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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: JEP

El desgarrador relato de militares que contaron cómo hacían los falsos positivos

Once militares colombianos han admitido este martes que cometieron crimenes de guerra y lesa humanidad, mataron a civiles inocentes en el conflicto armado conocidos como los «falsos positivos», ante una audiencia de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

El cabo primero Néstor Guillermo Gutiérrez Salazar, ha reconocido ante las víctimas y la audiencia, su participación en el asesinato de jóvenes y campesinos, supuestamente muertos en combate en el Catatumbo, en el noreste del departamento de Norte de Santander.

 

«Recuerdo un caso específico de Wilfrido Quintero Chona, lo retuvimos en un bar, estaba en la lista que hice con María Eugenia en El Carmen, lo encerramos y los sacamos con mentiras, le dije que íbamos a la estación de Policía de Guamalito», ha confesado Gutiérrez Salazar.

«Llegamos a Guamalito volteo y le disparo, lo asesiné, los soldados disparaban hacia el monte y dijimos que había un supuesto combate; le coloqué un arma que me habían enviado los paramilitares, cuando yo le pongo el arma en las manos, veo una mano llena de callos de un campesino trabajador, no pensábamos en el daño que estábamos haciendo», ha agregado.

Asimismo, el militar ha dicho: «estoy aquí para reconocer los crímenes de guerra que cometí, delitos de lesa humanidad, yo sé que ustedes no nos van a perdonar, pero espero que esto se acabe definitivamente y que el Ejército llegue a cuidar el campesino».

Así, ha recalcado que quiere que sepan «sus familiares, eran campesinos y como miembro de la fuerza pública los asesiné cobardemente, les arrebaté la ilusión a sus hijos; les desgarré el corazón a las madres, por una presión, por unos resultados para tener contento a un Gobierno».

En 2016 se firmaron los acuerdos de paz entre la ya desaparecida guerrilla de las FARC y el gobierno por entonces presidido por Juan Manuel Santos, desde entonces ha supuesto la desmovilización de unos 13.000 combatientes, aunque unos 300 han sido asesinados por miembros de otros grupos armados, víctimas de las guerras que estos mantienen por hacerse con el control de las rutas del narcotráfico.

«Macrocasos abiertos por la JEP deben ser amplios»: Procuraduría

La Procuraduría General de la Nación indicó que los nuevos macrocasos abiertos por la Jurisdicción Especial para la Paz -JEP- deberán ser tratados de manera amplia, no excluyente, en especial en aquellos territorios donde no hay condiciones de seguridad para las víctimas.

Buena parte de los territorios donde hay víctimas distantes no han tenido la suficiente oportunidad de reconocer este proyecto, situación que es un claro indicador de que no ha llegado a esos territorios la garantía de no repetición contemplada en el Acuerdo de Paz”, dijo Jairo Acosta Aristizabal, procurador delegado con funciones de coordinación ante la JEP.

 

Acosta Aristizábal precisó que no puede haber un desconocimiento o exclusión de las condiciones de las víctimas del conflicto armado, “en la medida en que cualquier mora o dilación puede suponer una revictimización y una acción con daño”.

Sostuvo que es de gran importancia que en todos los macrocasos abordados por esa justicia transicional se asuma una interpretación pro-víctima, en la que no se deje por fuera a ninguna de ellas.

Agregó que para los tres nuevos macrocasos abiertos y dar continuidad a los siete vigentes se requiere una plataforma vigorosa en la JEP, así como fortalecer la Sala de Reconocimiento.

¿En qué queda posible extradición de ‘Otoniel’ tras pedir pista en la JEP?

La defensa del líder del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, ha presentado una solicitud para acogerse a los beneficios de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) pactada en virtud del acuerdo de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016.

La solicitud de los abogados de ‘Otoniel’ fue presentada el 13 de febrero y recoge el argumento de que el líder narcotraficante colaboró en acciones criminales en alianza con integrantes del Ejército y del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), informa la prensa colombiana.

 

Así, ‘Otoniel’ se presenta como «tercero colaborador de las Fuerzas Armadas y promotor y financiador de grupos paramilitares».

La petición está ahora en proceso y no frena la posible extradición de ‘Otoniel’ a Estados Unidos que estudia la Corte Suprema de Justicia colombiana.

‘Otoniel’ fue detenido a finales del pasado mes de octubre y ya ha prestado declaración ante la JEP a petición de las víctimas del conflicto armado de Urabá, aunque se ha negado hasta ahora a dar nombres de militares que tendrían nexos con organizaciones armadas.

Permitido cambiar de opinión

Cuando nacía un niño en la primera mitad del siglo pasado lo más probable es que de una vez fuera bautizado como chulavita o cachiporro, y lo más seguro era que así muriera, no sin haberse “hecho matar” a diario por sus creencias durante su vida. Las creencias eran las de su padre realmente, pero le tocaba hacerlas suyas por “honor familiar”. Durante su vida recibía un entrenamiento en “creer” muy fuerte, desde la religión hasta la política, pasando incluso por los mitos y leyendas. No había la más mínima posibilidad de cambiar de opinión, porque ni siquiera eran opiniones. Eran dogmas. Los dogmas tienen la particularidad de castrar la necesidad de información; con el dictado del dogma termina la búsqueda de conocimiento. Y la persona se siente bien anclada, sin vacíos ni dudas metafísicas.

Como el conocimiento libera a las personas de las cadenas de la ignorancia, lo más interesante de nuestra época actual es que existe la oportunidad de buscar y entender la información que se quiera, y por lo tanto, poder romper a voluntad cuantas cadenas en diversos temas se desee, pese a que aún seguimos siendo entrenados en “creer”. Entre esos temas, la política. Quien no aprovecha esa oportunidad sabiendo que existe, es más ignorante que aquel que no sabe que es ignorante sobre algo, porque no ignora que es ignorante y quiere seguir siéndolo a voluntad.

 

Aquellos que heredan dogmas o se dejan llenar su cabeza de dogmas han tomado una decisión similar, por cuanto la fe y las certezas anulan la necesidad de sentir esa curiosidad que lleve a la búsqueda incesante de conocimiento para encontrar lo verdadero de algo. Con las certezas pasa igual. La fe es una certeza lograda por implantación mientras que algunas otras certezas son logradas por experimentación (el efecto de la gravedad, por ejemplo), pero la mayor parte de las certezas podrían ser el resultado de una auto imposición: después de un proceso liviano de pensamiento la persona decide parar su racionalidad y “tener” certeza en algo.

Los pensamientos se pueden clasificar (del filósofo español Ayllón) en dudas, opiniones o certezas, dependiendo de la disposición de la persona a cambiar su pensamiento por uno diferente mediante un proceso mental. Cuando se tiene una duda, con cualquier argumento que parezca mejor se puede cambiar el pensamiento. Cuando se tiene una certeza, con ningún argumento se puede cambiar. Paradójicamente, las dudas pueden ser síntoma de una mente que usa más su inteligencia que la de aquel que tiene más certezas. Para Russell este asunto era taxativo: “El drama de nuestra época es que los tontos están llenos de certezas mientras que los inteligentes están llenos de dudas”.

En política lo vemos a diario en nuestros días, lo cual es toda una extrañeza, dados los avances en la educación y las facilidades para conseguir información. En ese pasado de chulavitas y cachiporros se podría explicar por la ignorancia generalizada que a su vez alimentaba un contexto avasallador; pero en la actualidad, francamente, resulta difícil de explicar.

Debemos, por tanto, hacer el esfuerzo de repensar esas certezas llevándolas al nivel de las opiniones. Como las opiniones se forman partiendo de una información existente, específica, de contexto o de ambas, y a través de un proceso mental. Sin importar que tan hábil es cada quien en sus procesos mentales, sería de esperar que si cambia la información o el contexto, la opinión cambie. Por pura lógica.

Como resultado, deberíamos darnos el derecho y permitirnos cambiar de opinión sin sonrojarnos siquiera, cuando ha cambiado la información. Si era precaria y ha mejorado, con mayor razón. Es la manifestación de una inteligencia trabajando.

En estos tiempos en que la verdad empieza a aflorar, transitando de rumor a testimonio, confesada por sus mismos actores terribles, nos está cambiando la información específica y también el contexto. Por lo que, con el uso de nuestra inteligencia, debemos darnos la orden de pasar de certezas a opiniones, y volver a pensar esas opiniones que nos habíamos formado a partir de una información diferente, que había sido manipulada. Ahora ya sabemos, a partir de cada vez más testimonios que narran la verdad del conflicto que vivimos, los móviles y los actores del despojo a fuego y sangre (literalmente) de las tierras de pequeños campesinos, y de todos aquellos que ayudaron a que esta bacanal de violencia pudiera convertirse en una “bonita” historia de terceros compradores de buena fe.

Es permitido cambiar de opinión en esta era. Es un derecho personal. Pero, dado que vivimos en una sociedad en la que la interdependencia entre todos hace que cada acto individual afecte a los demás, es también un deber. Es una obligación ser críticos ante la verdad y edificar unas condiciones que aseguren la no repetición de ninguna de estas barbaries a través de la elección de políticos íntegros en las elecciones, que sean capaces de construir diques de justicia real para acabar con la violencia y la corrupción generalizadas. No podemos dejar que sigan aquellos politiqueros y sus cómplices, ninguno de los que participaron de alguna forma en la desgracia de colombianos, indefensos, campesinos. Es también nuestra desgracia. No debe continuar.

*@refonsecaz – Ingeniero. Consultor en competitividad.

Sistema Integral para la Paz le tira línea a Duque para enfrentar crisis en Arauca

El Sistema Integral para la Paz, conformado por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas –UBPD-, la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la Paz –JEP-, como materialización de la decisión de optar por salidas negociadas al conflicto armado, hizo este viernes un llamado urgente al Gobierno colombiano a propiciar y/o facilitar diálogos humanitarios entre los actores armados inmersos en el recrudecimiento del conflicto en Arauca.

«Lo que viene ocurriendo y las amenazas que se están concretando en contra de la población exigen una respuesta humanitaria que desincentive más ataques en contra de la vida, la libertad y la integridad de los habitantes de este territorio», dice el Sistema Integral para la Paz en un comunicado oficial.

 

Así mismo, en la comunicación el conjunto de instituciones hace una remembranza de los hechos de sangre que han sacudido a Arauca en lo corrido del 2022.

«Desde el 02 de enero Arauca ha vuelto a vivir el enfrentamiento entre actores armados, en especial las disidencias de las FARC y el ELN. Saravena, Tame, Fortul, Arauquita, Arauca capital, y Cubará (Boyacá) están siendo los territorios más afectados. Durante estos veinte días del 2022 se han presentado al menos 34 homicidios; se han recibido 269 declaraciones de Desplazamiento Forzado, con un aproximado de mil personas desplazadas; 2 secuestros; confinamiento de comunidades indígenas; amenazas generalizadas a líderes sociales y presidentes de Juntas de Acción Comunal -JAC-. y riesgos para las personas en proceso de reincorporación», indican.

En se sentido puntualizan que, las afectaciones a los líderes y lideresas sociales se ha incrementado, y el ataque directo a ellos parece ser una característica específica del nuevo ciclo de violencia.

«El hecho más reciente es el del carro bomba detonado el 19 de enero en el municipio de Saravena que ocasionó daños físicos a los edificios del Terminal de Transporte, ASEDAR, SENA e ICA y que produjo la muerte de una persona de vigilancia. La detonación afectó también al Edificio Héctor Arilo, que al parecer era el objetivo principal del atentado dado que allí se encontraban líderes de distintas organizaciones sociales del territorio, cinco de los cuales resultaron heridos. El impacto es muy alto para el ejercicio del liderazgo, la defensa de los derechos humanos y la participación. Las voces de la comunidad se siguen silenciando y se extienden el miedo, el dolor, la angustia y la incertidumbre», manifientan.

A juicio del Sistema Integral para la Paz, se empieza a sentir en la región la repetición de un escenario similar al vivido entre 2005 y 2011, cuando a causa del enfrentamiento entre las dos organizaciones guerrilleras, cientos de personas tuvieron que salir de sus casas, dejar su tierra, perder hijos, familia y amigos, quedando muchas de las comunidades fracturadas y divididas y dejando un saldo de mil personas asesinadas, y líderes comunales, defensores de derechos humanos, campesinos y campesinas desparecidos.

«La agudización de esta situación nos lleva a una reflexión sobre los motivos y las condiciones de la persistencia de la confrontación armada. El abandono estatal, la corrupción, los problemas de la tierra y el territorio, las economías ilegales y una democracia debilitada mantienen vivas las situaciones de violencia. Es necesario superar los tratamientos sintomáticos, analizar las causas más profundas y abrir espacios de dialogo que busquen resolverlas para que territorios como Arauca no sigan viviendo cada década avalanchas de hechos que fracturan las vidas, dificultan la convivencia e impiden el desarrollo a todo un territorio», dicen las instituciones que componen el Sistema Integral de Paz.

La red de intituciones que nacieron con el Acuerdo de Paz hicieron un llamado a los actores armados a que respeten los Mínimos Humanitarios, una estrategia que nació de la comunidad araucana para clamar el respeto por la vida y la disminución del impacto del conflicto a la sociedad civil.

“La vida como principio, clama y denuncia cada hecho que quita la posibilidad de un habitante de Arauca de poder llegar a ser lo que está llamado a ser, una persona. Cuando se priva de la vida, se deshumaniza, pues no solo se trunca la vida sino también el desarrollo, la sostenibilidad y el futuro de las próximas generaciones. Igualmente, los Mínimos Humanitarios claman por el respeto a la labor de los líderes y lideresas, defensores y defensoras de Derechos Humanos. “Cuando se pierde un líder se asesina la voz de las comunidades que claman constantemente por las necesidades no solucionadas».

De la misma manera se pidieron el respeto por los campesinos, campesinas, afros, indígenas y población diversa; dejar por fuera de la confrontación armada a los Niños, Niñas y adolescentes; el respeto por el cuerpo de las mujeres, por la misión médica y las misiones humanitaria, por los bienes civiles, ya que cuando un bien civil se ataca acaban con espacios de encuentro, con la educación, la Salud, la movilidad de la población civil; a dejar por fuera del conflicto a los migrantes; a no instalar trampas explosivas, minas y municiones y a no continuar despareciendo personas, es una práctica violenta que deja a las familias en la zozobra, el estancamiento, la cosificación y el silencio.

Finalmente, el Sistema Integral para la Paz insta al Gobierno a hacer una divulgación amplia y objetiva de la situación de Arauca, al tiempo que rechaza de forma categórica este nuevo ciclo de violencia.

Finalmente, hacen un serie de recomendaciones, que esperan cuenten con el respaldo de la sociedad y de las agencias y organismos nacionales e internacionales:

1. Acciones inmediatas para atender la situación humanitaria.

2. Crear mecanismos de protección que acompañen a los líderes, lideresas, campesinos, campesinas, indígenas y excombatientes en Arauca.

3. Propiciar desde el nivel nacional un escenario de dialogo con organizaciones, que permita promover el acompañamiento de la iglesia católica en una eventual mediación.

4. Consolidar un escenario de monitoreo y seguimiento sobre la dinámica del conflicto en el territorio.