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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: CREG

Regulación política

No es compatible la transición energética con incertidumbre regulatoria. Si después del fracaso de las resoluciones de Min Minas con la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), el presidente quiere resolver el problema de energía en el Caribe hace muy bien. Sin embargo, esto se puede lograr con una intervención puntual, sin tener que asumir toda la agenda regulatoria. Mucho se puede hacer en el Plan Nacional de Desarrollo, un cronograma de decretos o en la misma CREG. Se debe evitar enviar señales de contracción, cuando la supuesta narrativa es de expansión de renovables. Si no hay claridad, podemos acabar con nubarrones de apagón en un sistema contaminante.

El presidente está asumiendo directamente el estudio de la regulación de energía, frustrado por la falta de resultados.  Asumir toda la agenda regulatoria de servicios públicos causaría una parálisis regulatoria o el descuido de otros temas de Estado. No todos los temas son de relevancia para tomar el tiempo del presidente, además, su asunción implica la elaboración de tantos estudios técnicos, que no existen funcionarios en palacio que los puedan hacer. Más bien, el presidente puede ejercer un control preferente de la agenda regulatoria para escoger solo los temas de especial importancia. La alternativa es que el gobierno debe nombrar tres comisionados que mas su viceministro, fácilmente lograría control técnico sin el traumatismo que esta propuesta crea.

 

Si podría ser útil introducir mandatos más claros de sostenibilidad en las leyes de servicios públicos. La ley 142 fue revolucionaria al permitir invertir capital privado para prestar servicios públicos domiciliarios. Se diseñó una robusta capacidad regulatoria en las comisiones técnicas y de vigilancia con la Super de Servicios Públicos. Al mismo tiempo que limitó las utilidades, también reconoció que ese capital requiere un retorno razonable para expandir coberturas y mejorar la calidad del servicio. Su mandato social hace que los estratos altos paguen tarifas más costosas para financiar un subsidio cruzado para los estratos más bajos. Su neutralidad tecnológica se debe actualizar para premiar lo sostenible.

Por fortuna, el sector de telecomunicaciones no hace parte de esta nueva política regulatoria. La actual ministra y su comisión de regulación tienen una agenda reformista que quiere abordar temas novedosos. No obstante, la injerencia del Consejero Presidencial Digital en diciembre logró que no bajaran tanto las tarifas como estaba originalmente previsto en la Resolución 7007. Lamentablemente, la postura técnica pro-consumidor la frenó la injerencia política.

Curiosamente, lo que sobra son recursos privados para invertir en renovables; la transición energética solo necesita señales regulatorias de largo plazo para materializarse. Al generar dudas sobre el retorno económico, disminuye la inversión, ya Fitch expreso su preocupación sobre las inversión de distribución y transmisión. Aunque la intervención tarifaria pueda tener efectos inmediatos, los resultados a mediano plazo serán devastadores. Inclusive, 2025 se está viendo apretado y puede que necesitemos más energía, ojalá sea limpia.

PS No es clara ninguna razón para intervenir la Comisión de Regulación de Agua.

 

Exministros y Exviceministros de Minas y Energía recuerdan a Petro la importancia de la CREG

Tras conocer el proyecto de decreto que puso el Gobierno Nacional a consideración de la opinión publica en donde el presidente busca retomar funciones que fueron delegadas a las Comisiones de Regulación de Energía y Gas (Creg), así como de Agua y Saneamiento Básico (CRA), un grupo d exministros y exviceministros de Minas y Energías enviaron una carta llamando la atención al primer mandatario por los riesgos, que, según ellos, puede para el sector traer esta posibilidad.

Los exfuncionarios dan a conocer su preocupación en la misiva recordando que la regulación, en los últimos 30 años, ha permitido logros contundentes en materia de cobertura, calidad, suficiencia y confiabilidad.

 

Nota relacionada: La intervención de la CREG

Además trajeron a la memoria “que durante estas tres décadas, los distintos gobiernos han intervenido el sector eléctrico dando direcciones de política desde el Ministerio de Minas y Energía, pero manteniendo la responsabilidad regulatoria en la CREG”, y advirtiendo que esto se hizo sin tener que pensar en reemplazarla.

Para este nutrido de exministros y viceministros, la confiabilidad en el sector energético en el país podría verse gravemente afectada si se llegase a acabar con la entidad que regula el sector.

Señalaron además, que si bien gobiernos anteriores han fijado políticas desde las direcciones de la CREG, nunca pensaron o estimaron la posibilidad de reemplazarla y mucho menos por decisiones tomadas desde la Casa de Nariño.

“El patrimonio institucional del sector energético colombiano no pertenece a un gobierno en particular. Ha sido construido durante décadas por centenares de funcionarios públicos” indicaron.

“Es el producto de 30 años de discusiones entre gobiernos, academia, empresas y usuarios. El sector ha podido superar eventos climáticos severos, atentados violentos contra la infraestructura eléctrica y la crisis financiera de varias electrificadoras, entre otros. Esta evolución y aprendizaje es un patrimonio institucional del país”, concluyeron.

¿Hidroicuando?

La advertencia de XM

Una vez más me veo en la penosa necesidad de referirme a la problemática planteada por la sucesión sucesiva de sucesivos aplazamientos de la entrada en operación del megaproyecto de HIDROITUANGO, para tratar de desentrañar sus causas y consecuencias. Como se recordará este proyecto, caracterizado y catalogado, dada su envergadura, fue declarado como de interés estratégico nacional (PINE), a la luz del documento CONPES 3762 de 2013.

 

Y no era para menos, dada su capacidad de generación de 2.400 MW de potencia, disponiendo de 8 unidades con capacidad de generación de 300 MW cada una de ellas. Está en juego nada menos que el 17% de la demanda de energía eléctrica del país. Para el Plan de expansión eléctrica de la Unidad de Planeación Minero – energética (UPME) este proyecto es clave para garantizar la confiabilidad y firmeza del Sistema interconectado nacional (SIN). Su atraso ha venido estresándolo y presionando al alza los precios y las tarifas de energía a los usuarios, a quienes se les trasladan los costos de las restricciones provocadas1 y exponiendo al país al riesgo de un eventual racionamiento del servicio de energía en los próximos años.

En efecto, lo acaba de advertir XM, la empresa responsable de la operación del Sistema Interconectado Nacional (SIN) y de administrar el Mercado de Energía Mayorista (MEM): “en dos años, si hay un fenómeno del Niño, HIDROITUANGO no entra, las renovables se siguen retrasando y la demanda crece por encima del escenario medio de la Unidad de Planeación Minero-energética (UPME), vamos a racionar. Desde ya lo decimos”2. No hay que perder de vista que los episodios que ha tenido el país de racionamiento del servicio de energía, todo ellos, han tenido como causa – raíz el atraso en la ejecución de proyectos tan importantes como lo son estos dos. En todos los casos lo que precipitó el racionamiento fue el fenómeno del Niño, fenómeno extremo que se debe al Cambio climático, que es recurrente, cada vez más frecuente, más intenso y duradero. A ello estamos expuestos nuevamente y no contamos con un Plan B3.

¿Y de la advertencia local qué?

Hace cuatro años, en abril de 2018, cuando se presentó la contingencia que paralizó el proyecto este tenía un avance del 84.3% y la misma lo reversó hasta el 60%, representando un enorme reto su superación y recuperación. Ello trajo, entre otras consecuencias la expedición por parte de la Autoridad de licencias ambientales (ANLA) la Resolución 820 del 1º de junio del mismo año, mediante la cual suspendió la Licencia ambiental que le había otorgado. En dicha Resolución se dispuso, como medida cautelar “la suspensión inmediata de todas las actividades regulares relacionadas con la etapa de construcción, llenado y operación del embalse, que hacen parte de las actividades que se llevan a cabo dentro de la ejecución del proyecto”4. Sólo le es permitido al consorcio constructor adelantar las actividades y trabajos tendientes a “prevenir y mitigar los riesgos asociados a la contingencia presentada” 5 , tales como poner a funcionar el vertedero o la recuperación de la casa de máquinas.

En el mismo acto administrativo le requirió a EPM de Medellín presentarle un dictamen pericial como requisito sine qua nom para reconsiderar la medida6. Para tal efecto y dando cumplimiento al mismo se contrató a la consultora chilena Pöyry, la cual produjo un Informe muy prolijo, el cual le fue presentado a la ANLA para su consideración. Según el vocero de esta, “con base en sus propios análisis, la ANLA definirá si lo consignado en el documento de Pöyry cumple con lo solicitado para un eventual levantamiento de la medida preventiva impuesta a HIDROITUANGO7.

Continúa diciendo la ANLA que “teniendo en cuenta el propósito de las medidas preventivas de suspensión de actividades, de acuerdo con lo dicho y sustentado técnica y jurídicamente y de conformidad con lo dispuesto por el artículo 35 de la Ley 1333 de 2009, la medida preventiva aquí impuesta únicamente será levantada cuando se verifique técnicamente la superación de los hechos o causas que dieron origen a su imposición, atendiendo al cumplimiento de cada una de las condiciones impuestas en el presente acto administrativo.

Dicho propósito se logrará una vez sea posible expedir un acto administrativo que determine el cumplimiento de los requisitos para su levantamiento, previo el escrutinio técnico de la totalidad de la documentación entregada a esta Autoridad, y las verificaciones técnicas a que haya lugar en las que se determine que con su ejecución no se ponen en riesgo los recursos naturales”8. Como bien lo dijo, con toda claridad, el equipo que destacó la Autoridad de licencias ambientales para este caso, con ocasión de su visita de campo al proyecto, “la ANLA realiza los pronunciamientos a través de actos administrativos9. Y que se sepa, este acto administrativo “que determine el cumplimiento de los requisitos” 10 para el levantamiento de la suspensión de la Licencia ambiental no se ha expedido.

Si este es el caso, sería muy grave, puesto que estaríamos en presencia de semejante proyecto en plena ejecución sin contar con la Licencia ambiental, porque la misma sigue suspendida y la medida cautelar dispuesta por la ANLA está en pleno vigor. Esto es insólito y no tiene precedentes (¡!). EPM y sobre todo la ANLA deberían hacer claridad sobre este particular, ya que se puede pecar por acción en el primer caso y también por conducta omisiva en el segundo.

Leer texto completo:

HIDROICUANDO, ENTRE LA SINDÉRESIS Y LOS DESVARÍOS by Confidencial Colombia on Scribd

1 Amylkar D. Acosta M. La hiperinflación de las tarifas de energía. Septiembre, 7 de 2022

2 El Tiempo. Noviembre, 11 de 2022

3 Amylkar D. Acosta M. Alerta naranja. Noviembre, 20 de 2022

4 ANLA. Resolución 820 de 1º de junio de 2018. Artículo primero 5 ANLA. Resolución 820 de 1º de junio de 2018. Artículo segundo 6 Amylkar D. Acosta M. Hidroicuando? Enero, 16 de 2021

7 El Colombiano. Enero, 18 de 2022

8 ANLA. Resolución 820 de 1º de junio de 2018. Condiciones para el levantamiento de la medida preventiva.

9 Ídem

10 Ídem

Entre la insatisfacción y la incertidumbre

Sigue latente la indignación de los usuarios del servicio de energía por el alza desmesurada que han tenido las tarifas de energía en los últimos meses, afectándoles el bolsillo y el poder adquisitivo. En primera instancia el presidente Gustavo Petro, haciendo eco de la protesta ciudadana anunció medidas e incluso amenazó con intervenir la CREG, si ello era necesario para reducirlas. Siguiendo sus instrucciones, la ministra de Minas y Energía Irene Vélez le hizo un llamado a los generadores y comercializadores de energía para que renegociaran sus contratos bilaterales con el fin de rebajar la tarifa en un rango entre el 4% y el 8%, objetivo este que se cumplió a medias, dejando insatisfechos a los usuarios porque al final la reducción de la tarifa fue irrisoria. La propia ministra reconoció que la rebaja no había ido más allá del 2.7%. Este fue un verdadero parto de los montes2

Y no era para menos, pues dicha renegociación se circunscribió prácticamente a la revisión y cambio, que efectivamente se dio, del indexador aplicado a la tarifa, el Índice de precios al productor (IPP), que, como se recordará dio un salto desde el 4% en 2020 al 34%. En efecto, acordaron que, en adelante, se utilizará como indexador en la fórmula tarifaria el menor valor que se registre entre el IPP y el Índice de precios al consumidor (IPC).

 

En vista de que este pequeño alivio, producto, de lo que llamó la ministra un Pacto por la justicia tarifaria, no le movió la aguja a la factura que les llegó a los usuarios este mes de noviembre, cuando la expectativa era mayor, la Ministra anunció en su visita a Barranquilla, ante el requerimiento que le hicieron los usuarios y las autoridades regionales, vendrá “una segunda fase para que en términos regulatorios se puedan renegociar a final de año más de 900 contratos entre generadores y comercializadoras”. Este anuncio ha causado desazón e incertidumbre entre estos porque temen que el gobierno le meta mano a las tarifas y por esta vía se llegue a comprometer la suficiencia financiera de las empresas.

Analizando las causas y las consecuencias de las desmedidas alzas de las tarifas del servicio de energía, desfasadas con respecto a la tasa de inflación, que alcanzó el 12.2 % anual al corte del mes de octubre, la preocupación persiste porque no se avizora una solución de fondo s esta problemática en el corto plazo y ello angustia a los usuarios, tanto los regulados como los no regulados. Cabe advertir que el aumento pudo haber sido mayor de no aplicarse la llamada opción tarifaria, que es2 un truco que se inventaron para amortiguar el impacto del alza, parte de la cual se difiere su pago, de tal modo que el usuario, sin percatarse de ello, viene contrayendo una deuda con la empresa que le presta el servicio, sobre la cual además deberá pagar intereses, la cual acumula una cifra que supera ya los $4 billones. Y no hay que perder de vista que no hay plazo que no se venza ni deuda que no se pague.

El promedio de dichas alzas supera, en promedio, el 24% a nivel nacional, pero en la Región Caribe ha sido aún más exorbitante, superando el 40%, casi el doble de la del resto del país. De los 6 componentes de la tarifa (CU = G + T + D + C + R + PR), los que más han estado impactando el aumento de las tarifas, además de IPP, que ya se modificó, es el cargo por las restricciones (R). Lo que resulta inadmisible es que siendo que estas obedecen a atrasos en la ejecución de los proyectos de generación, como ha ocurrido con HIDROITUANGO o de transmisión ese sobrecosto tenga que asumirlo el usuario y no el responsable de dichos atrasos. Por esto estamos demandando de la CREG que corrija esta inequidad y que las restricciones las pague quien las cause. Esto no es mucho pedir.

En el caso de la región Caribe, definitivamente lo que marca la diferencia, abismal por lo demás, entre el alza escandalosa de las tarifas a los usuarios de Air-e y Afinia, con respecto al resto de usuarios del país son las pérdidas reconocidas (PR), porque, a diferencia de los demás, en donde solo se cargan en la tarifa las pérdidas técnicas, en su caso se reconocen las que se denominan eufemísticamente no técnicas, que no son otra cosa en romance paladino que la energía que se roban, la que no se paga por parte de los morosos y las correspondientes a las instalaciones fraudulentas. La ministra Vélez afirmó que “la región Caribe verá una mayor reducción en esas tarifas mientras seguimos trabajando en soluciones estructurales”. ¡Ello está por verse, lo cierto es que mientras no se le encuentre solución a esta clavija que le están metiendo a los usuarios las tarifas no van a bajar!

La solución es estructural y pasa por cambios normativos y regulatorios que apenas se empiezan a discutir, que tienen que ver con la formación de los precios en el mercado mayorista, para darle a estas señales mucho más eficientes, en la operación y despacho de las plantas, los cuales hay que revisar y ajustar, lo mismo lo atinente a los servicios complementarios, ahora que las fuentes no convencionales de energía renovables (FNCER) se están integrando y acoplando a la matriz energética.

Cota, noviembre 12 de 2022 www.amylkaracosta.net

1 Miembro de Número de la ACCE

2 Amylkar D. Acosta M. El parto de los montes. Octubre, 15 de 2022

Ochenta y dos empresas se unen al pacto para disminuir tarifas de energía

La Ministra de Minas y Energía, Irene Vélez Torres, la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) y los actores del sector energético ratificaron el compromiso adquirido, al anunciar, como resultado de la primera etapa de negociaciones, que 82 empresas se unieron al Pacto por la Justicia Tarifaria, para disminuir las tarifas de energía para las y los colombianos.

Según el cronograma planteado, el pasado 7 de octubre se cumplió el plazo de la etapa de ajustes en las metodologías tarifarias y en los contratos de energía.

 

Las generadoras, transportadoras, distribuidoras y comercializadoras manifestaron públicamente su voluntad de acogerse al Pacto por la Justicia Tarifaria y buscar alternativas para reducir efectivamente y, en el corto plazo, las facturas del servicio de energía eléctrica en los distintos rincones del territorio nacional.

Según reportó la Ministra Vélez, 82 empresas se sumaron a las medidas para reducir los componentes de Generación, Transmisión y Distribución. En total, 952 contratos entre generadores y comercializadores fueron modificados, de los cuales el 54% se asocian al mercado regulado y el 46% al mercado no regulado.

“Hasta el 7 de octubre, las empresas tuvieron plazo de hacernos llegar sus propuestas de disminución y los acuerdos alcanzados, y cómo estos tendrán un efecto real para la reducción de las tarifas. Por ello, hoy podemos anunciar que más de 80 compañías del sector dieron el paso de flexibilizar su postura y mostrar voluntad para alcanzar una tarifa justa”, dijo la Ministra de Minas y Energía, Irene Vélez Torres, durante el evento de presentación de los resultados en Medellín.

“Esto es solo el inicio del gran acuerdo al que debemos llegar y apenas una etapa intermedia en el cronograma del Pacto. Haber sentado en un diálogo a casi todo el sector ya es un logro sin precedentes, sin embargo reitero la necesidad de seguir trabajando para alcanzar la meta que nos hemos propuesto”, concluyó.

 

Un momento histórico

El gobierno de Gustavo Petro, sigue sorprendiendo por una serie de decisiones, de acciones y de actitudes en la línea de siempre, de promover el cambio y de cumplir lo que ofreció al pueblo colombiano en su programa de gobierno.

Vemos con mucho agrado que finalmente las empresas de generación hidroeléctrica, las empresas de comercialización y distribución eléctrica en Colombia acataron el llamado a reducir las tarifas para que el pueblo colombiano que está sufriendo una grave situación de inflación y de desempleo vea que hay algo de alivio en este tema y digamos que ese pulso lo va ganando Gustavo Petro de la mejor manera, aunque amenazó la intervención de la Comisión de Regulación de Energía y Gas -CREG-, pero finalmente el empresariado, el sector eléctrico correspondió al llamado del pueblo colombiano y del gobierno nacional.

 

De la misma manera, vemos como otros sectores se alinean a entender no solamente la necesidad del pueblo colombiano en muchos aspectos, sino que están entendiendo que definitivamente es el momento de tomar decisiones a favor de los desposeídos en Colombia.

En el tema agrario vemos algo parecido. Un avance importante en política pública por parte del gobierno en proyectos de actos legislativos y proyectos de ley para promover lo que el presidente ha manifestado, el acceso a tierras, el cumplimiento del acuerdo de paz en su primer punto y oportunidades rurales para los campesinos de Colombia, la población indígena y afro del país.

Hay que recordar que se radicó un acto legislativo de reconocimiento de los derechos fundamentales para los campesinos y campesinas de Colombia, como población diferencial, como población con especiales características de cultura en materia de producción, en fin.

Así, de la misma manera se promovió la creación de la Jurisdicción Agraria y Rural, creando Tribunales y procedimientos para resolución de conflictos en temas de tierras en nuestro país. El otro aspecto es definitivamente lo que ha radicado la Ministra de Agricultura en materia de reforma agraria.

Pero además de estas iniciativas del Presidente Petro y del gobierno nacional en temas de regulación agraria está la respuesta de los ganaderos de Colombia agrupados en FEDEGAN, presididos por José Félix Lafourie, algo absolutamente inédito que los ganaderos en el Palacio de Nariño, con Lafourie al frente le manifiesten al gobierno nacional que están dispuestos a contribuir al acceso de tierras en nuestro país. Ahí hay un importante mensaje y actitud de sectores que han sido muy reacios al tema de distribución de tierras en Colombia. Hay que reconocer que definitivamente han asumido una posición consecuente con el país, con la sociedad colombiana, con los campesinos y con la necesidades de acceso a tierras. Un buen punto también para FEDEGAN y Lafourie, se podrán tener diferencias con ellos, pero finalmente se ha correspondido con mucha sensibilidad a los intereses que requiere Colombia.

Entonces Gustavo Petro va avanzando, hay incomprensión por otros temas, la oposición promoviendo supuestas crisis inexistentes en Colombia, pero no le perdonan nada a algunas acciones menores del gobierno, pero lo fundamental va avanzando que es lo importante y lo rescatable de este gobierno.

«Porqué las amenazas de “toma de la CREG” son innecesarias e inconvenientes»: Ángel Castañeda

Mucho se ha dicho respecto del pronunciamiento del Presidente Petro, frente a la supuesta intervención del Gobierno Nacional en la CREG: “la toma de la CREG”, como muchos la llamaron. Esas amenazas públicas, hechas por la primera autoridad administrativa de la Nación, en un escenario público especializado, se complementaron con algunas intervenciones por parte de la Ministra de Minas y Energía, que sumadas generaron mucha incertidumbre y preocupación.

Más allá de las anécdotas (y por supuesto de los memes), es importante hacer una composición de lugar, para ver cómo es que funciona la institucionalidad del sector, identificar las razones de su diseño y de esa manera validar si la amenaza, y en general, la actuación del Presidente era necesaria o deseable.

 

Para ese efecto, traigo una anécdota que se quedó conmigo, cuando ejercía el bello oficio de funcionario público, precisamente en la CREG. En esa ocasión, estaba discutiendo en el seno de la CREG, asuntos asociados a cortes de energía en cierta región de Colombia, con la participación del Ministro de turno y los técnicos, que estaban procurando por una solución “técnica”, frente a lo cual, el Ministro de turno nos manifestó lo siguiente:

“¿Ustedes saben a quién es el primero que van a llamar los periodistas si este país o alguno de sus territorios se queda sin luz? Pues al Ministro que es el responsable político del sector. Ustedes a esa hora no los despiertan”

Esta afirmación, que parece de Perogrullo, nos sirve para explicar el equilibrio que existe entre la señal política y la señal técnica, para concluir, como se verá, que en realidad las amenazas del Presidente no solo son completamente innecesarias, y revelan que en realidad se desconoce el funcionamiento de la institucional del sector, sino que además, son inconvenientes para el mismo gobierno. Veamos lo que en realidad sucede:

Ante todo, es importante destacar que Constitucionalmente, el Presidente, como suprema autoridad administrativa y como Jefe de Estado, está dotado de un gran poder, dentro del cual está el de definir la política pública sectorial, esto es, determinar hacía que objetivos deben apuntar las diferentes instituciones del Estado, para el cumplimiento de los objetivos definidos por el mismo Gobierno.

En materia de servicios públicos en general, esto es aún más cierto, si se considera que la Constitución Política justifica la existencia misma del Estado en que éste, garantice dichos servicios a los habitantes del territorio.

El hecho que el Estado tenga que garantizarlos, no implica – como parece creer el Presidente Petro- que deba prestarlos, no solo porque esto ha demostrado que no es posible en el nivel de modernidad relativo que tenemos, sino además, porque se demostró durante más de 80 años, que el Estado no está equipado para efectivamente asumir de manera directa las necesidades de servicios públicos a la totalidad de los habitantes del territorio.

En efecto, para que un país pueda estar al día en la proveeduría de bienes y servicios de naturaleza pública, tales como energía eléctrica, agua, alcantarillado, internet, vías y demás, requiere inversiones de largo plazo, que el Estado no puede proveer únicamente con sus propios recursos, sino que requiere de la inversión privada, enfocada en este tipo de inversiones, de manera que se cumpla con el objetivo, es decir, que los habitantes puedan efectivamente gozar de los servicios que les mejoren su calidad de vida.

¿Cómo funciona entonces la voluntad política del Presidente, que determina los objetivos de “política pública”, con la CREG como institución de regulación?

Considerando, de un lado la voluntad política que materializa los vaivenes de la democracia, y de otro lado la necesidad de atraer inversiones privadas para la prestación de los servicios públicos domiciliarios, es que se diseña la arquitectura institucional sectorial del sector energético, que ha permitido que Colombia, a diferencia de muchos países vecinos, haya superado periodos de Niño, que en otros países significaron cuantiosos racionamientos de energía. Esa es la institucionalidad que paso a explicar, de la manera más clara posible:

Como recordarán algunos, en el año 1991 el país sufrió un apagón de energía eléctrica, cuyas causas fueron identificadas por algunos estudios que se hicieron al respecto, y que concluyeron que éste se había producido por una mezcla de factores; en primer factor era que el país en esa época, para desarrollar capacidad de generación eléctrica, requería del presupuesto público, y éste a su vez, como se financiaba a partir de impuestos y endeudamiento principalmente, no podía concentrar más recursos en el sector de generación eléctrica. En efecto, para el año 1991, el 35% de la capacidad de endeudamiento del país, estaba concentrada en la actividad de generación eléctrica, y aun así, se produjo un racionamiento.

Un segundo factor, es que en realidad los usuarios, no tenían ninguna señal para afectar su consumo en razón a la situación de escasez; es decir, los usuarios no percibían que se iban a quedar sin energía, porque los precios no reflejaban esas escasez, y como no lo reflejaban, no había incentivos al ahorro, más allá de la voluntad de cada una de las personas.

Un tercer factor, es que el recurso con el que se generaba energía, que era principalmente el agua de las hidroeléctricas, no fue administrado con criterios técnicos, sino más políticos, lo que determinó que se agotara rápidamente.

Un cuarto factor, era que el país era muy dependiente de la generación hidráulica, lo que implicaba que en periodos de Niño, el sistema estuviera en riesgo.

Estos factores mencionados, más otros, determinaron un cambio fundamental en el cual, el Constituyente Primario, con la herida abierta, tomó la decisión de quitarle al Estado el monopolio de la prestación de los servicios públicos, permitiendo la participación privada en dichas actividades, pero siempre bajo la regulación, el control y la vigilancia del Estado, de acuerdo con lo que al respecto definiera la Ley.

Considerando que debe haber un responsable político, que además pudiera materializar las ideas que resultaban de la discusión democrática, le otorgó al Presidente la función de definir las políticas de administración y eficiencia de los servicios públicos.

La Ley 142 de 1994, en ese sentido, le respeta las funciones constitucionales al Presidente, como debe ser, y crea una institución de carácter técnico, que son las Comisiones de Regulación, dentro de la cual está la CREG.

¿Por qué razón era necesario crear una institución de carácter técnico?

Para entender las razones es importante considerar la siguiente pregunta: ¿Usted invertiría recursos a riesgos si el que define el precio del producto a vender, es un político con criterios políticos?

Seguramente, si es su dinero, contestaría que no. En efecto, si Usted está en un mercado en competencia, el precio del producto o servicio, se determina en función de la oferta, la demanda y por supuesto, la calidad. Pero si ese mismo precio lo va a establecer un político, con criterios políticos, pues es evidente que tratara de bajar artificialmente los precios, con el ánimo de ganar votos, dejando sin utilidad al que lo produce o incluso con pérdida. Un ejemplo de esto ocurrió precisamente en Argentina, donde el Presidente congeló las tarifas de servicios públicos, y literalmente las quebró, dejando al país en un atraso de infraestructura; lo mismo pasó en Venezuela, solo que allí, la crisis sigue.

La función de la CREG entonces, es precisamente definir con criterios técnicos,  las tarifas que cobran las empresas de servicios públicos que son monopolios naturales, y al mismo tiempo, crear las condiciones para que la competencia funcione, donde de hecho esto sea posible, de una manera técnica, que le garantice al inversionista privado, que no habrá un loco que de la noche a la mañana les quite esas inversiones.

Pero, si la CREG determina de manera técnica los costos que se incluyen en la tarifa, y las condiciones del mercado donde de hecho es posible ¿Cómo hacen los usuarios de ingresos bajos para poder acceder a los servicios públicos o incluso, poder usarlos para mejorar sus condiciones de vida?

Esta pregunta es válida, porque el Presidente Petro dijo de manera clara, que el esquema de servicios públicos vigente en Colombia no le gustaba, porque se determinaba en función del mercado, y esto dejaba a los pobres por fuera de los beneficios del mismo. NADA MÁS LEJANO DE LA REALIDAD.

El esquema diseñado por la Ley 142 de 1994, al sincerar los costos de prestación del servicio, permite al mismo tiempo enfocar los recursos de los presupuestos públicos, al logro del objetivo de garantizar la prestación del servicio a todos los habitantes del territorio nacional.

El Estado puede actuar, con subsidios a las inversiones, o con subsidios al consumo, de la siguiente manera:

En materia de inversión, se espera que las empresas de servicios públicos se expandan, donde los costos de conexión de nuevos usuarios, sean más o menos iguales a los ingresos que obtendría de los mismos (Costo Marginal =< Ingreso Marginal); las empresas entonces, hacen las inversiones a riesgo, con la expectativa de recuperar la inversión en un periodo de entre 20 y 30 años.

Cuando los costos de la expansión del servicio, no se cubran con los ingresos marginales (Costo Marginal > Ingreso Marginal), el Estado, para garantizar la prestación del servicio a esos usuarios, invierte la diferencia entre el costo marginal y el ingreso marginal. Ese valor es un subsidio a la inversión, que garantiza la prestación del servicio.

En materia de subsidios de consumo, los usuarios de estratos 1, 2 y 3, reciben subsidios, que provienen en una porción muy pequeña de la contribución que pagan los usuarios de estratos 5 y 6, e industriales y comerciales, y en gran parte, de los recursos del presupuesto general de la Nación.

En otras palabras, la misma ley contempla los mecanismos para que el Gobierno, pueda garantizar el servicio, tomando ventaja de que los inversionistas privados operan de manera más eficiente.

¿Por qué la participación privada en la prestación de los servicios, contribuye para que el Estado pueda cumplir con sus objetivos en el sector y en los demás sectores que requieren recursos públicos?

La respuesta es sencilla; porque entre más inversión privada exista en actividades asociadas a infraestructura de servicios públicos, más recursos tiene el Estado para invertir en otros sectores, donde la inversión privada simplemente no es posible.

En efecto, la inversión privada enfocada a la expansión de la infraestructura, permite que el Estado no tenga que hacer esas inversiones, pero que los habitantes si puedan contar con el servicio; al usuario lo que le importa es tener energía, gas, agua, alcantarillado y telecomunicaciones, y poco le importa si el prestador es público o privado, mientras tenga a donde quejarse, en caso que los servicios fallen.

¿Por qué entonces eran innecesarias las amenazas de tomarse la CREG?

Porque el Presidente tiene suficientes herramientas para enfocar el esfuerzo de la CREG, al logro de los objetivos que propone; si quiere que los servicios se expandan, donde no han podido llegar, puede no solo incentivar a los privados a hacerlo, a través de la regulación, sino además, destinar recursos públicos que contribuyan con el objetivo, quedándose con la estrellita, y sin perder la confianza del sector privado en la institucionalidad.

Es claro que el Presidente puede asumir de manera directa la función regulatoria, asunto respecto del cual no hay duda constitucional y legalmente hablando, pero al hacerlo, rompe el equilibrio, la confianza con la que se ha desarrollado el país en los últimos 28 años. Romper ese equilibrio, podría implicar que volvamos a la época de la oscuridad, y la izquierda del Presidente Petro habrá demostrado que siguió los pasos de Chávez, de los cuales ha renegado.

Así, tal y como lo señala el artículo 370 de la Constitución Política, es el Presidente el llamado a determinar los criterios de eficiencia y de administración de los servicios públicos en Colombia; estas son decisiones POLÍTICAS, respecto de las cuales, el Presidente responde.

De la misma manera, como es imposible que el Estado asuma la totalidad de las inversiones (y riesgos) que implica la prestación de los servicios públicos domiciliarios, la ley 142 y 143, crearon la Comisión de Regulación de Energía y Gas, al igual que otras instituciones que complementan la función de regulación.

A diferencia del Presidente, la CREG es una institución de carácter técnico, compuesta por técnicos, que produce documentos técnicos, que buscan intervenir en la actividad para corregir las fallas de mercado, tales como los monopolios, y crear condiciones para el desarrollo de los mercados, es decir, para que los agentes puedan ejercer su actividad privada, pero asociada a un objetivo público, que es precisamente la prestación del servicio público.

Esta entonces, es una invitación a trabajar, a dejar los prejuicios a un lado y a avanzar en el objetivo común del Estado y del sector privado que participa en el sector, que es el de prestar servicios a todos los habitantes del territorio, a precios justos y con calidad.

Sobre Ángel:

Como abogado me enfrento a diferentes temas de diferentes asuntos, que involucran política pública, regulación, instituciones, arbitraje y otros, en diferentes sectores de la economía. Compartir esos asuntos así como las visiones acerca de los mismos, puede ayudar a tener diferentes perspectivas en temas que no son tratados de manera usual a través de los medios tradicionales, de una manera que todos puedan entender. Ese es el objetivo de mis escritos.

–           Experto en regulación económica, servicios públicos, electricidad y gas, contratación estatal, infraestructura, petróleo, derecho comercial, derecho administrativo, estructuración de negocios y proyectos.

–           Fue superintendente de servicios públicos y jefe de la oficina jurídica asesora de la Comisión de Regulación de Energía y Gas. Tiene más de 25 años de experiencia profesional y ha sido profesor de la Universidad de los Andes, Universidad Externado de Colombia, y de la Universidad del Rosario.

–           Además de ser abogado, tiene una maestría en regulación económica de la Universidad de los Andes, y un LLM en la Universidad de Northwestern en Chicago.

 

 

A partir de noviembre los colombianos pagarán un menor valor por la energía eléctrica

El presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco), Camilo Sánchez, al término de una reunión en el Palacio de Nariño, anunció que desde noviembre bajarán las tarifas de energía eléctrica en el país.

El anuncio fue hecho tras la reunión que sostuvo el Gobierno con los gremios del sector, por los elevados costos del servicio.

 

De acuerdo con el Ministerio de Minas y Energía, se emitió un paquete regulatorio con diferentes medidas técnicas con la finalidad de iniciar el proceso de reducción de las tarifas de energía eléctrica.

La Comisión de Regulación de Energía y Gas – CREG emitió unas propuestas de resoluciones.  La primera de estas se encuentra proyectada a 12 meses, y busca Involucrar a todos los actores de la cadena de la electricidad en la reducción de las tarifas eléctricas. La segunda contempla la posibilidad de aliviar la carga de los comercializadores que son los que recaudan el dinero de las tarifas, permitiéndoles el diferimiento de, al menos, el 20% de las obligaciones desde septiembre a diciembre de 2022 con los generadores, transmisores y distribuidores y la tercera consiste en renegociar los contratos del mercado regulado entre comercializadores y generadores.

“Cumpliendo con lo que el presidente Gustavo Petro dijo hace ocho días, hoy anunciamos al país que antes de finalizar el año los colombianos verán una reducción en su tarifa de energía”, dijo la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez Torres.

 

La inflación un camino a la protesta social

La única inflación entendible es la derivada de los productos agrícolas e insumos para la producción agrícola como consecuencia de la guerra en Ucrania, y la determinada por la torpeza de Europa de no comprar gas a Rusia. El resto de la inflación que vive occidente, es impulsada por los grandes capitales globales y nacionales para recuperar las pérdidas o menores ganancias ocasionadas por el covid al comienzo de la pandemia.

La crisis de los contenedores, que en otras palabras es la crisis de las grandes navieras del mundo, especialmente chinas, fue el núcleo de la gran mentira, pues se decía que varias empresas habían quebrado por la reducción de los flujos de comercio internacional, cuando el estado chino siempre sale a rescatar y salvar sus empresas.

 

No hay otra razón que explique una subida de los precios en todos los productos de todos los sectores en todos los países, uno de ellos Colombia. Ilustro las trampas del capital con un ejemplo muy sencillo. Suelo comprar en el Jumbo una mermelada que costaba $11.500. Fui el otro día y estaba en promoción con un supuesto descuento del 20%, pero la trampa estaba en que le habían subido 25%, cuando todos los insumos se producen en Colombia. La Superintendencia de Industria y Comercio debería sancionar a esas empresas. Si no ¿de qué sirve la defensa al consumidor? Así ocurre con otros cientos de productos: una inflación deliberada con un genuflexo estado regulador.

En los departamentos productores de leche, los productos lácteos y derivados han subido en el último año de un 30 a 40%. La disculpa está en que los insumos son importados y que en los países productores están igualmente caros.

De esa manera, hay un círculo vicioso donde todos los productores de todos los países del mundo se tiran la pelota y la gente al final no sabe de dónde reciben los pelotazos de una inflación que se asume incontenible y no se sabe cuándo los empresarios le dirán a los sumisos gobiernos, la hora de parar. Tal vez cuándo la gente vuelva a las calles y los obliguen a frenar las alzas y bajar los precios.

Muchos de los alivios dados por los gobiernos, en específico el de Colombia, no fue más que un aplazamiento de los compromisos con intereses incluidos, mañosamente cobrados, que llevó a la quiebra de muchas pymes y dejó más endeuda a muchos miles de personas. En los últimos meses los bancos ofrecieron créditos a tasas bajas, ahora por el alza sistemática de las tasas de interés del Banco de la República, esos créditos se están empezando a pagar con intereses hasta un doscientos por ciento más alto. Muchos asumieron en los últimos meses compromisos financieros a una tasa aproximada al 1% mensual, ahora la están pagando al 3%. Es decir, el sistema financiero no respeta compromisos, lo cual necesariamente conduce a meter a miles de clientes al túnel del endeudamiento, restringiendo la demanda y por esa vía frenando la inflación. Una teoría muy básica, pero así funciona la ortodoxia neoliberal. Es decir, es un mecanismo demasiado fácil para frenar una inflación venida de los confines del universo del avaro capitalismo dueño del mercado global y local, y de la vida de millones de estúpidos consumidores.

Si la inflación es por efectos de descuadres en uno y otro lado del mundo, el credo de la competencia, del libre comercio y de la especulación como mecanismos preferidos de la globalización económica, muestra que se está lejos de un equilibrio perfecto. Todo lo contrario, es imperfecto, desequilibrado y perverso. Por eso, si aún miles de millones no gozan de las “bondades” del modelo de mercado global, es igualmente estúpido pensar que el decrecimiento y el redireccionamiento de la producción no es una opción, cuando es la única salida para salvar a la humanidad del calentamiento global, porque si esos millones de rezagados económicos poco se benefician del bienestar del mercado, en el momento en que se sumen a la economía del consumo compulsivo, el mundo se va asar o ahogar por el calentamiento del globo.

El alza en las facturas de la energía, a más de una serie de sofisticados enredos metodológicos – no hay nada mejor que hacer inentendible lo intrínseco de las políticas – para que la gente no entienda un carajo y de esa manera neutralizar la justa protesta. Por ejemplo, muy pocos entienden la excelente columna de Amilkar Acosta en este periódico digital, sobre el irracional incremento de la factura de energía en Colombia.

Lo cierto es que Duque, en todos los sectores, ocultó la verdad, y dejó más y más problemas para al siguiente gobierno y para el Estado a largo plazo. La energía no fue la excepción, y las empresas generadoras lo que están haciendo es cobrando lo que dejaron de cobrar en los días del covid cuando estuvo guardada  la población en sus casas, sin embargo, recuerdo que la factura nunca bajó. Pero lo más grave es que no había gobierno con autoridad para intervenir, porque todo está amarrado a los detalles de un monstruoso neoliberalismo. Es inaudito que la CREG (Comisión de Regulación de Energía y Gas) no podía hacer nada, tampoco el Ministerio de Minas y Energía, ni el presidente de la república. Lo que queda claro es que existía una mafia de comisionados permisivos con las generadoras de energía, que Duque dejó posesionados para ponerle otro problema más a Petro. No obstante, el presidente ha decido que el Ministerio de Minas y Energía asuma las funciones de la CREG  que parece un cuerpo de desregulación y corrupción que de regulación y defensa de los usuarios: personas, instituciones y empresas.

La protesta de las comunidades cercanas a la represa de Chivor, la más importante de Colombia, por una desastrosa vía que conduce a la planta de generación, muestra que las instituciones locales, nacionales y las empresas, son unos sinvergüenzas absolutos.

Al final, vamos a saber que tenemos un sistema de energía ineficiente, malos negocios y atraso, cuya verdad absoluta la ocultarán en las mesas de negociación, porque todos tienen algo que esconder.  Mientras tanto, con todo al alza, la ciudadanía va a perder muy pronto la paciencia, se tomará las calles, y Petro quedaría en el medio de dos tajadas de pan.

Colombia está desfondada, como un colador roto. Eso se constata en las alarmas infundadas de los gremios con la reforma tributaria, encargados de generar pánico para amenazar al nuevo gobierno. No ofrecen nada, pero si piden todo, como si la economía que han construido fuera un ejemplo de productividad, innovación y transparencia que genera equidad, bienestar y desarrollo.

Las ineficiencias sectoriales relacionadas con la producción y la innovación, solo las puede corregir una visionaria política de reestructuración productiva y de innovación, que me imagino el gobierno está trabajando a toda velocidad para incluirla en el plan nacional de desarrollo.

Están dadas las condiciones para inducir un cambio estructural y tecnológico sobre capacidades nacionales y la invitación a otros. Sin embargo, la inversión extranjera no soluciona el problema, incluso, puede no llegar donde realmente la necesita Colombia o incluso resultar en suma cero si la política, la innovación y la producción nacional no son el centro de la reestructuración.

La intervención de la CREG

El anuncio presidencial

El Presidente de la República Gustavo Petro, anunció en la clausura del XXIV Congreso de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones de Colombia (ANDESCO) que tuvo lugar en Cartagena, que el Gobierno Nacional va a asumir las funciones que hoy ejerce la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) en virtud de la Ley 142 de 1994 de servicios públicos que la creó. Manifestó que para ello apelará al parágrafo 3º del artículo 290 de la Ley 1955 de 2019 del Plan Nacional de Desarrollo, el cual dispuso que “las competencias establecidas en este artículo podrán ser asumidas por el Presidente de la República o por el Ministerio de Minas y Energía, según a quien corresponda la función delegada en la CREG”, en el artículo 68 de la Ley de servicios públicos.

 

Tal anuncio estuvo precedido de un cuestionamiento del funcionamiento del actual modelo del sector eléctrico y planteó uno nuevo, sin dar detalles del mismo. Eso sí, descartó la posibilidad de la estatización de los servicios públicos. Aseguró el Presidente Petro, alarmado por la espiral alcista de las tarifas de energía, que “debe prevalecer el interés público. Si no, no tenemos estado para abordar los problemas de los servicios públicos. Las comisiones reguladoras son para regular los mercados, no para firmar los procesos de especulación financiera, como hasta ahora han realizado”.

Ante los rumores que antecedieron la alocución del Presidente Petro en el sentido de intervenir a la CREG, el Director ejecutivo de FEDESARROLLO Luis Fernando Mejía se había anticipado a manifestar que si bien “hay que reconocer que hay un problema que está afectando los hogares, las propuestas para estos problemas deben darse dentro de la institucionalidad que tiene el país, que es muy sólida a través del Ministerio de Minas y Energía y la CREG, que tiene una experiencia de 30 años en este sector”.

Importancia del diálogo y la concertación

El Presidente de ANDESCO Camilo Sánchez manifestó su desacuerdo con la decisión anunciada por el Presidente y la consideró improcedente, aduciendo que la Ley del Plan de desarrollo del anterior gobierno, por haber concluido su cuatrienio, perdió vigencia y no resistiría una demanda ante el Consejo de Estado. Pero, de ser ello cierto, también quedaría sin efecto el paquete de

1 Ex ministro de Minas y Energía

medidas contempladas en el mismo atinentes a la expedición de un régimen regulatorio especial para la prestación del servicio de energía en la región Caribe, especialmente en los artículos 318 y 289 de la misma. De prosperar dicha demanda quedarían sin piso también los decretos 1645 de 2019 y 1231 de 2020 que los reglamentan, así como las resoluciones de la CREG 010 de 2020 y las 024 y 078 de 2021, a través de las cuales se autorizaron las tarifas que están cobrando tanto Air´e como Afinia, en cumplimiento de lo pactado con ellas antes de asumir la operación el 1º de octubre de 2020.

Manifestó el Presidente Petro que antes de proceder en consecuencia abrirá “primero un espacio de diálogo” con el objeto de revisar el marco regulatorio vigente puesto a prueba por las alzas desmesuradas de las tarifas de la energía, sobre todo en la región Caribe y explorar salidas a la actual encrucijada. No le falta razón al Presidente Petro cuando advierte que “las comisiones reguladoras son para regular los mercados en función del derecho universal” que le asiste a los colombianos de que se le preste el servicio de energía, como lo establece la Ley eléctrica, con calidad, continuidad y eficiencia, por ser un servicio esencial, a la luz de la Ley de servicios públicos y en consecuencia un derecho fundamental, como lo reconoce la Corte Constitucional en su Sentencia C – 663 de 2000. Pero, también hay que tener en cuenta que, para que tales principios se cumplan, es menester que se cumpla también el de la suficiencia financiera de las empresas prestadoras del servicio. El diálogo propuesto por el Presidente debe ser incluyente y soportado en criterios técnicos para evitar un salto al vacío.

El cambio de interventor

La verdad sea dicha, cuando el Presidente Petro anuncia la intervención de la CREG, en rigor de lo que se trata es de un cambio de interventor, porque de hecho ya fue intervenida por el anterior gobierno, al hacerse al control de la misma, habida cuenta que a la fecha la totalidad de los seis integrantes de la misma fueron nombrados por el Presidente Duque. Es más, de ellos sólo dos podrán ser reemplazados al término de sus períodos, que son de cuatro años, uno en noviembre de este año y otro en junio del año entrante, los otros cuatro, como fueron nombrados recientemente, permanecerán en sus cargos durante todo el período del actual Presidente de la República. Ello deja mucho qué desear de la autonomía y del carácter técnico atribuido a la CREG por ministerio de la Ley que la creó.

En mi modesto concepto la intervención de la CREG no debería conducir a la supresión de la misma, puesto que el papel regulador que se reserva el Estado, según lo dispuesto en la nueva Constitución política que data desde 1991, es inmanente al funcionamiento apropiado del mercado, máxime en tratándose

del sistema energético, en el que varios de los agentes operan un monopolio natural, como lo es el transporte y la distribución de la energía. Al mercado no se le puede dejar al garete. Para ello, aquí y en cafarnaúm, se requiere contar con un órgano regulador que “raye la cancha”, establezca las reglas de funcionamiento y vele por el cumplimiento de las mismas. Claro está que, para que el órgano regulador, en nuestro caso la CREG, cumpla adecuadamente con las funciones y competencias que se le delegaron, debe contar con expertos de primera línea, actuar con criterio técnico e imparcial y dar las señales requeridas a todos los agentes de la cadena. Y, de contera, debe regirse por normas que garanticen el buen gobierno. Todo ello en estos momentos se ha puesto en tela de juicio.

No hay que olvidar que la actual arquitectura del sistema energético del país responde a las leyes 142 y 143 de 1994, las cuales tuvieron su origen primigenio en las lecciones aprendidas del gran apagón que padeció el país entre los años 1992 y 1993. El Foro económico mundial (FEM) pondera muy bien el desempeño de dicha arquitectura ubicándolo en el top 10 a nivel mundial. Desde luego, como lo manifestó el Presidente Petro en Cartagena, la coyuntura actual amerita su revisión y evaluación en orden a introducir los ajustes que se requieran. Ello es tanto más pertinente dada la necesidad de acoplar adecuadamente las nuevas tecnologías inherentes a la Transición a la matriz energética.

Es entendible y justificado que si las circunstancias así lo ameritan el Ministerio de Minas y Energía reasuma las funciones y competencias delegadas en la CREG, así como ha venido ocurriendo en los países que integran la Unión Europea (UE), pero ello debe tener un carácter excepcional y temporal. Al fin y al cabo la misión del Ministerio debe estar centrada en la identificación y caracterización del sector, la formulación, seguimiento, implementación y evaluación de las políticas públicas. No cuenta ni con la estructura ni las competencias para asumir las de la CREG en forma permanente. De dicha intervención el sector energético del país debe salir fortalecido, para garantizar tanto la seguridad como la soberanía energética del país, fundamentales para el buen suceso de la economía y el bienestar de los usuarios del servicio.

Bogotá, septiembre 9 de 2022 www.amylkaracosta.net