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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: JEP

Hernán Giraldo y Jorge 40 dicen no conocer nexos de Carlos Caicedo con paramilitares

En indagatoria ante un fiscal delegado de la Corte Suprema de Justicia, el exjefe paramilitar Hernán Giraldo, alias ‘El patrón de la Sierra’, aseguró no tener conocimiento sobre los supuestos nexos que el exgobernador del Magdalena, Trino Luna, le indilga al actual mandatario departamental, Carlos Caicedo, con grupos paramilitares.

Dijo además no saber si Caicedo participó en crímenes u homicidios ocurridos en la Universidad del Magdalena, en los años 2000 y 2002 mientras ocupó el cargo de rector.

 

Las declaraciones de Giraldo coinciden con las rendidas por alias Jorge 40, quien al igual, dice desconocer estos hechos.

Trino Luna hizo estas aseveraciones en las primeras versiones rendidas ante la Justicia Especial Para la Paz, tribunal transicional quien aceptó escucharle con la advertencia que de no encontrar verdades en sus declaraciones sería expulsado de inmediato.

 

Trino Luna fue aceptado en la JEP pero con carta de advertencia

El exgobernador del Magdalena, Trino Luna, fue aceptado por la Justicia Especial Para la Paz (JEP), en donde deberá suministrar información relevante que permita esclarecer las relaciones de la política local y el paramilitarismo en los departamentos de la Costa Atlántica.

El exmandatario departamental deberá aportar verdad sobre la captura a la administración pública local por parte del paramilitarismo, el control político-electoral y el financiamiento y apoyo logístico prestado a las AUC.

 

La JEP advirtió a Luna y a su defensa que no permitirá dilaciones ni entrega de información que no correspondan a la verdad de lo sucedido, dejando claro que, de llegarse a comprobar alguna falsedad en las declaraciones, será expulsado de inmediato.

Trino Luna fue gobernador, representante a la Cámara y Senador, elegido con el aval del Partido Liberal. Nombrado Embajador en República Dominicana. Es miembro de un clan político en el departamento del Magdalena en donde nació.

Fue condenado a tres años y ocho meses de cárcel por concierto para delinquir agravado por vínculos con paramilitares. La sentencia fue rebajada a dos años y siete meses por buena conducta.

 

 

Un insensible reconocimiento del secuestro

Observando a los exmiembros del secretariado de la extinta guerrilla de las Farc que se reincorporaron tras el Acuerdo de Paz, en el acto de reconocimiento del secuestro convocado por la Justicia Especial Para la Paz, debo decir que su discurso me sonó como a las lecturas que se hacen en cada misa de domingo, es decir algo que se hace y se dice pero que poco se siente.

Mientras los escuchaba me preguntaba si en verdad están arrepentidos de haber sometido a las personas que estuvieron en su poder a malos tratos y fuertes castigos amarrados a un árbol, obligándolos a caminar descalzos por la selva, en ocasiones encadenados el con uno al otro.

 

También me pregunté si en verdad se arrepienten de someter a los familiares de quienes mantuvieron en su poder durante años a la angustia, desespero y dolor que provoca una situación de esas.

Al menos para mi, sus palabras no fueron convincentes, no parecían de quienes se arrepienten de haber causado pena y dolor a millones de familias en Colombia. Debo decir que fueron más sinceras las confesiones de los exparamilitares en medio del proceso de Justicia y Paz.

Parece que los ex farc se olvidaron que ese perdón que tanto han pedido con palabras llenas de insensibilidad y sin lágrimas en los ojos, deben ganárselo y que, a partir de las elecciones de 2026, la sociedad se pronunciará en las urnas dándoles el aval para que continúen en las curules que ahora tienen en Senado y Cámara o por el contrario no votando por ellos con lo cual deberán abandonar el espacio político que hoy tienen en el legislativo.

Como ciudadano que le dijo Sí a la paz con las Farc, debo decir que esperaba más de los reincorporados de un grupo guerrillero que no solo retuvo a cientos de personas en la selva, sino que además cometió asesinatos, desapariciones, reclutamiento forzoso de menores, violencia sexual, desplazamiento, toma de poblaciones y fueron los responsables de que soldados, policías y civiles cayeran en minas antipersonas quedando sin alguna de sus extremidades.

No se puede pretender que con un simple discurso de reconocimiento de hechos que causaron dolor, desespero y angustia en millones de colombianos, todo quede olvidado. En adelante los ex Farc deben luchar por ganarse ese perdón y quienes le dijimos Sí a la paz, estamos en la obligación de exigirles el cumplimiento con la reparación a sus víctimas.

 

 

El mea culpa de Timochenko

Rodrigo Londoño Echeverry, conocido como Timochenko, presidente del Partido Comunes y último líder de la extinta guerrilla de las Farc,  reconoció ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el secuestro y la retención ilegal de miles de víctimas en medio del conflicto armado.

Timochenko aseguró sentirse arrepentido de haber cometido el abominable crimen del secuestro y ser el causante del dolor de miles de colombianos.

 

“Hemos venido aquí cómo último secretariado de la desaparecida guerrilla de las FARC y cómo Rodrigo Londoño Echeverry, en mi calidad como último comandante a asumir nuestra responsabilidad moral y colectiva frente a uno de los más abominables crímenes cometidos por nuestra organización”, señaló.

En su declaración, Londoño consideró que  política criminal produjo crímenes de guerra y de lesa humanidad, y que esta fue en contravía de los principios que pregonaban.

“Nunca imaginé que la guerra iba a alcanzar tales extremos de crueldad (…). Años después en la negociación en La Habana… entendí lo duro y desgarrador que eso sería sentarme frente a ustedes a escuchar todo el daño que les causamos”, agregó.

Londoño Echeverry dijo además  que el intercambio humanitario representó un acto de insensibilidad para quienes fueron condenados a años de secuestro y dolor en las selvas colombianas.

JEP abre incidente contra Darío Acevedo

La Justicia Especial Para la Paz abrió un incidente de desacato al director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), Darío Acevedo, por presuntamente alterar documentos de narrativa histórica del conflicto armado colombiano, omitiendo el papel de los grupos paramilitares en la guerra en el país.

La Sección de Ausencia de Reconocimiento de la Jurisdicción Especial del alto tribunal tomó la decisión, luego de conocer las denuncias reveladas por el diario El Espectador, de presunta supresión de victimizaciones de grupos paramilitares en el documento guion del Museo de Memoria.

 

La JEP concedió un término de cinco días para que el director de la CNMH presente sus descargos y aporte las pruebas «que pretenda hacer valer en ejercicio de su derecho de defensa y contradicción».

Le puede interesar: Acevedo recibe informe sobre el conflicto narrado desde la visión de los ganaderos 

Los jueces señalaron que pudo existir  un incumplimiento de las medidas cautelares que decretaron sobre la colección ‘Voces para transformar a Colombia’, que sería presentada en el museo y ha sido criticada por las víctimas por supuestamente alteración a sus relatos.

El documento en cuestión, que corresponde al guion del Museo Nacional de Memoria de las Víctimas, tiene medidas cautelares que impiden cualquier modificación, y  se estableció que la omisión en la verdad histórica del conflicto constituye un incumplimiento a los derechos de las víctimas.

El tribunal de paz, en medio de la pesquisa, exigió  presentar sus descargos, las actas del consejo directivo que aprobó los cambios y las hojas de vida de los miembros de esta junta.

 

 

Gobierno se niega a pagarle pensión a hijos de excombatientes asesinados

El Gobierno de Colombia ha presentado una tutela a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) para evitar tener que pagar una pensión a los hijos de los guerrilleros desmovilizados de las FARC que han sido asesinados.

A través de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), el Gobierno del presidente, Iván Duque, ha vuelto a negarse a indemnizar a los hijos de los desmovilizados, después de que la JEP ordenara en dos ocasiones hacerlo con el fin de proteger a quienes se sumaron a los acuerdos de paz y sus familias.

 

«El hecho de que el proceso de reincorporación tenga un carácter integral e involucre a las familias de los exintegrantes de ese extinto grupo guerrillero no significa que estas tengan derecho a gozar de los beneficios económicos en ausencia de los desmovilizados», señala la tutela, que si bien fue presentada el pasado 24, no se ha hecho pública hasta este jueves 9 de junio, informa ‘El Espectador’.

El documento señala que los beneficios de estas personas se limitan a «medidas y asistencias de contenido social», ya que los beneficios económicos son en exclusiva para quienes en su día formaron parte de la ya disuelta guerrilla y acreditaron su abandono de las armas ante la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.

La primera vez que la JEP ordenó al Gobierno de Duque garantizar no solo esta pensión, sino el pago de un seguro de vida en caso del asesinato de los progenitores, así como de los gastos funerarios fue en noviembre de 2021. La ARN apeló, pero el tribunal volvió a dejar en firme la sentencia en febrero.

Cuando la JEP inicio allá por abril de 2020 los mecanismos legales para otorgar medidas cautelares en este sentido a los antiguos combatientes y sus familias, eran 193 los que habían sido asesinados. Ahora, dos años después, son ya 333 los muertos por homicidio, a quienes se suman una treintena de familiares asesinados.

Mientras la ARN sostiene que la situación de seguridad de quienes se sumaron a la firma de La Habana y sus familias ha mejorado, las críticas contra el presidente Duque y su Gobierno por el olvido al que han sometido a los acuerdos continúan desde varios frentes a nivel nacional e internacional

En su último informe trimestral sobre la situación de estos acuerdos de paz, Naciones Unidas ha denunciado que los hijos de los guerrilleros desmovilizados siguen enfrentándose a importantes obstáculos para acceder a derechos básicos como educación, sanidad, alimentación, tanto dentro como fuera de los espacios habilitados para su reincorporación en la vida civil, así como a los riesgos de reclutamiento forzoso por parte del resto de grupos armados que operan.

El significativo respaldo de EE.UU. a la JEP por audiencias de ‘falsos positivos’

Este miércoles el Gobierno de Estados Unidos elogió las audiencias adelantadas por la Jurisdicción Especial para la Paz, donde militares retirados le están contando a la víctimas y al país, cómo se ejecutaron los llamados ‘falsos positivos‘ en la región del Catatumbo.

A través de un trino publicado por la cuenta oficial en Twitter de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá, el gobierno Biden asegura que las historias que se están conociendo de voz de los militars responsables, «ayudan a construir el proceso de justicia y paz».

 

«Elogiamos la valentía de los soldados que reconocen su responsabilidad en Falsos Positivos y que piden perdón a las víctimas. Al contar lo que saben, ayudan a construir el proceso de justicia y paz», señala el trino oficial.

En las últimas horas militares colombianos han admitido que cometieron crimenes de guerra y lesa humanidad, mataron a civiles inocentes en el conflicto armado conocidos como los “falsos positivos”, ante una audiencia de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en Ocaña, Norte de Santander.

El cabo primero Néstor Guillermo Gutiérrez Salazar, ha reconocido ante las víctimas y la audiencia, su participación en el asesinato de jóvenes y campesinos, supuestamente muertos en combate en el Catatumbo, en el noreste del departamento de Norte de Santander.

“Recuerdo un caso específico de Wilfrido Quintero Chona, lo retuvimos en un bar, estaba en la lista que hice con María Eugenia en El Carmen, lo encerramos y los sacamos con mentiras, le dije que íbamos a la estación de Policía de Guamalito”, ha confesado Gutiérrez Salazar.

El desgarrador relato de militares que contaron cómo hacían los falsos positivos

Once militares colombianos han admitido este martes que cometieron crimenes de guerra y lesa humanidad, mataron a civiles inocentes en el conflicto armado conocidos como los «falsos positivos», ante una audiencia de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

El cabo primero Néstor Guillermo Gutiérrez Salazar, ha reconocido ante las víctimas y la audiencia, su participación en el asesinato de jóvenes y campesinos, supuestamente muertos en combate en el Catatumbo, en el noreste del departamento de Norte de Santander.

 

«Recuerdo un caso específico de Wilfrido Quintero Chona, lo retuvimos en un bar, estaba en la lista que hice con María Eugenia en El Carmen, lo encerramos y los sacamos con mentiras, le dije que íbamos a la estación de Policía de Guamalito», ha confesado Gutiérrez Salazar.

«Llegamos a Guamalito volteo y le disparo, lo asesiné, los soldados disparaban hacia el monte y dijimos que había un supuesto combate; le coloqué un arma que me habían enviado los paramilitares, cuando yo le pongo el arma en las manos, veo una mano llena de callos de un campesino trabajador, no pensábamos en el daño que estábamos haciendo», ha agregado.

Asimismo, el militar ha dicho: «estoy aquí para reconocer los crímenes de guerra que cometí, delitos de lesa humanidad, yo sé que ustedes no nos van a perdonar, pero espero que esto se acabe definitivamente y que el Ejército llegue a cuidar el campesino».

Así, ha recalcado que quiere que sepan «sus familiares, eran campesinos y como miembro de la fuerza pública los asesiné cobardemente, les arrebaté la ilusión a sus hijos; les desgarré el corazón a las madres, por una presión, por unos resultados para tener contento a un Gobierno».

En 2016 se firmaron los acuerdos de paz entre la ya desaparecida guerrilla de las FARC y el gobierno por entonces presidido por Juan Manuel Santos, desde entonces ha supuesto la desmovilización de unos 13.000 combatientes, aunque unos 300 han sido asesinados por miembros de otros grupos armados, víctimas de las guerras que estos mantienen por hacerse con el control de las rutas del narcotráfico.

«Macrocasos abiertos por la JEP deben ser amplios»: Procuraduría

La Procuraduría General de la Nación indicó que los nuevos macrocasos abiertos por la Jurisdicción Especial para la Paz -JEP- deberán ser tratados de manera amplia, no excluyente, en especial en aquellos territorios donde no hay condiciones de seguridad para las víctimas.

Buena parte de los territorios donde hay víctimas distantes no han tenido la suficiente oportunidad de reconocer este proyecto, situación que es un claro indicador de que no ha llegado a esos territorios la garantía de no repetición contemplada en el Acuerdo de Paz”, dijo Jairo Acosta Aristizabal, procurador delegado con funciones de coordinación ante la JEP.

 

Acosta Aristizábal precisó que no puede haber un desconocimiento o exclusión de las condiciones de las víctimas del conflicto armado, “en la medida en que cualquier mora o dilación puede suponer una revictimización y una acción con daño”.

Sostuvo que es de gran importancia que en todos los macrocasos abordados por esa justicia transicional se asuma una interpretación pro-víctima, en la que no se deje por fuera a ninguna de ellas.

Agregó que para los tres nuevos macrocasos abiertos y dar continuidad a los siete vigentes se requiere una plataforma vigorosa en la JEP, así como fortalecer la Sala de Reconocimiento.

¿En qué queda posible extradición de ‘Otoniel’ tras pedir pista en la JEP?

La defensa del líder del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, ha presentado una solicitud para acogerse a los beneficios de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) pactada en virtud del acuerdo de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016.

La solicitud de los abogados de ‘Otoniel’ fue presentada el 13 de febrero y recoge el argumento de que el líder narcotraficante colaboró en acciones criminales en alianza con integrantes del Ejército y del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), informa la prensa colombiana.

 

Así, ‘Otoniel’ se presenta como «tercero colaborador de las Fuerzas Armadas y promotor y financiador de grupos paramilitares».

La petición está ahora en proceso y no frena la posible extradición de ‘Otoniel’ a Estados Unidos que estudia la Corte Suprema de Justicia colombiana.

‘Otoniel’ fue detenido a finales del pasado mes de octubre y ya ha prestado declaración ante la JEP a petición de las víctimas del conflicto armado de Urabá, aunque se ha negado hasta ahora a dar nombres de militares que tendrían nexos con organizaciones armadas.

Permitido cambiar de opinión

Cuando nacía un niño en la primera mitad del siglo pasado lo más probable es que de una vez fuera bautizado como chulavita o cachiporro, y lo más seguro era que así muriera, no sin haberse “hecho matar” a diario por sus creencias durante su vida. Las creencias eran las de su padre realmente, pero le tocaba hacerlas suyas por “honor familiar”. Durante su vida recibía un entrenamiento en “creer” muy fuerte, desde la religión hasta la política, pasando incluso por los mitos y leyendas. No había la más mínima posibilidad de cambiar de opinión, porque ni siquiera eran opiniones. Eran dogmas. Los dogmas tienen la particularidad de castrar la necesidad de información; con el dictado del dogma termina la búsqueda de conocimiento. Y la persona se siente bien anclada, sin vacíos ni dudas metafísicas.

Como el conocimiento libera a las personas de las cadenas de la ignorancia, lo más interesante de nuestra época actual es que existe la oportunidad de buscar y entender la información que se quiera, y por lo tanto, poder romper a voluntad cuantas cadenas en diversos temas se desee, pese a que aún seguimos siendo entrenados en “creer”. Entre esos temas, la política. Quien no aprovecha esa oportunidad sabiendo que existe, es más ignorante que aquel que no sabe que es ignorante sobre algo, porque no ignora que es ignorante y quiere seguir siéndolo a voluntad.

 

Aquellos que heredan dogmas o se dejan llenar su cabeza de dogmas han tomado una decisión similar, por cuanto la fe y las certezas anulan la necesidad de sentir esa curiosidad que lleve a la búsqueda incesante de conocimiento para encontrar lo verdadero de algo. Con las certezas pasa igual. La fe es una certeza lograda por implantación mientras que algunas otras certezas son logradas por experimentación (el efecto de la gravedad, por ejemplo), pero la mayor parte de las certezas podrían ser el resultado de una auto imposición: después de un proceso liviano de pensamiento la persona decide parar su racionalidad y “tener” certeza en algo.

Los pensamientos se pueden clasificar (del filósofo español Ayllón) en dudas, opiniones o certezas, dependiendo de la disposición de la persona a cambiar su pensamiento por uno diferente mediante un proceso mental. Cuando se tiene una duda, con cualquier argumento que parezca mejor se puede cambiar el pensamiento. Cuando se tiene una certeza, con ningún argumento se puede cambiar. Paradójicamente, las dudas pueden ser síntoma de una mente que usa más su inteligencia que la de aquel que tiene más certezas. Para Russell este asunto era taxativo: “El drama de nuestra época es que los tontos están llenos de certezas mientras que los inteligentes están llenos de dudas”.

En política lo vemos a diario en nuestros días, lo cual es toda una extrañeza, dados los avances en la educación y las facilidades para conseguir información. En ese pasado de chulavitas y cachiporros se podría explicar por la ignorancia generalizada que a su vez alimentaba un contexto avasallador; pero en la actualidad, francamente, resulta difícil de explicar.

Debemos, por tanto, hacer el esfuerzo de repensar esas certezas llevándolas al nivel de las opiniones. Como las opiniones se forman partiendo de una información existente, específica, de contexto o de ambas, y a través de un proceso mental. Sin importar que tan hábil es cada quien en sus procesos mentales, sería de esperar que si cambia la información o el contexto, la opinión cambie. Por pura lógica.

Como resultado, deberíamos darnos el derecho y permitirnos cambiar de opinión sin sonrojarnos siquiera, cuando ha cambiado la información. Si era precaria y ha mejorado, con mayor razón. Es la manifestación de una inteligencia trabajando.

En estos tiempos en que la verdad empieza a aflorar, transitando de rumor a testimonio, confesada por sus mismos actores terribles, nos está cambiando la información específica y también el contexto. Por lo que, con el uso de nuestra inteligencia, debemos darnos la orden de pasar de certezas a opiniones, y volver a pensar esas opiniones que nos habíamos formado a partir de una información diferente, que había sido manipulada. Ahora ya sabemos, a partir de cada vez más testimonios que narran la verdad del conflicto que vivimos, los móviles y los actores del despojo a fuego y sangre (literalmente) de las tierras de pequeños campesinos, y de todos aquellos que ayudaron a que esta bacanal de violencia pudiera convertirse en una “bonita” historia de terceros compradores de buena fe.

Es permitido cambiar de opinión en esta era. Es un derecho personal. Pero, dado que vivimos en una sociedad en la que la interdependencia entre todos hace que cada acto individual afecte a los demás, es también un deber. Es una obligación ser críticos ante la verdad y edificar unas condiciones que aseguren la no repetición de ninguna de estas barbaries a través de la elección de políticos íntegros en las elecciones, que sean capaces de construir diques de justicia real para acabar con la violencia y la corrupción generalizadas. No podemos dejar que sigan aquellos politiqueros y sus cómplices, ninguno de los que participaron de alguna forma en la desgracia de colombianos, indefensos, campesinos. Es también nuestra desgracia. No debe continuar.

*@refonsecaz – Ingeniero. Consultor en competitividad.

Sistema Integral para la Paz le tira línea a Duque para enfrentar crisis en Arauca

El Sistema Integral para la Paz, conformado por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas –UBPD-, la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la Paz –JEP-, como materialización de la decisión de optar por salidas negociadas al conflicto armado, hizo este viernes un llamado urgente al Gobierno colombiano a propiciar y/o facilitar diálogos humanitarios entre los actores armados inmersos en el recrudecimiento del conflicto en Arauca.

«Lo que viene ocurriendo y las amenazas que se están concretando en contra de la población exigen una respuesta humanitaria que desincentive más ataques en contra de la vida, la libertad y la integridad de los habitantes de este territorio», dice el Sistema Integral para la Paz en un comunicado oficial.

 

Así mismo, en la comunicación el conjunto de instituciones hace una remembranza de los hechos de sangre que han sacudido a Arauca en lo corrido del 2022.

«Desde el 02 de enero Arauca ha vuelto a vivir el enfrentamiento entre actores armados, en especial las disidencias de las FARC y el ELN. Saravena, Tame, Fortul, Arauquita, Arauca capital, y Cubará (Boyacá) están siendo los territorios más afectados. Durante estos veinte días del 2022 se han presentado al menos 34 homicidios; se han recibido 269 declaraciones de Desplazamiento Forzado, con un aproximado de mil personas desplazadas; 2 secuestros; confinamiento de comunidades indígenas; amenazas generalizadas a líderes sociales y presidentes de Juntas de Acción Comunal -JAC-. y riesgos para las personas en proceso de reincorporación», indican.

En se sentido puntualizan que, las afectaciones a los líderes y lideresas sociales se ha incrementado, y el ataque directo a ellos parece ser una característica específica del nuevo ciclo de violencia.

«El hecho más reciente es el del carro bomba detonado el 19 de enero en el municipio de Saravena que ocasionó daños físicos a los edificios del Terminal de Transporte, ASEDAR, SENA e ICA y que produjo la muerte de una persona de vigilancia. La detonación afectó también al Edificio Héctor Arilo, que al parecer era el objetivo principal del atentado dado que allí se encontraban líderes de distintas organizaciones sociales del territorio, cinco de los cuales resultaron heridos. El impacto es muy alto para el ejercicio del liderazgo, la defensa de los derechos humanos y la participación. Las voces de la comunidad se siguen silenciando y se extienden el miedo, el dolor, la angustia y la incertidumbre», manifientan.

A juicio del Sistema Integral para la Paz, se empieza a sentir en la región la repetición de un escenario similar al vivido entre 2005 y 2011, cuando a causa del enfrentamiento entre las dos organizaciones guerrilleras, cientos de personas tuvieron que salir de sus casas, dejar su tierra, perder hijos, familia y amigos, quedando muchas de las comunidades fracturadas y divididas y dejando un saldo de mil personas asesinadas, y líderes comunales, defensores de derechos humanos, campesinos y campesinas desparecidos.

«La agudización de esta situación nos lleva a una reflexión sobre los motivos y las condiciones de la persistencia de la confrontación armada. El abandono estatal, la corrupción, los problemas de la tierra y el territorio, las economías ilegales y una democracia debilitada mantienen vivas las situaciones de violencia. Es necesario superar los tratamientos sintomáticos, analizar las causas más profundas y abrir espacios de dialogo que busquen resolverlas para que territorios como Arauca no sigan viviendo cada década avalanchas de hechos que fracturan las vidas, dificultan la convivencia e impiden el desarrollo a todo un territorio», dicen las instituciones que componen el Sistema Integral de Paz.

La red de intituciones que nacieron con el Acuerdo de Paz hicieron un llamado a los actores armados a que respeten los Mínimos Humanitarios, una estrategia que nació de la comunidad araucana para clamar el respeto por la vida y la disminución del impacto del conflicto a la sociedad civil.

“La vida como principio, clama y denuncia cada hecho que quita la posibilidad de un habitante de Arauca de poder llegar a ser lo que está llamado a ser, una persona. Cuando se priva de la vida, se deshumaniza, pues no solo se trunca la vida sino también el desarrollo, la sostenibilidad y el futuro de las próximas generaciones. Igualmente, los Mínimos Humanitarios claman por el respeto a la labor de los líderes y lideresas, defensores y defensoras de Derechos Humanos. “Cuando se pierde un líder se asesina la voz de las comunidades que claman constantemente por las necesidades no solucionadas».

De la misma manera se pidieron el respeto por los campesinos, campesinas, afros, indígenas y población diversa; dejar por fuera de la confrontación armada a los Niños, Niñas y adolescentes; el respeto por el cuerpo de las mujeres, por la misión médica y las misiones humanitaria, por los bienes civiles, ya que cuando un bien civil se ataca acaban con espacios de encuentro, con la educación, la Salud, la movilidad de la población civil; a dejar por fuera del conflicto a los migrantes; a no instalar trampas explosivas, minas y municiones y a no continuar despareciendo personas, es una práctica violenta que deja a las familias en la zozobra, el estancamiento, la cosificación y el silencio.

Finalmente, el Sistema Integral para la Paz insta al Gobierno a hacer una divulgación amplia y objetiva de la situación de Arauca, al tiempo que rechaza de forma categórica este nuevo ciclo de violencia.

Finalmente, hacen un serie de recomendaciones, que esperan cuenten con el respaldo de la sociedad y de las agencias y organismos nacionales e internacionales:

1. Acciones inmediatas para atender la situación humanitaria.

2. Crear mecanismos de protección que acompañen a los líderes, lideresas, campesinos, campesinas, indígenas y excombatientes en Arauca.

3. Propiciar desde el nivel nacional un escenario de dialogo con organizaciones, que permita promover el acompañamiento de la iglesia católica en una eventual mediación.

4. Consolidar un escenario de monitoreo y seguimiento sobre la dinámica del conflicto en el territorio.