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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Falsos positivos

El ministro de Defensa encabezó solicitud de perdón por los falsos positivos

Fotos: Andrea Puentes -Juan Diego Cano/Presidencia

El ministro de Defensa, Iván Velásquez, encabezó un acto de perdón por los asesinatos de jóvenes presentados como guerrilleros, durante el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez.

 

“No eran guerrilleros. No asumieron ninguna confrontación con las Fuerzas Militares. Eran hombres cuyas vidas y sueños se truncaron por la acción criminal de integrantes del Ejército Nacional”, dijo el jefe de la cartera de Defensa.

El acto de perdón estuvo dirigido a 19 familias de jóvenes que fueron asesinados por unidades militares del Ejército Nacional. A pesar de que los familiares aceptaron el acto y la petición, exigieron la presencia de los expresidente, Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos.

“En nombre del Estado pedimos perdón a ustedes las familias y a toda la población por los reprochables hechos de desaparición forzada y posterior muerte en condiciones de indefensión que luego fueron reportadas falsamente como muertes en desarrollo de operaciones militares”, explicó el ministro de Defensa.

Velásquez dijo que los soldados fueron presionados por sus superiores militares para tener resultados  y a los aseguran que hay que pasar la página, les respondió: «la pasaremos cuando la leamos y conozcamos lo que ocurrió».​

No usar la verdad para venganzas, pide el primer mandatario

Al hablar de la Audiencia de reconocimiento de verdad sobre las ejecuciones extrajudiciales, conocidas como ‘falsos positivos’, realizada por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en Casanare, el presidente Gustavo Petro recalcó que la verdad no debe ser usada para la venganza, sino para llegar a un momento de reconciliación social, a través de la verdad.

El jefe de Estado hizo referencia a la confesión del general en retiro Henry Torres Escalante, quien admitió su responsabilidad en los delitos de homicidio en persona protegida y desaparición forzada, lo que lo convirtió en el oficial de más alto rango en aceptar su culpabilidad ante esa instancia.

 

“Por primera vez un general de la República confiesa que se cometieron crímenes de lesa humanidad en pasados gobiernos, asesinando, sistemáticamente, a miles de jóvenes inocentes.

Ni en las peores dictaduras militares de América Latina llegaron a este punto y a tal volumen de asesinatos. La justicia ha establecido la cifra de 6.402 jóvenes asesinados por funcionarios en otros gobiernos”, indicó.

Pese a la gravedad de estos crímenes perpetrados por funcionarios públicos, escribió, el Estado colombiano no ha sido sancionado por instancias internacionales debido al buen desempeño de la JEP.

“No hemos sido sancionados mundialmente solo porque la justicia transicional ha actuado, la misma que se quería derogar y silenciar”.

Esta es la segunda vez que el jefe de Estado escribe esta semana en su cuenta de X (antes Twitter) sobre la audiencia de reconocimiento por los casos de ‘falsos positivos’ en el Casanare. De hecho, el miércoles dijo que ese episodio de la historia del país “es la peor derrota de una nación”.

Militar en retiro reconoce sobornos por cambiar versión en el caso de los Falsos Positivos

En una audiencia de reconocimiento de 296 casos de falsos positivos cometidos en Yopal, Casanare por parte de 21 militares, el teniente (r) del Ejército Fabián García Céspedes, reconoció que recibió $45 millones por parte del general (r) Henry William Torres Escalante para que cambiara versiones sobre falsos positivos en la justicia ordinaria.

El teniente (r) Céspedes, reconoció el supuesto soborno para no involucrar al hoy general (r) Henry William Torres Escalante, en estos hechos.

 

“Yo recibí dineros con el fin de cambiar versiones, pero hoy es momento de la verdad y así como lo estoy nombrando y exaltando, yo fallé tanto en la justicia ordinaria como en la JEP en cambiar versiones (…) Recibí dineros del general Torres Escalante, fueron 45 millones de pesos, hubo un intermediario que nombré en una de las diligencias. Esos hechos sí sucedieron y yo creo que no estoy tapando nada”, explicó

Dijo además que mintió en sus declaraciones anteriores ante el tribunal de justicia transicional, por lo que la JEP revisará las versiones dadas con antelación para tomar una decisión al respecto.

Durante la audiencia, víctimas y victimarios señalaron al general (r) Henry William Torres Escalante, entonces comandante de la XVI Brigada del Ejército Nacional, como uno de los máximos responsables.

Uribe reconoce que durante su gobierno hubo falsos positivos

El expresidente Álvaro Uribe a través de su cuenta de Twitter reconoció que, durante su gobierno, miembros del Ejército Nacional cometieron ejecuciones extrajudiciales para hacerlas como bajas en combate.

“Duele y mortifica que hubieran negado falsos positivos, les creímos, y ahora los aceptan”, publicó en sus redes sociales.

 

Y Agregó, “Cualquiera de estos delitos es grave sin que importe el número ni los casos de falsas acusaciones. Mi afectación es mayor por mi inmenso cariño a los soldados y policías de Colombia”.

Cuando se dieron a conocer las primeras denuncias que hacían dudar sobre algunos resultados militares, el entonces primer mandatario, Álvaro Uribe dijo:

Nosotros somos los primeros en exigir que no haya ‘falsos positivos’, que haya total transparencia, pero tenemos que ser los primeros en denunciar que mucha gente, amparada en el tema de ‘falsos positivos’, lo que ha hecho es crecer falsas acusaciones, para tratar de paralizar la acción de la Fuerza Pública contra los terroristas”.

La aceptación de los hechos de parte de Uribe se dio luego de conocer los testimonios de parte de algunos exmilitares en el acto celebrado por la Justicia Especial Para la Paz en Dadeiba, Antioquia.

Militares reconocieron ejecuciones extrajudiciales en Dadeiba, Antioquia

Durante la audiencia pública que tuvo lugar en Dadeiba, Antioquia, para el reconocimiento de la verdad, donde se revelaron detalles de los asesinatos y desapariciones forzadas de personas que fueron presentadas como bajas en combate por agentes del Estado, un grupo de militares aceptaron públicamente ser los autores materiales de estos delitos.

El sargento Fidel Iván Ochoa Blanco, exintegrante del Batallón contra Guerrilla, durante su intervención reconoció que comandantes pidieron aumentar el número de muertos para presentarlos como integrantes de grupos criminales dados de baja en combate. 

 

«Efectuamos y creamos un libreto casi perfecto donde se nos facilitó porque estas personas presuntamente tenían un vínculo con la guerrilla. Desde ese primer momento, nuestros comandantes nos inculcaron que necesitaban altos números de muertos».

Por su parte el sargento William Andrés Capera, ex integrante del Batallón contra Guerrilla, reconoció y aceptó que como médico forense maquilló las escenas del crimen.

El coronel (r) Edie Pinzón Turcios, habló de las alianzas macabras entre el Ejército y los paramilitares que había en la región para cometer todo tipo de delitos.

El teniente Yahir Rodríguez, intervino confesando que todo aquel que vestía de blanco o negro era considerado como guerrillero y por lo tanto tenía que morirse. “No nos contaban capturas. La orden era extinguirlos, asesinarlos. Ese es el caso del señor Edison Lexander Lezcano Hurtado”, expresó”.

El magistrado de la Justicia Especial Para la Paz, Alejandro Ramelli, afirmó que se han encontrado 78 restos óseos que pertenecerían a 49 víctimas de desapariciones y falsos positivos y precisó que, de esas 49 víctimas, 11 ya fueron identificadas y entregadas a sus familiares.

‘Hijos del viento’ prepara estreno en el Festival de cine de DD. HH.

Después de una gran acogida en el marco del Bogotá International Film Festival (BIFF), Hijos del viento prepara su estreno en el Festival de Cine de Derechos Humanos. La película se estrenará en varias salas del país para el próximo 17 de noviembre.

María Ubilerma Sanabria, madre de Jaime Stiven Valencia, de 16 años; Doris Tejada, madre de Óscar Alexander Morales, de 26 años; Beatriz Méndez, madre de Weimar Armando Castro Méndez y tía de Edward Benjamín Rincón Méndez, ambos de 19 años; y el suboficial del Ejército Nacional de Colombia, Carlos Mora, son los protagonistas de la nueva película del director Felipe Monroy.

 

Durante 108 minutos, el filme sigue la historia de estas madres que lloran a sus hijos muertos, pertenecientes a la larga lista de jóvenes de zonas vulnerables, que entre 2002 y 2010 fueron secuestrados, torturados y asesinados por el Ejército Nacional, en el marco de ejecuciones extrajudiciales que se conocen como falsos positivos.

«Cuando en 2008 se destapó esto de los falsos positivos, yo me había venido a Suiza para estudiar cine, así que no tuve muy claro cuál había sido la repercusión en Colombia. Llegué a la temática por ‘Hasta la última piedra’, la película de Juan José Lozano, que cuenta en uno de sus apartes cómo los miembros de una brigada masacra una familia y a un bebé de 18 meses, pero que en una lista su nombre queda reseñado como un alto mando cabecilla de la guerrilla», señaló Felipe Monroy.

Además de su proyección en la Cinemateca de Bogotá este 17 de noviembre, la película podrá verse en el Museo de Arte Moderno de Medellín, el 18 en la Cinemateca del Caribe y el 19 en la Cinemateca Museo La Tertulia de Cali.

Tráiler

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*Foto: Cortesía

Concejal Cancino pide que Fiscalía explique en que va la investigación por el asesinato de tres jóvenes en Sucre

Foto: El Heraldo.co

El concejal de Bogotá, Diego Cancino, pidió que el Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, le explique al país por qué permitió la fuga de Benjamín Núñez, coronel de la policía al parecer implicado en el asesinato a sangre fría de Jesús David Díaz de 18 años; José Carlos Arévalo de 22 años y Carlos Alberto Ibáñez de 26 años; ocurrido el pasado 25 de julio en el corregimiento de Chochó, en Sincelejo (Sucre).

 

Los jóvenes fueron detenidos en una redada dirigida por el entonces comandante operativo de la policía de Sucre, coronel Núñez, que investigaba el asesinato de un patrullero. Según los mismos policías, los muchachos que estaban desarmados fueron subidos a una camioneta y asesinados a tiros, al parecer por el oficial.

“Fiscal Barbosa explíquele al país por qué el principal sospechoso de asesinar a los tres jóvenes en Sincelejo (Sucre) se fugó hace más de 12 días *(…) Por qué siendo el principal sospechoso, con testimonios que lo señalan directamente, *no hay orden de captura. Fiscal, la vida de estos jóvenes es sagrada, vale como la de cualquier ciudadano. Limpie el nombre de los tres jóvenes asesinados”, señaló Cancino.

El concejal de Bogotá hizo un llamado urgente a la celeridad y la eficacia institucional que impida la impunidad y dijo que urge una reforma popular a la policía que sea estructural y participativa.

Diego Cancino señaló que el Ministerio de Defensa debe activar mecanismos expeditos y seguros para que miembros de las fuerzas puedan denunciar violaciones a derechos humanos y actos contrarios al servicio con todas las garantías para hacerlo.

Fiscalía traslada a Bogotá la investigación del asesinato de tres jóvenes en Sucre

La fiscalía general de la Nación, trasladó a Bogotá la investigación por el asesinato de los tres jóvenes en el corregimiento de Chochó, en Sincelejo, Sucre, con el argumento de darle prioridad, señalando además que se destacó un equipo de criminalistas, forenses, fiscales e investigadores para esclarecer los hechos con inmediatez.

El caso involucra ocho policías, dos de ellos oficiales y que, además, le costó la salida de la institución al entonces comandante en Sucre, coronel Carlos Andrés Correa Rodríguez.

 

Los jóvenes fueron señalados de estar involucrados en el asesinato del patrullero Diego Felipe Ruiz Rincón, cuando se encontraba en una panadería en el municipio de Sampués (Sucre). Familiares de las víctimas, aseguraron que los jóvenes fueron capturados con vida y posteriormente aparecieron muertos en una clínica de Sincelejo, con varios impactos de bala.

A las víctimas se les presentó como bajas en medio de una reacción de los uniformados porque supuestamente eran integrantes del Clan del Golfo, hecho que fue calificado por los familiares y amigos como un “falso positivo”.

La investigación involucra al coronel Benjamín Núñez quien se desempeñaba como comandante operativo en Sucre. Según la reciente publicación del diario El Tiempo, el alto oficial se habría fugado a Panamá, tan pronto se comenzó a manejar la hipótesis del ‘falso positivo’.

Al respecto, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, indicó que el Gobierno insistirá ante la fiscalía general de la Nación para evitar cualquier riesgo de impunidad.

 

Archivos desclasificados y los “falsos positivos”

La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, CEV, publicó parte de los archivos de los Estados Unidos desclasificados por el National Security Archive, NSA, organización no gubernamental, ONG estadounidense. Me dejan algunas preguntas y reflexiones.

Primero, como resaltó el periódico El País de España, los documentos ponen en debate si la asistencia militar estadounidense a Colombia incidió en las ejecuciones extrajudiciales de civiles, mal llamadas “falsos positivos”, durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010). Aunque se cita una comunicación de diciembre de 2002 del entonces comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, General James T. Hill, que precisó que habían “evitado conscientemente caer en el síndrome del recuento de cadáveres”, se cita también un memorando de julio de 2003 del principal adjunto del Pentágono a cargo de operaciones especiales, Marshall Billingslea, en el que se celebra el aumento de bajas de la guerrilla de las FARC, compara las cifras favorablemente con los dos últimos años del gobierno de Andrés Pastrana, y concluye que “las FARC estaban ganando terreno”.

 

En un tercer documento mencionado, de diciembre de 2003, se compara la campaña de contrainsurgencia del plan Patriota (2003-2006) con la del plan Lazo (1962-1966), que incluyó entrenamiento militar en bases estadounidenses, y destaca el aumento de muertos en combate. Según Michael Evans, analista y director del proyecto de documentación sobre Colombia del NSA, “Con esa acción de asistencia [de los Estados Unidos] había también mucha presión para mostrar éxito, mostrar resultados. Lo más normal durante la Guerra Fría y campañas de contrainsurgencia es mostrar que el conteo de cuerpos está aumentado”.  La CEV en su Informe Final concluyó que esta presión sí “alentó la comisión de crímenes muy graves, como los llamados ‘falsos positivos’.”

Por décadas la política de seguridad de Colombia ha estado bajo la tutela de los Estados Unidos, realidad reconocida en el Informe de la CEV. Los apoyos a las fuerzas armadas se daban en el contexto de la Guerra Fría y la lucha contrainsurgente, y el resultado fue “la escalada del conflicto y, sobre todo, la victimización de la población civil.”  ¿Hasta qué punto el Estado estadounidense también es responsable de las atrocidades cometidas?

Cuando se cumplía la primera audiencia de reconocimiento de estos crímenes por militares en el Catatumbo, Norte de Santander el 27 de abril 2022, reconocimiento que no toca a los oficiales de alto rango ni a la  cúpula  militar -me pregunto, ¿No debería ir más allá de soldados, suboficiales y oficiales de bajo rango?-  la embajada de Estados Unidos en Colombia publicó un mensaje elogiando “la valentía de los soldados que reconocen su responsabilidad en falsos positivos y que piden perdón a las víctimas. Al contar lo que saben, ayudan a construir el proceso de justicia y paz”, ¿No faltaría que Estados Unidos también contribuyera a la construcción de justicia y paz compartiendo todo lo que sabe?

El expresidente Álvaro Uribe, jefe del Centro Democrático, sostuvo en un comunicado, de junio de 2022, que “mienten aquellos que afirman que existía una doctrina de Vietnam o body counting”. Agregó que “gracias a las acciones tomadas por el gobierno de Álvaro Uribe se acabaron los ‘falsos positivos’ en el país”. Pero, La Silla Vacía encontró que tres de los cuatro puntos del comunicado se prestaba a engaño. El expresidente Uribe ha reiterado que durante su mandato se tomaron decisiones para frenar estos delitos. Sin embargo la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, documentó 6.402 casos de civiles inocentes asesinados durante los gobiernos de Uribe Vélez  (2002 – 2008). Uribe contó con respaldo casi ilimitado de EE.UU.

El análisis publicado en 2013 por la Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos, CCEEU, red que aglutina a 285 organizaciones sociales y de derechos humanos de la que hace parte el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, CAJAR,  sostiene que “existe una correlación entre las unidades y los oficiales que recibieron la asistencia y el entrenamiento de Estados Unidos y la comisión de ejecuciones extrajudiciales”.

Hay más de 15.000 documentos desclasificados, sostuvo el comisionado Alejandro Valencia Villa en agosto de 2022.  Dijo que “históricamente estos documentos han sido importantes para esclarecer violaciones de derechos humanos y fueron centrales para el ejercicio de contraste realizado por la Comisión de la Verdad”.

Una de las recomendaciones de la CEV es que el presidente de la República Gustavo Petro,  solicite a su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, la desclasificación acelerada de documentos relacionados con el conflicto armado colombiano por su valor para el esclarecimiento de la verdad. Esto es fundamental. Como colombianos, merecemos contar con acceso a toda documentación que permite seguir profundizando en la verdad del conflicto.

Pero no se trata solamente de los Estados Unidos. También merecemos acceso a los documentos de inteligencia que están en manos del Estado colombiano. Desde por lo menos la década de los 90, el movimiento de derechos humanos ha exigido acceso a los archivos de inteligencia que sabemos contiene información falsa que se ha usado para la persecución de defensores de derechos humanos. Nunca se ha logrado.

Ahora, contando con los resultados del trabajo tal valioso del NSA y particularmente de Michael Evans, debemos exigir más. No se puede limitar la exigencia sólo a los archivos de inteligencia. Nosotros necesitamos y merecemos la desclasificación de los documentos en manos del Estado colombiano relacionados a todos los aspectos del conflicto armado tan prolongado y cruel. Mientras se sigue analizando lo desclasificado desde EE.UU, nos falta nuestro propio NSA para Colombia.

 

 

 

 

 

Mario Montoya fue citado por la JEP

La Sala de Reconocimiento de la JEP citó al general en retiro Mario Montoya Uribe, para que rinda versión sobre los falsos positivos ocurridos entre 2002 y 2003, cuando ocupó el cargo de comandante de la Cuarta Brigada del Ejército Nacional.

Montoya ha sido mencionado en al menos 16 versiones voluntarias de exmilitares y por organizaciones de víctimas e instituciones del Estado.

 

Entre los informes que mencionan una presunta responsabilidad de Montoya están dos que fueron entregados por la fiscalía general y tres entregados por las organizaciones de víctimas. Las 16 versiones en las cuales fue mencionado son de miembros del Batallón de Artillería 4 Jorge Eduardo Sánchez (BAJES).

El tribunal especial informó que entre los documentos que hablan de la supuesta responsabilidad de Montoya, están dos informes presentados ante la Jurisdicción Especial para la Paz por la fiscalía general de la Nación, además de tres informes entregados por organizaciones de víctimas y defensoras de derechos humanos.

Al general (r) Montoya, dice la JEP, también le trasladarán 16 versiones de comparecientes que han hecho referencia específica a su comandancia. «Se trata de miembros del Batallón de Artillería No. 4 Jorge Eduardo Sánchez (BAJES) durante los años 2002 y 2003, una de las seis unidades militares adscritas a la Cuarta Brigada que han sido vinculadas al caso».

La Sala de Reconocimiento también ha encontrado que el compareciente fue mencionado en tres solicitudes de información realizadas por autoridades municipales respecto del paradero de personas dadas por desaparecidas que luego fueron reportadas como bajas en combate.

 

Los detalles de la nueva investigación de la CIDH contra Colombia por ‘falsos positivos’

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha abierto una nueva investigación contra Colombia en el marco de los ‘falsos positivos’ por tardar en emitir una sentencia contra los autores de las ejecuciones extrajudiciales de tres jóvenes en el país.

La CIDH ha informado de una investigación contra Colombia por la violación de los derechos de tres jóvenes: los hermanos Wiflredo Alarcon y Fernando Acevedo, y Darwin Riascos, quienes fueron presentados como «bajas en combate» con disparos a quemarropa, durante los llamados ‘falso positivos’ por parte del Ejército en la región del Yopal.

 

Así, la comisión ha denunciado que «no se ha declarado sentencia alguna contra los autores materiales o intelectuales» de la ejecución extrajudicial de los tres jóvenes.

«Los cadáveres fueron notificados por los soldados como si hubiesen sido los de tres delincuentes que se dirigían en ese momento a cometer el delito de secuestro contra el propietario de una finca de esa zona. Los militares reportaron y declararon formalmente que los tres sujetos fallecidos les habían disparado primero a ellos, y que entonces habían respondido con sus propios fusiles al ataque», ha señalado CIDH.

La CIDH ha decidido iniciar la investigación porque, después de 17 años de estos hechos, «el proceso iniciado por sus muertes sigue inconcluso y suspendido, sin que se haya juzgado o determinado una justa sanción contra todos los responsables, ni mucho menos indagado sobre los posibles responsables intelectuales del crimen dentro de la cadena de mando militar y civil».

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de Colombia cifró en febrero en 6.402 los ‘falsos positivos’ –civiles asesinados por militares para ser presentados como guerrilleros abatidos– ocurridos en el país latinoamericano desde 1988, un recuento que excede en 4.154 los reconocidos por la Fiscalía.

Así se desprende de la investigación interna de la Sala de Reconocimiento de Verdad de la JEP, conocido como Caso 03 y cuyo nombre técnico es ‘Muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate por agentes del Estado’.

El junio de 2018, la JEP recibió el expediente de la Fiscalía, donde se contabilizaban 2.248 víctimas de ‘falsos positivos’ entre 1988 y 2014. La investigación del tribunal de paz, que se ha extendido durante dos años, eleva esa cifra hasta los 6.402 y, además, las ejecuciones extrajudiciales habrían ocurrido en un período temporal más corto, entre 2002 y 2008 –los primeros seis años de mandato de Álvaro Uribe–, según los datos recogidos por la prensa colombiana.

El significativo respaldo de EE.UU. a la JEP por audiencias de ‘falsos positivos’

Este miércoles el Gobierno de Estados Unidos elogió las audiencias adelantadas por la Jurisdicción Especial para la Paz, donde militares retirados le están contando a la víctimas y al país, cómo se ejecutaron los llamados ‘falsos positivos‘ en la región del Catatumbo.

A través de un trino publicado por la cuenta oficial en Twitter de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá, el gobierno Biden asegura que las historias que se están conociendo de voz de los militars responsables, «ayudan a construir el proceso de justicia y paz».

 

«Elogiamos la valentía de los soldados que reconocen su responsabilidad en Falsos Positivos y que piden perdón a las víctimas. Al contar lo que saben, ayudan a construir el proceso de justicia y paz», señala el trino oficial.

En las últimas horas militares colombianos han admitido que cometieron crimenes de guerra y lesa humanidad, mataron a civiles inocentes en el conflicto armado conocidos como los “falsos positivos”, ante una audiencia de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en Ocaña, Norte de Santander.

El cabo primero Néstor Guillermo Gutiérrez Salazar, ha reconocido ante las víctimas y la audiencia, su participación en el asesinato de jóvenes y campesinos, supuestamente muertos en combate en el Catatumbo, en el noreste del departamento de Norte de Santander.

“Recuerdo un caso específico de Wilfrido Quintero Chona, lo retuvimos en un bar, estaba en la lista que hice con María Eugenia en El Carmen, lo encerramos y los sacamos con mentiras, le dije que íbamos a la estación de Policía de Guamalito”, ha confesado Gutiérrez Salazar.

El desgarrador relato de militares que contaron cómo hacían los falsos positivos

Once militares colombianos han admitido este martes que cometieron crimenes de guerra y lesa humanidad, mataron a civiles inocentes en el conflicto armado conocidos como los «falsos positivos», ante una audiencia de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

El cabo primero Néstor Guillermo Gutiérrez Salazar, ha reconocido ante las víctimas y la audiencia, su participación en el asesinato de jóvenes y campesinos, supuestamente muertos en combate en el Catatumbo, en el noreste del departamento de Norte de Santander.

 

«Recuerdo un caso específico de Wilfrido Quintero Chona, lo retuvimos en un bar, estaba en la lista que hice con María Eugenia en El Carmen, lo encerramos y los sacamos con mentiras, le dije que íbamos a la estación de Policía de Guamalito», ha confesado Gutiérrez Salazar.

«Llegamos a Guamalito volteo y le disparo, lo asesiné, los soldados disparaban hacia el monte y dijimos que había un supuesto combate; le coloqué un arma que me habían enviado los paramilitares, cuando yo le pongo el arma en las manos, veo una mano llena de callos de un campesino trabajador, no pensábamos en el daño que estábamos haciendo», ha agregado.

Asimismo, el militar ha dicho: «estoy aquí para reconocer los crímenes de guerra que cometí, delitos de lesa humanidad, yo sé que ustedes no nos van a perdonar, pero espero que esto se acabe definitivamente y que el Ejército llegue a cuidar el campesino».

Así, ha recalcado que quiere que sepan «sus familiares, eran campesinos y como miembro de la fuerza pública los asesiné cobardemente, les arrebaté la ilusión a sus hijos; les desgarré el corazón a las madres, por una presión, por unos resultados para tener contento a un Gobierno».

En 2016 se firmaron los acuerdos de paz entre la ya desaparecida guerrilla de las FARC y el gobierno por entonces presidido por Juan Manuel Santos, desde entonces ha supuesto la desmovilización de unos 13.000 combatientes, aunque unos 300 han sido asesinados por miembros de otros grupos armados, víctimas de las guerras que estos mantienen por hacerse con el control de las rutas del narcotráfico.

Por nuestros ríos corre dolor y sangre  

Las últimas noticias nos alertan de que no hay ningún territorio seguro en Colombia y lo más preocupante es que el Estado no garantiza el Artículo 11 de la Constitución “el derecho a la vida es inviolable, no habrá pena de muerte”. En nuestro Estado perece que se incumple día tras día este artículo de nuestra Carta Magna. Por ejemplo, en Bogotá, el Estado no pudo cuidar a los niños pequeños que perdieron la vida en Ciudad Bolívar por la explosión en el CAI de Arborizadora Alta. Nos horroriza pensar que el Estado en algunos casos, es el que asesina, como lo que presuntamente sucedió el 28 de marzo, cuando so pretexto de un operativo militar, la Fuerza Pública asesinó a 11 personas en Puerto Leguízamo en la Vereda El Remanso.

Las investigaciones y reportajes rigurosos de Catalina Oquendo y Alfredo Molano son muy claras al respecto: . “No es usual que decidan hacer una operación en medio de civiles (…) la probable implantación de prendas y armas de uso privativo del Ejército para hacerlos pasar como guerrilleros es preocupante. A la escena llega la Fiscalía 5 días después y de la mano del Ejército, eso preocupa (…) una vez terminó el combate, los tuvieron encerrados en los lugares en donde ellos se refugiaron. Ellos pensaban que era la guerrilla, el Ejército se presentó como la guerrilla, ellos no llevaban insignia, iban de negro, es decir, había una intención de disfrazar la escena”, anotó Alfredo Molano. Por su parte la periodista Catalina Oquendo escribió que “conoció imágenes que muestran cómo al menos uno de los cuerpos, el del menor de edad, Brayan Santiago Pama, fue movido en la escena en dos oportunidades.

 

En una fotografía se le ve en tierra, boca arriba y vestido de jean, camiseta negra y en medias, junto a otro cuerpo. A sus pies se observan tres armas largas. En otra imagen ya aparece dentro de un bote, sin armas; y en una tercera, se ve en el mismo bote con un fusil sobre su cuerpo. En otras, se observan chalecos camuflados limpios sobre los cuerpos con sangre.”

El hecho es horroroso, el hecho nos duele profundamente porque en Colombia el Estado no garantiza la vida. Pero no podemos sólo referirnos al hecho sin decir nada de la forma en que fue presentado por parte del Gobierno Nacional. Y tenemos que decirlo, ésta nos indigna. Desde su cuenta oficial de twitter, el presidente Duque advirtió que se había “neutralizado” a 11 integrantes de disidencias de las FARC y que se había capturado a 4 criminales. Lo cual, gracias a una investigación periodística de Vorágine, El Espectador y Cambio se desmiente, como ya lo mencionamos: al parecer las fuerzas Militares manipularon cadáveres de civiles para hacerlos parecer combatientes.

Lo anterior también fue denunciado por la OPIAC (La Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana), que advirtió que el Ejército había asesinado a ocho civiles, incluyendo a un gobernador indígena y a un adolescente de 16 años, y los había presentado como bajas en combate. Según las investigaciones periodísticas, el lugar de los hechos no es un campamento guerrillero sino que se trata de un caserío, en donde se encontraron casas con camas y una escuela. El día de la masacre, según cuentan habitantes del lugar, se estaba celebrando un bazar que había sido convocado desde el 14 de marzo y que serviría para recoger fondos para financiar algunas necesidades que el Estado no cubre, como lo son por ejemplo, el mejoramiento de vías.

Nos rompe el corazón la muerte de personas inocentes en el Putumayo, Jamundí, Maní (Casanare), en la Zona Bananera del Magdalena, en Colón Génova, Quibdó, Manaure, Ciudad Bolívar y en toda Colombia. Según la Jurisdicción Especial de Paz, los civiles asesinados y presentados como guerrilleros muertos en combate son 6.402, y debemos seguir contando porque al parecer esto no ha cesado. Y ante el dolor, nos preguntamos por qué se están haciendo estos “operativos militares” ¿Qué mensaje quiere dejar el Estado en este territorio?¿Por qué se quiere aterrorizar al pueblo de esta manera?¿Por qué 40 militares llegaron vestidos de negro y usando capuchas?

Las consecuencias de este tipo de hechos sin lugar a dudas es el miedo, el horror de al menos 50 campesinos que habitaban allí y que no quieren regresar. ¿Qué pasará con ellos? ¿Quién los cuida y quién les garantiza que si vuelven a sus territorios no van a perder la vida? Es indignante y doloroso el panorama para estas personas y para el país. Nos solidarizamos con el dolor de todas las víctimas de esta guerra, el Estado debe ser ejemplo de legalidad, construcción de paz y profundización de la democracia.

Merecemos verdad y no seguir llorando muertes de ciudadanos victimas de esta guerra irracional. Tenemos derecho a cambiar el miedo por esperanza

Duque continúa defendiendo a ultranza operativo del Ejército en Putumayo

El presidente de Colombia, Iván Duque, ha defendido este lunes que la operación militar en Putumayo del pasado 28 de marzo, sobre la que se ha denunciado que hubo ejecuciones extrajudiciales, se llevó a cabo al contar con información sobre «la presencia de cabecillas y miembros de células terroristas y narcotraficantes».

«Era una operación que tenía planificación, tenía información de Inteligencia, tenía información precisa (…). Se procedió con una información clara», ha asegurado el mandatario colombiano desde Nueva York donde desarrolla una visita oficial a Naciones Unidas.

 

En este sentido, el mandatario ha remarcado que la Fiscalía, quien ahora investiga el controvertido dispositivo militar, conocía de antemano la presencia de terroristas en la zona. El operativo está salpicado por la polémica pues para la sociedad civil colombiana se trata de un nuevo caso de ‘falsos positivos’.

Al menos once personas murieron, entre ellas un menor, como consecuencia de un operativo militar llevado a cabo en la vereda Remanso, en Puerto Leguízamo. Según el Ejército, las víctimas formaban parte del Frente 48, un de las disidencias de la desaparecida guerrilla de las FARC.

Sin embargo, días después la Procuraduría reclamó al Ejército un informe preciso sobre lo ocurrido, después de que las organizaciones locales hayan denunciado que las víctimas no eran supuestos disidentes o guerrilleros sino meros «integrantes de la comunidad», resultando estas declaraciones «altamente contradictorias con la información oficial».

En este contexto, la oposición ha informado de que está considerando presentar una moción de censura contra el ministro de Defensa, Diego Molano.

«No es la primera vez que, frente a la cartera de Defensa, se presentan graves cargos de violaciones de Derechos Humanos, por parte del Ejército Nacional, por eso, desde la oposición, estamos evaluando una moción de censura contra el ministro», ha trasladado la congresista Katherine Miranda.

Asimismo, el parlamentario Carlos Ardilla Espinosa, representante de la Cámara por el departamento de Putumayo, ha citado al ministro Molano a un debate de control político para que responda por los cuestionamientos sobre la operación militar.

«Desde el Congreso haremos un seguimiento exhaustivo y minucioso. También, ejerceremos un control político para conocer detalles y para que todas las autoridades responsables entreguen el informe pertinente y así poder aclarar esta situación», señaló Ardila.