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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Desertificación

El temor de Asobancaria por una eventual descertificación a Colombia por parte de los Estados Unidos

Durante la instalación del 24.º, Congreso Panamericano de Riesgo de Lavado de Activos, Financiación del Terrorismo y Financiación de la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva (LA/FT/FPADM) que se realiza en Cartagena el vicepresidente Técnico de Asobancaria, Alejandro Vera, ratificó el compromiso de la banca para hacerle frente al delito de lavado de activos.

Recalcó que este resultado no es casualidad, sino fruto de más de 30 años de trabajo en los que se ha construido una institucionalidad sólida para prevenirlos.

 

Recordó además que diversos organismos y autoridades extranjeras ven con buenos ojos el trabajo que se ha realizado en esta área.

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Entre ellas se destacan la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), la Oficina de Control de Delitos Financieros (FinCEN, por sus siglas en inglés), la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) y el Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (GAFILAT), entre otras.

En su intervención, el vicepresidente dio a conocer tres desafíos que enfrenta el sector, el primero de ellos tiene que ver con un plan claro para enfrentar las posibles consecuencias de una eventual descertificación de la lucha antidrogas del país por parte de EE.UU.

“Es fundamental reforzar la coordinación interinstitucional entre el sector privado y el gobierno de Estados Unidos. Esto no solo aumentará la credibilidad de nuestro sistema financiero, sino que también contribuirá a preservar su estabilidad en tiempos de incertidumbre. Además, es clave dar certeza a la banca corresponsal, pues la confianza de estas instituciones es vital para el funcionamiento eficiente de
las operaciones internacionales. Por eso, es primordial definir estrategias para fortalecer esa relación”, aseguró Vera al respecto.

En segundo lugar, indicó que el país debe prepararse para la 5.ª Ronda de Evaluaciones Mutuas del Grupo de Acción Financiera (GAFI), que se realizará en 2028.

Recordó que, en la última evaluación que se hizo en 2018, nos recomendaron demostrar mayor efectividad y aumentar el número de condenas por lavado de activos y financiación del terrorismo, ya que, aunque existen muchos casos, las sentencias suelen dictarse por sus delitos fuente. Tal es el caso de condenas por contrabando, tráfico de migrantes y delitos contra la administración pública. Otra de
las recomendaciones del GAFI es que se establezca un marco normativo contra la financiación de armas de destrucción masiva.

Finalmente, como tercer desafío, manifestó que deben incorporarse tecnologías emergentes como eje estructural del sistema antilavado en Colombia. Expresó que el uso de la inteligencia artificial y el análisis de redes pueden ser herramientas altamente efectivas en la lucha contra el crimen financiero.

Descertificación de EEUU

Es supremamente odioso pensar en el proceso de certificación de la lucha contra las drogas que hace EEUU como una validación moral. EEUU es el mercado de narcóticos más grande del mundo, con costos de drogadicción estimados por el Departamento de Justicia en US$215 mil millones. Si la herramienta policiva es la mas eficaz es un debate para otro día, el hecho es que, con la proliferación de fentanilo, 27.2 millones de estadounidenses (9.7% de la población) enfrentaron problemas de adicción de drogas en 2024, según los centros de adicción de EEUU. Un tema que venia perdiendo relevancia durante este siglo volvió a ser prioridad electoral, EEUU va a dar esta batalla en todos los frentes. El mandato de Trump es claro, si pensamos que superamos la crisis estamos profundamente equivocados.

La certificación fue creada en 1986 en la ley de ayuda extranjera de EEUU, bajo la histeria de la epidemia de crack. Actualmente, solo tres países no pasan la prueba: Venezuela, Bolivia y Myanmar. La consecuencia inmediata de una descertificación sería la suspensión de la ayuda humanitaria y militar de EEUU hacia Colombia, que se espera en US$413 millones en 2025. A pesar de los problemas fiscales que enfrenta el país, podemos manejar esta situación, incluso también la pérdida del estatus de major non-nato ally que hoy gozamos. Sin embargo, lo grave serían los aranceles y trabas aduaneras que podrían imponernos. Recientemente no bajo la bandera de proteccionismo sino por no cooperar en la lucha contra el fentanilo, EEUU impuso aranceles del 10% a China.

 

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En instancias formales e informales, se menciona la inevitable descertificación de Colombia antes de septiembre. Incluso cuando se logró el año pasado, se notó favoritismo diplomático dado la falta de resultados. Se mencionó el crecimiento exponencial de las hectáreas sembradas de coca, que se estimaba en 250 mil, pero que ahora podrían superar las 300 mil. La validación de los esfuerzos era más bien una apuesta filosófica que enfrenta una respuesta holística versus la tesis del garrote. Si el gobierno está ejecutando el power point que le vendió a EEUU en departamentos como Cauca, claramente no está logrando los resultados esperados. Todo viene en deterioro.

La administración Trump no tiene paciencia ante la falta de resultados, a menos de que se realice un esfuerzo diplomático descomunal mas genuinos resultados, será muy difícil revertir la situación. Esto podría incluir el nombramiento de un nuevo embajador o un enviado especial a Washington en quien confíen los Republicanos, así como la dedicación semi-exclusiva de la Canciller y un compromiso material del nuevo Min Defensa. En complemento, las obras oratorias como las del presidente en Naciones Unidas y Europa se deben suspender. Los problemas se pueden resolver, pero debe haber voluntad para abordarlos.

Con exportaciones a EEUU que alcanzan los US$14,337 millones, estos aranceles podrían ser destructivos. El daño seria especialmente dañino para sectores como el café, flores, aguacate, o el banano que gozan de márgenes apretados. Así el gobierno piense diferente a Trump, debe hacer lo posible para pasar la tormenta. Esa sensibilidad diplomática del gobierno para no ofender ni a Venezuela ni a Rusia, podríamos usarla en EEUU.

Simón Gaviria Muñoz

Estudio revela que los derechos de las mujeres son vitales, para luchar contra la degradación de la tierra

Un nuevo estudio de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD, por sus siglas en inglés) revela que las desigualdades de género son generalizadas en lo que respecta a la tierra, y que garantizar los derechos de las mujeres es imperativo para lograr los objetivos globales interrelacionados sobre igualdad de género y neutralidad en la degradación de la tierra antes de la fecha límite de 2030. .

Como enfatizó el Secretario Ejecutivo de la UNCCD, Ibrahim Thiaw, “ Las mujeres son actores principales en los esfuerzos globales para reducir y revertir la degradación de la tierra. Restauran la tierra, protegen la tierra, aprecian, alimentan y cuidan la tierra, al mismo tiempo que cuidan de los demás. Sin embargo, en la gran mayoría de los países, las mujeres tienen acceso y control desiguales y limitados sobre la tierra. No podemos lograr la neutralidad en la degradación de la tierra sin igualdad de género, y no podemos excluir a la mitad de la población de las decisiones de gestión de la tierra debido a su género».

 

El nuevo estudio titulado “ Los impactos diferenciados de la desertificación, la degradación de la tierra y la sequía en mujeres y hombres” muestra cómo y en qué medida la desertificación, la degradación de la tierra y la sequía arrasan con la vida y los medios de subsistencia de mujeres y niñas. El estudio aboga por que las desigualdades de género se aborden como parte de la conservación de la biodiversidad, la restauración de tierras, la adaptación y la mitigación del cambio climático. También enfatiza la importancia de los esfuerzos para la transición a una economía verde inclusiva y regenerativa, especialmente en el mundo posterior a la pandemia.

“El género continúa siendo uno de los marcadores de desventaja más fuertes del mundo. Como todas las crisis, la actual crisis ambiental causada por la degradación de la tierra, la desertificación y la sequía tiene un impacto más severo en las mujeres que en los hombres. Las mujeres y las niñas se ven doblemente afectadas: primero por la crisis en sí misma y, además, por las repercusiones duraderas específicas en la vida de las mujeres, que debemos abordar con igual prioridad”, dice la autora principal del estudio, Lorena Aguilar.

El estudio muestra que la degradación de la tierra, la desertificación y la sequía tienen un impacto más severo en las mujeres que en los hombres y ofrece lecciones sobre los cambios necesarios para abordar las desigualdades de género en el acceso y la tenencia de la tierra.

Basado en una extensa investigación bibliográfica, entrevistas a expertos, análisis de datos y estudios de casos de 55 países, el estudio proporciona evidencia convincente de que, sin una acción rápida, los sistemas legales que promueven la propiedad equitativa de la tierra podrían no aprovechar el poder transformador más necesario de la mitad de la población mundial. .

La igualdad de género sigue siendo una asignatura pendiente

El estudio muestra claramente que la igualdad de género sigue siendo una asignatura pendiente en todas las regiones del mundo. El no reconocimiento de las mujeres como agricultoras, la falta de propiedad de la tierra, el acceso restringido a los recursos, la tecnología, la educación y la capacitación, así como la participación limitada en la toma de decisiones siguen siendo las principales barreras que impiden que las mujeres y las niñas prosperen.

En muchos países, las mujeres tienen oportunidades desiguales y limitadas para acceder, poseer o heredar tierras a su nombre. Por ejemplo, en más de dos tercios de los países de la región de Asia oriental y el Pacífico se observó discriminación contra los derechos de la mujer a la propiedad, el uso y el control de la tierra y los bienes no relacionados con la tierra. En Medio Oriente y África del Norte, solo el 4% de las mujeres tienen títulos de propiedad. En el África subsahariana, las mujeres representan la mitad de la mano de obra agrícola, pero solo el 18 % de los propietarios agrícolas. Incluso en países donde las mujeres tienen los mismos derechos legales que los hombres para poseer y acceder a la tierra, como es el caso de Costa Rica, solo el 15,6% de la propiedad agrícola está en manos de mujeres.

Si bien el fortalecimiento de los derechos de las mujeres a la tierra permite una mejor protección de los ecosistemas y beneficia los ingresos de los hogares, la seguridad alimentaria, la educación y la salud de los niños, los derechos de las mujeres a heredar la propiedad de sus maridos siguen negándose en 102 países en virtud de las leyes y prácticas consuetudinarias, religiosas o tradicionales, y la desheredación del cónyuge sobreviviente todavía ocurre en 96 países.

El hecho de que no tiene por qué ser así y que el cambio es posible lo demuestra la campaña de incidencia denominada “Quiero mi herencia” en Egipto. La campaña tenía como objetivo promover los derechos de herencia de las mujeres mediante la sensibilización de la comunidad y la movilización de actores locales relevantes en Sohag. Al final de la campaña de defensa, 100 figuras públicas y líderes comunitarios cristianos y musulmanes habían promovido los derechos de herencia de las mujeres. Además, se resolvieron amistosamente 87 conflictos, se remitieron 26 casos a los tribunales y 10 mujeres obtuvieron su herencia (se convirtieron en modelos a seguir alentando a otras mujeres a reclamar sus derechos). Además, 17 miembros del Parlamento en representación de la gobernación de Sohag abogaron por una reforma de la ley para aumentar las sanciones contra quienes privan a las mujeres de sus derechos de herencia.

“Soy el último en comer ”

Las mujeres y otros grupos desfavorecidos son más susceptibles a los choques climáticos debido a la falta de diversificación de sus activos, así como a un menor acceso a los recursos para hacer frente a los daños y recuperarse de ellos. Una vez más, no tener títulos de propiedad que puedan usarse como garantía, o la falta de una tenencia segura, dificultan el acceso de las mujeres a préstamos y créditos y limitan su acceso a servicios de extensión y tecnología, lo que hace que la preparación para la sequía se convierta en una verdadera carrera de obstáculos para las mujeres y sus familias.

A nivel mundial, las mujeres ya dedican un total de 200 millones de horas todos los días a recolectar agua. Las sequías tienden a aumentar la carga del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que soportan las mujeres y las niñas. Cuando las sequías se convierten en desastres en toda regla, las mujeres tienen la responsabilidad principal de la supervivencia diaria de la familia, incluso durante los desastres naturales. No solo que el resultado de “cuidar a los demás” se exprese en parte haciendo cola y esperando agua, caminando y cargando agua largas distancias, las mujeres suelen tender a comer menos o ajustar las porciones de comida. En las zonas rurales de América Latina, las mujeres usan la expresión “ soy la última en comer”” destacando la terrible práctica común en muchas sociedades de distribuir alimentos según el sexo, la edad y el estado. Bajo este sistema, los hombres suelen ser atendidos primero, seguidos por los niños, luego las niñas y, por último, las mujeres.

A pesar de estas crudas realidades, las mujeres continúan impulsando el cambio. Bhungroo , un sistema de riego dirigido por mujeres desarrollado por agricultoras indias que depende de la recolección de agua de lluvia. Un sistema de gestión de agua inyecta y almacena el exceso de agua de lluvia bajo tierra y lo extrae para su uso durante los períodos de sequía. El sistema atiende a más de 18 000 agricultores empobrecidos (con más de 96 000 familiares dependientes) y es un proceso totalmente impulsado por mujeres.

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Avanzar en los objetivos globales de género y restauración de la tierra

“Hacer frente con eficacia a los desafíos interconectados de la degradación de la tierra, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático requiere cambios estructurales profundos. Es crucial reconocer que resolver las desigualdades de género no es solo una cuestión de corregir un error, sino también una oportunidad importante para utilizar habilidades, conocimientos y talentos previamente infrautilizados y poco reconocidos”, agrega Thiaw, Secretario Ejecutivo de la UNCCD.

La UNCCD tiene una larga trayectoria en colocar la igualdad de género firmemente en el centro de su mandato como un catalizador vital del progreso. Al adoptar el Plan de Acción de Género en 2017, las Partes de la Convención ya reconocieron el papel específico de las mujeres en la restauración de tierras y la gestión sostenible de tierras, así como la importancia de la igualdad de género como principio rector en todas las políticas y decisiones asociadas al cumplimiento. de los objetivos de la Convención.

En la COP15 de la UNCCD en Abidjan , Côte d’Ivoire, en mayo de 2022, las 197 partes de la Convención pidieron mejorar la participación de las mujeres en la gestión de la tierra como facilitadores importantes para la restauración efectiva de la tierra, al abordar los desafíos de tenencia de la tierra que comúnmente enfrentan las personas en situaciones vulnerables, y recopilar datos desglosados ​​por género sobre los impactos de la desertificación, la degradación de la tierra y la sequía

Foto: Pexels.

Entérese de las políticas contra la desertificación y la sequía en Colombia

El 17 de junio se conmemora el Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía y el Día Nacional de los Suelos, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Eduardo Correa, invitó a los colombianos a cuidar sus entornos tanto urbanos como rurales, alinearse con las metas climáticas del país y modificar sus hábitos de consumo para lograr territorios resilientes a la variabilidad del clima, que le hagan frente a los efectos del cambio climático y permitan un crecimiento social y económico amigable con los recursos naturales.

Según la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, desertificación es ‘‘la degradación de tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultantes de diversos factores, como las variaciones climáticas y las actividades humanas’’. Los procesos de degradación también se pueden presentar en zonas húmedas, a causa de los efectos del cambio climático y por actividades humanas.

 

La necesidad que hay en las zonas más afectadas por la sequía en el país coincide con las Metas Voluntarias de Neutralidad de la Degradación a 2030, dirigidas a restaurar al menos 9000 hectáreas (ha) de coberturas de pastos en la región Caribe; mejorar coberturas hacia sistemas silvopastoriles; mejorar productividad de suelos en las regiones Caribe y Andina, conservar 22.000 ha de bosques secos tropicales; restaurar 3200 ha de bosque seco en La Guajira e incorporar en los diferentes instrumentos de planificación el bosque seco tropical como un determinante ambiental en el ordenamiento territorial.

Un marco normativo robusto

“Estamos entregándole a Colombia un marco normativo moderno que es ejemplo para América Latina. Contamos con un decreto que regula el uso de los productos forestales no maderables, con la Ley de Delitos Ambientales y con la Ley de Acción Climática. Hemos articulado diferentes instrumentos, entre estos la Política Nacional de Cambio Climático, la Política Nacional para la Gestión Sostenible del Suelo y la Política Nacional para la Gestión Integral de la Biodiversidad. Todo esto tiene una estrecha relación con la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC), y está alineado con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Hemos hecho lo que el señor presidente Iván Duque nos pidió: llevar al país a la senda de la neutralidad en cambio climático, frenar la degradación de los suelos y mitigar la sequía”, dijo el ministro Carlos Eduardo Correa.

Se le ha hecho frente

 Para enfrentar esta amenaza, el Minambiente ha llevado a cabo acciones en diferentes épocas: lanzó el Plan de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (PAN); suscribió un convenio con el Ideam para el programa de Monitoreo y Seguimiento de la Degradación de Tierras y Suelos; se han creado áreas protegidas a nivel nacional, regional, departamental y municipal; junto al Instituto Humboldt hizo una cartografía del bosque seco tropical; se formuló la Estrategia Nacional para la Gestión Integral de la Sequía en Colombia, y en la pasada Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (COP15), presentó un proyecto de herramientas para la neutralidad de la degradación de las tierras, entre otras gestiones y avances.

¿Dónde se hace visible este fenómeno?

En Colombia los procesos de degradación de tierras y desertificación afectan especialmente las zonas secas de las regiones naturales de la Orinoquía, Caribe y Andina.

En la Orinoquía se encuentra el 35.53 % de las zonas secas del país, en la región Caribe otro 35.53 % y en la región Andina el 23.21 %; un 3.61 % más se da en la cuenca del río Dagua, en el Pacífico.

La variación del clima en el territorio colombiano se debe en gran medida a su ubicación geográfica y características fisiográficas. La región de mayor radiación solar en el país es la península de La Guajira; las que presentan niveles más bajos son la costa del Pacífico y el Piedemonte Llanero.