario, los sectores de comercio (que incluye también transporte, hoteles y restaurantes), gobierno, educación y salud e industria manufacturera siguieron mostrando variaciones positivas de dos dígitos y más que compensaron a los sectores con menor crecimiento.

En total, el índice de actividad económica para solamente el mes de diciembre creció 11,8% anual y se ubicó en 107% del nivel que tenía antes de la pandemia (con febrero de 2020 como referencia).

Para 2022 esperamos un crecimiento de 4,0% en el PIB. Creemos que el consumo final se desacelera, tanto en su componente privado (hogares) como en lo explicado por el gasto del gobierno.

Al contrario, la inversión en construcción, especialmente la de obras civiles, y las exportaciones seguirán acelerándose en respuesta a la mejor ejecución de obras públicas municipales y regionales, en el primer caso, y por el buen crecimiento global que se mantiene, en el segundo caso. Además, la recuperación que ha mostrado el mercado laboral, junto con el menor crecimiento del consumo de los hogares y del gasto del gobierno, ayudarán a mejorar el nivel de ahorro total de la economía.

*Análisis de Mauricio Hernández, economista de BBVA Research para Colombia